Casi un año después de que el presidente ruso Vladímir Putin, lanzara su invasión a Ucrania, está intensificando sus esfuerzos para bombardear a su pueblo hasta que se someta. Su régimen, cuyos orígenes se encuentran en el aparato de policía política de la KGB de la antigua Unión Soviética, pretende reimponer el antiguo imperio zarista aniquilando la independencia del país. El pueblo trabajador en Ucrania continúa lanzándose a la lucha para defender la soberanía de su país.
Después de meses de ataques aéreos contra instalaciones de energía, el 26 de enero Moscú atacó a Kyiv y Járkiv, las ciudades más grandes de Ucrania, así como a Lviv en el oeste. Diez regiones de Ucrania sufrieron cortes de energía de emergencia, con 12 personas muertas en el último bombardeo de misiles y drones rusos.
Debido a que Moscú nunca logró la superioridad aérea, sus aviones de combate no han podido arrasar las principales ciudades ucranianas. Pero sus ataques con misiles invitan a la comparación con los métodos utilizados por las potencias imperialistas durante la Segunda Guerra Mundial, cuando Washington y Londres bombardearon las ciudades alemanas de Hamburgo y Dresde, mientras que los bombarderos norteamericanos hacían lo mismo con Tokio. El objetivo era matar al mayor número posible de civiles e infligir la mayor destrucción.
Durante meses, los asaltos de Moscú a la ciudad de Bakhmut, en el este de Ucrania, se llevaron a cabo sin ninguna consideración de las vidas de los reclutas rusos. Aunque las pérdidas del Kremlin son un secreto de estado, el auge de la industria funeraria de Rusia y la acumulación de trabajo en los crematorios son una indicación de la magnitud de la carnicería. El cementerio de Bakinskaya, en el suroeste de Rusia, se ha septuplicado en los últimos dos meses. El creciente número de muertos está socavando el apoyo a la guerra.
El derecho de las naciones oprimidas a la autodeterminación fue defendido por V.I. Lenin y el Partido Bolchevique cuando dirigieron a la clase trabajadora y sus aliados a tomar el poder en Rusia en 1917. La nueva república de trabajadores y campesinos actuó según el programa de los bolcheviques.
“Durante siglos la desconfianza e indignación de las naciones no soberanas y dependientes hacia las naciones dominantes y opresoras se han ido acumulando”, escribió Lenin en 1919. “Solo los trabajadores y campesinos ucranianos pueden decidir, y decidirán, en su Congreso de Soviets de Toda Ucrania si Ucrania se amalgama a Rusia o si debe seguir siendo una república separada e independiente”.
En 1922, después de derrotar a los ejércitos contrarrevolucionarios de los capitalistas, los terratenientes y 16 potencias extranjeras invasoras, se estableció una federación voluntaria de las repúblicas rusa, ucraniana y otras cuatro: la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.
Fue solo mediante una sangrienta contrarrevolución dirigida por José Stalin tras de la muerte de Lenin que esas conquistas se revirtieron, y a los ucranianos y otros pueblos oprimidos se les negaron sus derechos lingüísticos, culturales y otros derechos nacionales. Ucrania volvió a ser independiente en 1991 tras el colapso del régimen estalinista.
“Cuanto antes el ejército invasor de Moscú salga de Ucrania, de toda Ucrania, mejor para la clase trabajadora, no solo allí sino en la propia Rusia y en todo el mundo”, dijo al Militante el 30 de enero Alyson Kennedy, candidata del Partido Socialista de los Trabajadores para alcalde de Fort Worth, Texas.
Desde el ataque con misiles del Kremlin a un bloque de apartamentos de Dnipro que mató a 46 residentes, incluidos varios niños, el 14 de enero, los habitantes en al menos 50 ciudades rusas han estado depositando flores y animales de peluche para niños todos los días en los monumentos. Los artículos retirados por la policía o los barrenderos se reponen constantemente. Las personas continúan realizando protestas unipersonales contra la guerra a pesar de enfrentar arrestos repetidos.
Olga Tsukanova, líder del Consejo de Madres y Esposas de Soldados, fue detenida en el aeropuerto de Samara durante tres horas el 22 de enero para impedirle volar a Moscú donde iba a entregar en la oficina del fiscal general 700 declaraciones de madres de reclutas, prisioneros y desaparecidos quejándose del trato hacia sus hijos. El consejo se formó tras la convocatoria a conscriptos de Putin el pasado septiembre. Dice que ahora tiene capítulos en 89 ciudades.
Escritores, poetas y editores también están encontrando formas de expresar su oposición a la guerra.
“Yo pensaba que era ruso, pero parece que este maníaco también cree que lo es”, escribió German Lukomnikov, refiriéndose a Putin, en un poema publicado en la edición de enero de Volga, la revista literaria de Samara.
El sitio web Briefly, que proporciona el principal resumen de libros en ruso para miles de estudiantes de escuelas y universidades, termina cada página con un corazón en azul y amarillo, los colores nacionales de Ucrania. A esto le sigue un mensaje: “El que defiende su propia casa tiene razón”.