A pesar de la caída general de los precios y las afirmaciones de los partidarios del presidente sobre el éxito rotundo de la “Bidenomía”, los trabajadores están siendo golpeados por los altos precios de los alimentos y otras necesidades. Esto ocurre cuando un repunte de la economía en Estados Unidos le da a los trabajadores más confianza de que podemos utilizar nuestros sindicatos para luchar para mejorar los salarios y las condiciones de vida y de trabajo.
“Desde hace 30 años la comida no ha consumido este porcentaje de tus ingresos”, se tituló un artículo del Wall Street Journal del 21 de febrero. En 2022 la persona “promedio” en Estados Unidos gastó el 11.3 por ciento de sus ingresos en alimentos, informó el Departamento de Agricultura. Pero no hay personas “promedio”. La población está dividida en dos clases sociales principales contrapuestas: los trabajadores y los patrones. Los trabajadores tenemos que gastar un porcentaje mucho mayor de nuestro salario para alimentarnos y alojarnos a nosotros mismos y a nuestras familias.
En las afueras de Chicago, Lisa Wister, terapeuta ocupacional, le dijo al Wall Street Journal que el costo de sus alimentos está aumentando más rápido que los ingresos de su familia. “Todo es una negociación, un análisis sobre nuestro presupuesto”, dijo. “Es agotador”.
“Si miras históricamente lo que pasa después de los períodos de inflación, realmente encontrarás que no hay ningún período en el que los precios [de los alimentos] volvieron a bajar”, dijo al Wall Street Journal Steve Cahillane, director ejecutivo de la empresa de snacks Kellanova. “Tienden a ser pegajosos”. Él debería de saber. Él y los otros patrones son los que nos clavan los precios.
El gurú económico del New York Times, Paul Krugman, insiste en que la “Bidenomía” es “casi milagrosamente buena”. Dice que las cifras de inflación de enero que muestran que los precios de artículos claves aún siguen subiendo son solo una “irregularidad estadística”.
Pero los hechos demuestran lo contrario. Si bien los precios de algunos artículos como el trigo, el café, los frijoles y el pollo han disminuido con respecto a hace un año, otros no, desde el azúcar hasta la carne y las papas fritas. Nestlé, la mayor empresa de alimentos envasados del mundo, aumentó los precios alrededor de un 7.5% el año pasado. Y siguen subiendo.
Y el costo de muchos servicios sigue ascendiendo. El costo de reparación de artículos del hogar cuesta un 18.2% más que hace un año. El precio de reparación de automóviles y los de seguros médicos o de viviendas son más altos. Pacific Gas & Electric Co. está aumentando los precios de gas y electricidad en un 13% para los 16 millones de personas a las que “sirve” en California. Los monopolios energéticos están implementando alzas similares de tarifas en todo el país.
Los trabajadores se ven cada vez más obligados a usar sus tarjetas de crédito para pagar por sus necesidades. Y se tardan más en saldar estas deudas. Esto es una bonanza para los grandes banqueros, que obtienen enormes ganancias cobrando tasas de interés mensuales superiores al 20% sobre los saldos pendientes. Los trabajadores que tienen que pagar préstamos para automóviles están enfrentando el mismo tipo de manipulación de los precios. El atraso en el pago de préstamos de automóviles y tarjetas de crédito está ahora en su punto más alto en más de una década.
Los patrones aumentan sus ganancias con el alza de precios. ExxonMobil y Chevron, por ejemplo, registraron en 2022 y 2023 las mayores ganancias en una década. La bonanza de Exxon fue de 91 mil millones de dólares; la de Chevron, 57 mil millones de dólares.
Codicia impulsa economía capitalista
“Cuando se les pregunta qué impulsa la economía, muchos en Estados Unidos tienen una respuesta simple y única que les viene a la mente de inmediato: ‘la codicia’”, dice un artículo del 21 de febrero del New York Times, informando sobre un estudio realizado por la Academia Estadounidense de Artes y Ciencias.
“Si hay una explicación singular para la insatisfacción con la economía, es la falta de certeza financiera”, dice el artículo, y los trabajadores están convencidos de que los políticos demócratas y republicanos “no pueden o no quieren hacer nada para ayudarlos”.
Si bien la contratación ha aumentado, algunos patrones están recortando puestos de trabajo. Esto es cierto en muchas empresas de tecnología, incluyendo Amazon, Microsoft, Zoom y Snap, que han despedido a 32 mil empleados desde enero.
Al mismo tiempo, Wall Street se deleita de que siete empresas tecnológicas (Microsoft, Apple, Nvidia, Amazon, Alphabet, Meta y Tesla, conocidas como las Magníficas Siete) son responsables mayormente del repunte de las cotizaciones bursátiles.
Más de 900 miembros del sindicato de trabajadores del acero USW están perdiendo sus empleos en Cleveland-Cliffs, que está cerrando su fábrica de estaño en Weirton, Virginia Occidental.
Los alquileres de apartamentos siguen aumentando, a un ritmo enrome del 20% desde 2020.
Según un nuevo informe de la Universidad de Columbia, el 23% de los residentes de la ciudad de Nueva York no podían cubrir sus necesidades básicas de vivienda y alimentación en 2022, comparado al 18% el año anterior. Esto se vio exacerbado por la decisión del gobierno federal de dejar que expiraran varios programas implementados durante la pandemia, incluidos los programas ampliados de crédito tributario por hijos, el aumento en el seguro por desempleo y los pagos en efectivo a familias de bajos ingresos que han sido golpeadas por la inflación.
Todo esto habla del milagro de la Bidenomía.