El presidente ruso Vladímir Putin está tratando de disfrazar su intento de conquistar a Ucrania y a su pueblo como una guerra para defender a la “Madre Rusia” de las amenazas de Washington y la OTAN. En realidad, su objetivo es restablecer el Imperio Ruso, negando que Ucrania es una nación con derecho a existir.
Putin anunció el 8 de diciembre que se postulará a la reelección como presidente en una farsa electoral programada para el 17 de marzo. Su rival principal, Alexei Navalny, quien está cumpliendo una condena de 30 años de cárcel, no ha tenido ningún contacto con sus partidarios desde entonces.
La votación se llevará a cabo en toda Rusia y en el territorio en el este de Ucrania que Putin dice que ahora es parte de Rusia. Para dar un barniz de legitimidad a las elecciones las fuerzas de oposición leales a él podrán postular candidatos.
Desde que Putin asumió la presidencia en 2000 muchos de sus oponentes han terminado en el exilio, en la cárcel o muertos bajo circunstancias sospechosas. En 2020 él hizo que se aprobaran enmiendas constitucionales que ampliaron el tiempo que podía permanecer en el cargo.
Su régimen y sus guerras son cada vez menos populares en Rusia. A pesar de la prohibición de las manifestaciones contra la guerra, el 7 de noviembre tuvo lugar una protesta en Moscú que exigió el regreso a casa de las tropas estacionadas en Ucrania. Fue convocada por la agrupación de madres y esposas de soldados El Camino a Casa. Se celebró al margen de una manifestación legal de varios cientos de personas sobre un tema diferente convocada por el Partido Comunista.
Se sumaron a la acción familiares de unos 20 soldados. Llevaban carteles que decían: “Los movilizados no son robots. Necesitan reemplazo” y “Devuélvanles sus padres a los niños”. La policía los removió pero no los detuvo.
La manifestación del Partido Comunista marcó el aniversario de la Revolución Rusa de 1917 liderada por los bolcheviques. Pero el partido de hoy no tiene ninguna conexión con V.I. Lenin o la Revolución Bolchevique. Es un pálido vestigio del régimen contrarrevolucionario de José Stalin.
En la protesta, Nadezhda, la esposa de un soldado, dijo a Novaya Gazeta: “El Ministerio de Defensa había dicho que la prioridad para 2023 era reclutar a 522 mil personas al ejército, así que a finales del año pasado pensábamos que a nuestros hombres se les daría de baja en Año Nuevo y nos calmamos”. Pero desde septiembre los funcionarios han estado diciendo: “Estarán allí hasta el final de la operación militar especial”.
Kremlin intenta intimidarlos
El Kremlin ha ordenado a los gobernadores regionales que impidan que las acciones de El camino a casa se propaguen de cara a las elecciones presidenciales. Maria Andreyava, miembro del grupo, dijo a la prensa que los oficiales del ejército amenazaron a sus maridos con peores condiciones en el frente si las manifestaciones continuaban.
El 27 de noviembre El camino a casa invitó a otros a firmar una petición en línea para mostrar apoyo a sus objetivos. El llamado estaba dirigido al “¡pueblo multinacional de Rusia!” Apuntando al régimen de Putin, dice que el pueblo ruso está siendo “traicionado y exterminado por los nuestros”.
El grupo dice que no expresa ninguna opinión política sobre la invasión de Ucrania por parte de los gobernantes rusos, pero “apoyará a quien traiga de regreso a nuestros maridos. Soldados y sus familias: únanse y luchen por sus derechos. ¡Juntos somos fuertes!”
La movilización de los reservistas el año pasado provocó protestas de miles de personas.