Decenas de trabajadores de las vías férreas afiliados al sindicato BMWE, realizaron dos protestas el 15 de noviembre: una frente a la sede del ferrocarril Indiana Harbor Belt en Hammond, Indiana, y la otra en las oficinas de Canadian National Railway en Homewood, Illinois. Las dos empresas le niegan el derecho a licencia por enfermedad pagada a sus trabajadores.
Las dos decenas de sindicalistas protestaron en Hammond con carteles que decían “El IHB es codicioso” y “Alto a la guerra contra los trabajadores ferroviarios”. Siempre “esperan que te presentes a trabajar si estás enfermo o lesionado, punto”, dijo a la prensa Thomas Kirby, director de organización del BMWE.
“Están creando condiciones laborales inaceptables”, dijo Terry Steagall, un miembro jubilado del sindicato de trabajadores siderúrgicos USW, que vino a mostrar apoyo.
La licencia por enfermedad pagada fue una demanda clave en el contrato ferroviario nacional negociado el año pasado. Pero los patrones se negaron a ceder. Los trabajadores ferroviarios están sujetos a la antiobrera Ley de Trabajo Ferroviario, que le permite al gobierno prohibir las huelgas de trabajadores ferroviarios. En el otoño de 2022 el presidente demócrata Joseph Biden y el Congreso adoptaron una ley que declaró ilegal la huelga ferroviaria e impuso un contrato que los miembros del BMWE, del sindicato de conductores SMART-TD y otros trabajadores ya habían rechazado. El contrato no incluía días libres pagados.
Pero los sindicatos han continuado en su demanda. Durante este año, los patrones de las empresas más grandes —Burlington Northern Santa Fe, Union Pacific, CSX y Norfolk Southern— han acordado conceder licencia por enfermedad pagada.
El acuerdo del BMWE con BNSF, el ferrocarril más grande de Norteamérica, se firmó en septiembre.
Sigue siendo bastante exiguo, cuatro días al año con la posibilidad de utilizar los días personales para tres días libres adicionales sin previo aviso. Pero es un gran paso adelante.
Esta lucha es parte de una más amplia por condiciones, horarios y tamaño de las tripulaciones que respondan a la seguridad de los trabajadores y de los que viven cerca de las vías.
En los últimos años, los patrones ferroviarios han impuesto lo que llaman el “transporte ferroviario con horario preciso”, con trenes más largos y pesados, horarios más apretados y la cesatía de miles de trabajadores.
Entre noviembre de 2018 y diciembre de 2020, los patrones eliminaron 40 mil puestos, haciendo más peligrosas las condiciones de trabajo. Este cambio hizo más difícil que los trabajadores puedan tomar tiempo libre.
Esta situación se convirtió en noticia de primera plana el 3 de febrero cuando un tren de carga de Norfolk Southern de 9,300 pies de largo y más de 100 vagones se descarriló en East Palestine, Ohio. Para poner en marcha de nuevo el tráfico ferroviario, los patrones y autoridades locales drenaron cinco vagones cisterna descarrilados que contenían el altamente tóxico cloruro de vinilo en zanjas y les prendieron fuego, propagando una peligrosa contaminación por toda la ciudad y sus alrededores.
La lucha continúa
Los trabajadores ferroviarios y sus sindicatos organizaron protestas, al igual que los residentes de la zona afectada. Entre las medidas logradas fue que los patrones de Norfolk Southern acordaran a finales de febrero otorgar licencias por enfermedad pagada.
Pero “IHB se ha negado obstinadamente a sumarse a aproximadamente el 80% de los transportistas ferroviarios de carga de este país en reconocer la necesidad de sus empleados a responder a enfermedades imprevistas”, dijo el director de comunicaciones de BMWE, Clark Ballew, al Northwest Indiana Times.
Al informar sobre los piquetes en Hammond y Homewood, el BMWE señaló que su lucha se está “alimentando del reciente resurgimiento de los sindicatos”, y afirmó: “Venceremos”.