MIAMI — Rachele Fruit, la candidata del Partido Socialista de los Trabajadores, para presidente de Estados Unidos habló con trabajadores portuarios, miembros del Local 1416 del sindicato de estibadores ILA, afuera de su sede sindical aquí el 25 de febrero. El cartel en su mesa de campaña decía: “La seguridad en el trabajo y la lucha contra el odio a los judíos son cuestiones sindicales”.
“Les pedimos que apoyen nuestra campaña de la clase trabajadora contra los demócratas y los republicanos. Así como necesitamos que nuestros sindicatos luchen contra los patrones, necesitamos nuestro propio partido en la arena política”, dijo Fruit.
Muchos trabajadores saludaron a los voluntarios que acompañaban a la candidata. Los partidarios del Militante han estado haciendo campaña aquí durante años. Algunos nos recibieron diciendo “shalom”, reconociendo el apoyo del partido a la existencia de Israel como refugio para el pueblo judío y a la lucha contra Hamás.
El operador de grúas Henry Reagan, trabajador del ILA en los muelles durante 40 años, le dijo a Fruit que lo que Hamás hizo a los judíos fue una masacre. “El mundo hoy está sumido en el caos”, afirmó. Fruit dijo que los gobernantes capitalistas deben ser reemplazados o las guerras y el belicismo que estamos viendo no tendrán fin.
“La caza de brujas del Partido Demócrata contra Donald Trump es un ataque contra los millones de trabajadores que quieren votar por él”, dijo Fruit. “Trump estará en la boleta electoral”, dijo Reagan, añadiendo que leería en el Militante que compró sobre el programa y las actividades del PST y “realmente le prestaré atención”.
Este corresponsal obrero del Militante habló con un trabajador portuario que se detuvo en la mesa. Tomó un ejemplar de La cuestión judía: Una interpretación marxista de Abram Leon. “No puedo creer cómo vinieron y asesinaron a esa gente en Israel”, dijo. Le expliqué que el libro de León recorre la historia de los judíos desde los tiempos bíblicos hasta el inicio del Holocausto en la década de 1940, cuando el autor fue capturado por los nazis y asesinado en el campo de exterminio de Auschwitz. Compró el libro, junto con Febrero de 1965: Los discursos finales de Malcolm X.