Defender libertades políticas bajo ataque

Por Terry Evans
29 de mayo de 2023
Agentes del FBI allanan sede del Partido Socialista de los Trabajadores en Minneapolis, junio 1941, primer paso del ataque de los gobernantes por la oposición del PST a guerra imperialista. Líderes del PST y Teamsters fueron condenados por “conspirar” para derrocar al gobierno.
Minneapolis Star-JournalAgentes del FBI allanan sede del Partido Socialista de los Trabajadores en Minneapolis, junio 1941, primer paso del ataque de los gobernantes por la oposición del PST a guerra imperialista. Líderes del PST y Teamsters fueron condenados por “conspirar” para derrocar al gobierno.

Desde antes de las elecciones de 2016, los demócratas y sus partidarios en la izquierda de clase media han estado persiguiendo a Donald Trump y sus partidarios. Han utilizado la principal agencia de la policía política, el FBI, y el sistema judicial capitalista para atacarlos, especialmente a los trabajadores que Hillary Clinton llamó “deplorables”.

Han pisoteado las libertades constitucionales que el pueblo trabajador necesita para luchar por nuestros intereses. La defensa de los derechos políticos, independientemente de quién esté bajo ataque, sigue siendo fundamental para defender a los sindicatos y luchadores de vanguardia hoy en día.

La nueva mayoría en el Congreso, liderada por los republicanos, está respondiendo golpe por golpe a los ataques de los liberales, lo que destruye cualquier pretensión de superioridad moral de los republicanos.

Cuatro miembros de los Proud Boys fueron condenados el 4 de mayo bajo leyes de conspiración sediciosa por oponerse “por la fuerza a la transferencia legal del poder presidencial”. La evidencia del gobierno incluía afirmaciones del ex miembro de los Proud Boys Jeremy Bertino de que el grupo abogaba por una “revolución total”. Esto es un ataque contra los miembros de esta organización por sus pensamientos y declaraciones, todos protegidos por la Primera Enmienda.

Enrique Tarrio, Ethan Nordean, Joseph Biggs y Zachary Rehl podrían ser encarcelados hasta por 20 años. Los fiscales se basaron en testimonios y pistas de una extensa red de informantes del FBI.

El tema principal en cuestión no son los puntos de vista antiobreros de los Proud Boys, ni ningún intento de sus miembros de “perturbar” el Congreso. Es el enjuiciamiento por parte del gobierno de cualquier persona por lo que dice. Las leyes de conspiración sediciosa son un arma de control del pensamiento formidable en el arsenal de los gobernantes y se han utilizado durante décadas para incriminar a los luchadores de la clase trabajadora.

Dieciocho dirigentes del Partido Socialista de los Trabajadores y del sindicato Teamsters fueron condenados y encarcelados bajo la Ley Smith en 1941, acusados de “conspirar para propugnar el derrocamiento del gobierno por la fuerza y la violencia”. Sin embargo, fueron declarados no culpables de violar la Ley de Conspiración Sediciosa de 1861. Su verdadero “crimen” fue hacer campaña en el movimiento obrero contra la campaña de los gobernantes norteamericanos para participar en la matanza imperialista por mercados y dominio en la Segunda Guerra Mundial.

Catorce puertorriqueños fueron condenados en los años 80 bajo las leyes de sedición por participar en la lucha por la independencia de su país del dominio colonial norteamericano. Durante su juicio, se reveló que el FBI había realizado una operación masiva de espionaje y escuchas telefónicas contra ellos.

Escribiendo en el Washington Post, el columnista liberal Eugene Robinson elogia la condena de los Proud Boys y pide que Trump sea encarcelado junto con ellos.

Mientras los demócratas proceden con múltiples investigaciones criminales y acciones legales contra Trump, los republicanos responden de la misma manera. El Comité de Supervisión y Responsabilidad de la Cámara de Representantes, controlado por los republicanos, emitió una orden el 3 de mayo para que el FBI entregue archivos, que supuestamente revelarían que el presidente Joseph Biden aceptó sobornos cuando era vicepresidente.

Cada vez que uno de los partidos de los gobernantes capitalistas utiliza a la policía o los tribunales para perseguir al otro, los trabajadores pueden estar seguros de que harán lo mismo y peor con nosotros.

Días antes de que el FBI allanara la propiedad de Trump en Mar-a-Lago el verano pasado, agentes armados irrumpieron en las casas y oficinas de miembros del Partido Socialista Popular Africano (APSP). Posteriormente, cuatro de sus miembros fueron acusados de violar las leyes que obligan a presuntos “agentes extranjeros” a registrarse ante el gobierno. El 2 de mayo, el presidente del APSP, Omali Yeshitela, y Penny Hess comparecieron ante un tribunal en Tampa, Florida, esposados y con grilletes. Solo fueron liberados bajo fianza tras entregar sus pasaportes.

La libertad de expresión y asamblea, y muchas otras protecciones ganadas por los trabajadores en lucha durante más de dos siglos y medio, son esenciales cuando los trabajadores se organizan para resistir los ataques de los patrones. La defensa de estos derechos será fundamental para las luchas de clases que se avecinan.