Millones de personas salieron a celebrar el Primero de Mayo en toda Cuba, como lo han hecho desde que triunfó la Revolución Cubana. Arriba, la manifestación en Holguín el 1 de mayo. En La Habana, unas 200 mil personas se congregaron en la Plaza de la Tribuna Antiimperialista José Martí, en la que participó el General de Ejército Raúl Castro, líder central de la revolución, y el presidente cubano Miguel Díaz-Canel.
En su discurso en la manifestación, Ulises Guilarte de Nacimiento, secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), describió el impacto de la incesante guerra económica de Washington contra Cuba. “Ante estas desafiantes circunstancias, la fiesta del proletariado mundial la hemos dedicado a la heroicidad del pueblo trabajador, que concentra sus esfuerzos en la recuperación económica como la batalla fundamental”, dijo Guilarte. Esos hombres y mujeres “nos muestran que el capital humano es el recurso más seguro y sólido del que hoy disponemos”.
Guilarte también condenó la ofensiva del gobierno israelí en Gaza y la complicidad de Washington en ella.
Debido a la escasez de combustible —principalmente resultado de la guerra económica de Washington contra la Revolución Cubana —los cubanos celebraron en ciudades de todo el país por segundo año consecutivo en lugar de una sola gran concentración en La Habana. Esteban Lazo, presidente de la Asamblea Nacional de Cuba, se dirigió a la multitud del Primero de Mayo en Santiago de Cuba.
Los 4 millones de trabajadores en Cuba que participaron en la celebración del Primero de Mayo demostraron que los cubanos “están dispuestos a defender su independencia, su soberanía, su derecho a vivir en paz”, dijo Díaz-Canel en un evento de solidaridad en La Habana al día siguiente. “Sin rendiciones, sin venderse ni arrodillarse, sin renunciar a su historia y a sus principios”.