SEATTLE — Más de 200 trabajadores agrícolas, sindicalistas y estudiantes se manifestaron aquí el 31 de agosto para apoyar la lucha para formar un sindicato en Windmill Farms en Sunnyside. El evento fue organizado por el sindicato de trabajadores del campo UFW y el grupo Students for Farm Workers de la Universidad de Washington. Los manifestantes formaron una “valla humana” que se extendía a lo largo de varias cuadras con carteles que explicaban la lucha y luego marcharon a un parque cercano para celebrar un animado mitin.
Los trabajadores votaron a favor de afiliarse al UFW hace un año, cuando la empresa de champiñones pertenecía a Ostrom Mushrooms.
Cerca de 100 trabajadores agrícolas de Sunnyside se unieron a la protesta. También participaron la presidenta del UFW, Teresa Romero; April Sims, presidenta del Consejo Sindical del Estado de Washington; miembros de las Asociaciones de Educación de Tacoma y de Seattle; trabajadores automotrices del Local 3000 del sindicato UAW y del sindicato de trabajadores de alimentos UFCW y de varios locales del sindicato de trabajadores de servicio SEIU.
Romero dijo en el mitin que cuando les pregunta a los trabajadores cuál es la cuestión más importante, me dicen: ‘Dignidad y respeto’”.
Dijo que más de 100 mujeres han sido despedidas y que los patrones han llamado a funcionarios de inmigración para deportar a los trabajadores que están tratando de organizar el sindicato. “Ostrom vendió la empresa a Windmill, pero es la misma granja, los mismos hongos, los mismos gerentes y capataces”.
José Martínez, uno de los líderes de la lucha que han sido despedidos, dijo que al principio eran sólo dos trabajadores los que se reunían con el sindicato. Ahora son 150.
“Todo mundo debería tener derecho a un sindicato”, dijo al Militante Tricia Schroeder, presidenta del Local 925 del SEIU.
Como resultado de la presión de la lucha de los trabajadores de hongos el fiscal del estado de Washington presentó y ganó una demanda de 3.4 millones de dólares contra Ostrom. La demanda acusaba a los patrones de violar el derecho de los trabajadores a organizar un sindicato y de discriminar a las mujeres. Desde principios de 2021 hasta mayo de 2022, cuando los trabajadores protestaron y lograron rechazar las altas cuotas de recolección, Ostrom despidió al 79% de sus recolectores domésticos y al 85% de las mujeres.
La empresa utilizó el programa de visas H-2A para contratar a trabajadores temporales, en su mayoría hombres, a quienes pensaban que podrían intimidar más fácilmente. “La empresa les dijo a los trabajadores H-2A que no hablaran con nosotros”, dijo Martínez. “Casi todos eran indígenas de Guerrero y Chiapas, y muchos no hablan español”.
El UFW y grupos de trabajadores agrícolas han estado visitando las tiendas Safeway en todo el estado, instándolas a presionar a las granjas Windmill para que reconozcan al sindicato.
Para apoyar la lucha de los trabajadores de hongos, visite ufw.org/es/?s=ostrom&lang=es.