Elogian la ‘Bidenomía’, pero empleo y precios empeoran

Por Brian Williams
25 de diciembre de 2023
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La administración de Joseph Biden, sus asesores de campaña y los medios de comunicación liberales insisten en que la inflación está cayendo a niveles “aceptables”. Pero las condiciones que enfrentan los trabajadores son todo menos aceptables.

Los precios de los comestibles no son los únicos que siguen subiendo.

El costo de la electricidad ha aumentado un 25% desde enero de 2020. En algunos estados el aumento es aún mayor: 59% en California; 42% en Nueva York, según la Administración de Información Energética. Durante este periodo, el precio del gas natural para calentar una casa aumentó un 29%, el costo del seguro de automóvil subió un 33%, y el costo anual promedio del cuidado infantil el año pasado fue de 10,853 dólares.

Los que elogian la “Bidenomía” y cuentan con que Biden sea reelegido están preocupados. “Ni siquiera la mayoría de los votantes de Biden ven una economía próspera”, dijo el New York Times el 28 de noviembre.

El 60% de los trabajadores en Estados Unidos dicen que sus ingresos y salarios no han mantenido al ritmo de los precios. La mayoría de los hogares estadounidenses necesitarían 10 mil dólares o más de lo que ganaban hace tres años para poder permitirse las mismas condiciones de vida que tenían entonces, admitió un comité del Congreso.

Los precios para comprar una casa alcanzaron un nivel récord en septiembre con tasas hipotecarias muy altas, alrededor del 7.5% anual.

Esto, junto con el aumento de los alquileres de apartamentos, ha obligado a muchos jóvenes de entre 20 y 30 años a acomodarse con sus padres, parientes o amigos.

Muchos trabajadores que obtuvieron un préstamo para comprar un automóvil en los últimos años se están dando cuenta de que las altas tasas de interés hacen que los pagos mensuales sean cada vez más difíciles. La deuda total por financiación de automóviles alcanzó un récord de 1.6 billones de dólares a finales de septiembre.

Hay más señales de que se está gestando una crisis de empleos. Noviembre fue el decimotercer mes consecutivo en el que el gobierno reportó una contracción en el sector manufacturero, el período más largo desde 2000–2002. Y los patrones dicen que sus inventarios todavía están “sobrecargados”.

La crisis económica —que está arraigada en el funcionamiento del sistema capitalista— se refleja cada vez más en una crisis social. Según el gobierno, 49,449 personas se suicidaron en 2022, un 3% más que el año anterior. Se espera que esta cifra aumente cuando los datos finales estén disponibles, informó el Washington Post. Las tasas de suicidio más altas se dieron entre hombres mayores de 75 años.

El debilitamiento de la economía capitalista tiene un impacto en los servicios sociales a todos los niveles. El gobierno de la ciudad de Nueva York anunció a finales de noviembre que todas las bibliotecas públicas deben cerrar los domingos debido a los recortes presupuestarios. También planean recortar el gasto en libros y vídeos, mantenimiento y reparación de edificios.