Miles de conductores de Uber, Lyft y DoorDash realizaron una huelga de un día, el Día de San Valentín, el 14 de febrero, en más de 10 ciudades y en algunos aeropuertos, incluidos el de Chicago, Miami, San Francisco y Newark, Nueva Jersey. Los trabajadores apagaron sus aplicaciones y rechazaron todos los viajes y entregas. Conductores en Canadá salieron en huelga en Toronto, Vancouver y Winnipeg.
Las huelgas fueron organizadas por Justice for App Workers (Justicia para los Trabajadores de Aplicaciones), una coalición de 130 mil conductores en la costa este y el medio oeste; Conductores Unidos de Viajes Compartidos en Los Ángeles; y el Sindicato de Trabajadores Gig de California y Gig Workers Rising de California.
El ingreso mensual promedio de los conductores de Uber cayó más del 17% durante el último año. “No podemos ganar el mismo dinero que solíamos ganar, incluso si trabajamos el doble de horas”, dijo el conductor de Uber Nupur Chowdhury en la protesta en Washington.
Los conductores dicen que las empresas están recortando cada vez más las tarifas, pero si se quejan, enfrentan la posibilidad que les suspendan el servicio, con lo que pierden el acceso a trabajos. Dado que los conductores son designados “contratistas independientes” —en vez de empleados— ellos son responsables de su propio automóvil, gasolina, peajes, seguro y mantenimiento.