Tanto los demócratas como los republicanos dicen que las próximas elecciones de medio término son las más importantes en décadas. Los dos principales partidos de los patrones están enfocados en batallas faccionales entre ellos. Pero independientemente de qué partido controle la Cámara y el Senado después del 8 de noviembre, gobernarán para los patrones, quienes están intensificando su esfuerzo para descargar la crisis del sistema capitalista sobre las espaldas de los trabajadores.
Los trabajadores están enfrentando la amenaza de desempleo, salarios que no responden al alza de los precios, menos acceso al cuidado médico, horarios agotadores y arbitrarios, condiciones de trabajo inseguras y otros ataques. Más trabajadores están buscando formas de organizarse y utilizar los sindicatos para resistir.
Al mismo tiempo, la Casa Blanca y los demócratas han desatado al FBI, la policía política de los gobernantes, contra Donald Trump y otros, entre ellos partidarios de la Revolución Cubana en Puerto Rico y el Partido Socialista del Pueblo Africano. Están asestando golpes a las libertades constitucionales que necesitan los trabajadores que quieren luchar para cambiar las condiciones que enfrentamos.
El único partido que ofrece un camino de lucha de clases es el Partido Socialista de los Trabajadores, cuyos candidatos organizan para ganar solidaridad para las batallas sindicales y defender los derechos constitucionales y llaman a formar un partido obrero, basado en nuestros sindicatos, para organizar a los trabajadores para tomar el poder político en nuestras propias manos.
“El uso de nuestros sindicatos para hacer frente a los ataques de los patrones es clave para el fortalecimiento del pueblo trabajador”, dijo al Militante Alyson Kennedy, candidata del PST para gobernadora de Texas. “Necesitamos maximizar el apoyo que se pueda ganar para las luchas por contratos que están librando decenas de miles de trabajadores ferroviarios y para huelgas como la del sindicato minero UMWA contra Warrior Met Coal en Alabama”.
Los demócratas dicen que lo principal es detener a Donald Trump y evitar que los “republicanos MAGA”, a quienes ellos califican de ser “semifascistas”, tomen el control. En el fondo, su objetivo son el gran y creciente número de trabajadores, en quienes, según ellos, no se puede confiar con cosas importantes, como la política.
Si bien los candidatos republicanos señalan algunos de los problemas reales que enfrentan los trabajadores, como la creciente inflación, el aumento de la delincuencia y más, tampoco presentan una solución.
Aborto, Roe v. Wade
Los demócratas dicen que el aborto es el otro tema electoral clave. Se hacen pasar por defensores de los derechos de la mujer y afirman que el fallo Dobbs de la Corte Suprema en junio prohibió el aborto. De hecho, el fallo Dobbs decidió correctamente que la decisión en el caso Roe v. Wade en 1973 que despenalizó el aborto no tenía base en la Constitución. La anulación de Roe no prohibió ni un solo aborto. Puso de regreso el debate en manos del pueblo y sus representantes.
Biden imploró a la gente el 18 de octubre a que eligieran suficientes demócratas para poder promulgar una Ley de Protección de la Salud de la Mujer, que impediría que los estados prohibieran el aborto.
La despenalización del aborto solo se puede ganar como parte de una lucha más amplia de la clase trabajadora contra los ataques de los patrones y su gobierno. Esas batallas pueden producir logros que ayuden a los trabajadores jóvenes a formar familias, a que más de la carga doméstica pase a ser una responsabilidad de la sociedad y a construir centros de atención médica y planificación familiar que brinden acceso a anticonceptivos y abortos.
Por escala móvil de horas y salarios
Ninguno de los partidos de los patrones ofrece una vía contra la crisis capitalista, la inflación galopante y la contracción mundial de la producción y el comercio.
El pueblo trabajador también enfrenta una profunda crisis social. Las tasas de suicidio aumentaron un 4% el año pasado. Las muertes por sobredosis de drogas siguen aumentando.
“Nuestros sindicatos deben luchar por una escala móvil de horas y salarios. Para evitar las cesantías hay que luchar por una jornada de 30 horas semanales sin reducción de pago; por ajustes por el costo de vida en cada contrato, en los beneficios del Seguro Social y otros, de modo que cuando los precios suban, nuestros salarios suban automáticamente para igualarlos”, dijo Kennedy. “Las batallas sindicales de hoy señalan un camino a seguir”.
Los republicanos dicen que los demócratas son responsables del aumento de la delincuencia y señalan a los llamamientos de Biden en 2020 para “desfinanciar a la policía”.
“Cuando el pueblo trabajador logre quitarle el poder a la clase capitalista, reemplazaremos a sus policías brutales con luchadores probados de nuestras propias filas”, dijo Kennedy. “Hoy los patrones necesitan policías —y todo el sistema de “justicia” capitalista, con sus juzgados, prisiones y verdugos— para defender su propiedad y controlarnos. No pueden ser ‘desfinanciados’ o abolidos bajo el dominio capitalista. Los esfuerzos para hacerlo pueden dejar a las personas indefensas”.
El crimen es un producto secundario de un sistema social basado en la explotación brutal de la mayoría trabajadora por parte de las familias capitalistas gobernantes y los valores competitivos y la violencia mortal que engendra.
Ambos partidos de los patrones ven a los trabajadores como una clase criminal. Ven en nuestras luchas de hoy un futuro cuando su gobierno será desafiado y nos temen cada vez más.
La delincuencia disminuye durante las luchas de masas cuando la solidaridad obrera pasa a primer plano y los trabajadores sienten que tienen algo por qué luchar. Así ocurrió durante el auge de los sindicatos industriales en la década de 1930 y el movimiento por los derechos civiles que erradicó la segregación de Jim Crow.
Al frente del equipo de “justicia penal” de los gobernantes capitalistas está el FBI, que persigue a cualquiera que amenace su dominio. Los demócratas usan al FBI para hacer su trabajo sucio, desde promover en 2016 la acusación falsa de que Trump era una herramienta de Moscú hasta la redada de su residencia en Mar-a-Lago este verano. Su objetivo es renovar la reputación de su policía política para poder usarla contra la clase trabajadora y su vanguardia en las batallas venideras.
¡Vote por el Partido Socialista de los Trabajadores el 8 de noviembre!