Durante los últimos dos años, un número creciente de trabajadores ha recurrido a nuestros sindicatos para resistir los esfuerzos de los patrones para exprimir más de nuestro trabajo. Detrás de este cambio se encuentra la profunda crisis de producción y comercio capitalista, la agudización de las rivalidades internacionales y el rearmamento militar. Estos desarrollos en la política mundial no se están desvaneciendo.
Esto implica una mayor incertidumbre para los trabajadores, el aumento de las desigualdades de clase y la agudización de los ataques contra nuestra clase por parte de los patrones y su gobierno.
El aumento de un 50 por ciento en las huelgas ocurridas el año pasado es evidencia de que las décadas de repliegue de la clase trabajadora y nuestros sindicatos han terminado. Cuando los trabajadores y nuestros sindicatos entran en lucha hoy, comienza a soplar un viento a nuestro favor.
Este cambio en la perspectiva de los trabajadores también es evidente en el interés que los miembros del Partido Socialista de los Trabajadores encuentran hacia el Militante y para discutir el camino que el partido y sus candidatos presentan para la clase trabajadora.
Estos cambios son perceptibles en todo el mundo, desde las huelgas de trabajadores públicos en Canadá y de enfermeras en el Reino Unido, hasta la batalla que los trabajadores y agricultores ucranianos están librando para expulsar a las fuerzas invasoras de Moscú de su suelo, hasta las luchas de los trabajadores y los oprimidos en Irán contra los dictados de su régimen capitalista.
La ansiedad que carcome a los gobernantes capitalistas por la inestabilidad de su sistema mundial quedó ilustrada cuando el presidente del Fondo Monetario Internacional, Pierre-Olivier Gourinchas dijo el 11 de abril, que “el crecimiento económico se mantiene bajo en términos históricos y los riesgos financieros han aumentado, y con todo, la inflación aún no ha dado un giro decisivo”.
La producción industrial, las ventas minoristas y las ventas de viviendas cayeron en Estados Unidos en marzo.
¿Qué enfrentan los trabajadores?
Los salarios reales están a 10 dólares por semana menos que cuando el presidente Joseph Biden asumió el cargo hace dos años. Para los hombres es 18 dólares por semana menos. Pero las luchas obreras actuales no las mueven principalmente la caída de los salarios reales, sino el costo social y moral de la embestida de los patrones.
El 26 de abril la federación sindical AFL-CIO dijo en su informe anual sobre las condiciones laborales que “la oposición de los empleadores a los derechos y protecciones de los trabajadores ha aumentado y los ataques a los sindicatos se han intensificado”. El informe dice que en 2021 “alrededor de 343 trabajadores mueren cada día debido a lesiones y enfermedades laborales”.
Las consecuencias de la crisis capitalista actual se muestran en la caída de la tasa de natalidad en Estados Unidos por un 15 por ciento entre 2010 y 2020. Ahora las mujeres tienen un promedio de 1.6 hijos, la cifra más baja desde 1800. Sin inmigración, la clase trabajadora en Estados Unidos disminuirá.
Los trabajadores en el campo y la ciudad se enfrentan a tasas crecientes de adicción a las drogas, depresión y suicidio.
Los alquileres se están disparando y muchos trabajadores no pueden pagar las deudas contraídas durante la pandemia. Desde principios del año pasado los arrendatarios en Nueva York han entregado 146 mil órdenes de desalojo.
Los pequeños agricultores también sienten el látigo de la crisis capitalista. Con el aumento de la tasa de interés al 5.86 por ciento en la compra de maquinaria agrícola el año pasado y de los costos de fertilizantes y otros insumos, muchos agricultores están renunciando a comprar maquinarias. El costo del pago de la deuda agrícola aumentó más del 30 por ciento el año pasado.
Buscando una forma de luchar
“No quiero compañeros de apartamento, quiero un contrato justo”, decía el cartel de una enfermera en una protesta sindical en Bend, Oregon, el 24 de abril. Al igual que otros trabajadores, las enfermeras de Bend exigen que los patrones contraten más trabajadores para aliviar las intolerables cargas de trabajo, los “horarios suicidas” y más.
El espíritu de lucha mostrado por los trabajadores, agricultores y pequeños comerciantes de East Palestine, Ohio, que están luchando para recibir atención médica y tener control de la limpieza tras el descarrilamiento de un tren de Norfolk Southern que transportaba cloruro de vinilo tóxico, ha ganado una amplia solidaridad. Esto inspirará más luchas de obreros ferroviarios contra la reducción del tamaño de la tripulación y por el control de las operaciones y luchas en otras comunidades que enfrentan desastres generados por el sistema capitalista en el que “las ganancias son todo”.
El camino para avanzar está en manos de la clase trabajadora, nuestros sindicatos y los luchadores de vanguardia. Esa es la perspectiva del Partido Socialista de los Trabajadores y las Ligas Comunistas hermanas en Australia, Canadá y el Reino Unido. La discusión sobre esta perspectiva estará en el centro de la próxima Conferencia Educativa Internacional del PST en Oberlin, Ohio, a celebrarse del 8 al 11 de junio.
La mejor guía se puede encontrar en el libro Ya superamos el punto más bajo de la resistencia del pueblo trabajador: El Partido Socialista de los Trabajadores mira hacia adelante, disponible de los distribuidores del Militante y en pathfinderpress.com.