“No confundan al régimen de Putin con Rusia; no son lo mismo”, dijo el recién liberado prisionero político ruso Vladímir Kara-Murza en Bonn, Alemania, el 2 de agosto. El no hacer esa diferenciación entre el gobierno de Moscú y su invasión de Ucrania y los trabajadores rusos da credibilidad a “la línea de la propaganda de Putin: que todos los rusos están a favor de la guerra y de Putin”. Es como si él y sus compañeros presos políticos, y las “millones de personas que están en contra de la guerra, no existieran”.
Kara-Murza hizo estos comentarios en una rueda de prensa junto con Ilya Yashin y Andrei Pivovarov, otros dos opositores rusos liberados.
En total se intercambiaron 24 personas. El presidente ruso Vladímir Putin recibió a ocho de sus agentes en el extranjero, incluido un preciado asesino internacional. Liberó a tres norteamericanos, incluido el periodista del Wall Street Journal Evan Gershkovich, cinco alemanes y ocho opositores políticos de Rusia.
Yashin dijo que habían sufrido una “expulsión ilegal” porque se negaron a pedir perdón a Putin, el “tirano”. Dijo que uno de los objetivos de Moscú era socavar la capacidad de oponentes políticos como él de enfrentarse a Putin dentro de Rusia.
Kara-Murza, escritor ganador del Premio Pulitzer, fue liberado de una prisión en Siberia. Fue condenado falsamente y recibió una pena de 25 años de cárcel por “traición” por desafiar la invasión de Ucrania por Moscú.
Declaró a la prensa que se oponía a las sanciones impuestas a Rusia por Washington. Supuestamente dirigidas a “las altas esferas del régimen de Putin”, dijo, terminan dirigidas “contra todo el país y todos los ciudadanos rusos”.
Esto es “extremadamente injusto y contraproducente”, añadió, ya que permite a Putin decir que el pueblo ruso está “rodeado de enemigos”. Esta posición es controversial para muchos ucranianos.
El Partido Socialista de los Trabajadores está de acuerdo con Kara-Murza. “Las severas sanciones impuestas por los gobernantes de Estados Unidos y sus aliados, cualquiera que sea su supuesto ‘objetivo’, de hecho recaen con más fuerza sobre los trabajadores de Rusia”, dijo Rachele Fruit, candidata del PST para presidente de Estados Unidos al Militante el 12 de agosto.
Estas medidas “hacen más difícil que los trabajadores y agricultores ucranianos forjen vínculos de solidaridad con los trabajadores de Rusia. Sus fuerzas de clase combinadas pueden ganar la lucha para poner fin a la invasión de Putin”, dijo Fruit.
Miles de tropas ucranianas con el apoyo de vehículos blindados y artillería incursionaron en la región rusa de Kursk el 6 de agosto. La repentina ofensiva tomó por sorpresa a las defensas rusas, al Kremlin y a los aliados de Kyiv.
Cientos de reclutas rusos sorprendidos se rindieron. Más de 150 mil civiles rusos han sido evacuados, incluso de la capital regional, Kursk.
La audaz acción de Kyiv pretende forzar a Moscú a reubicar fuerzas de los frentes en el este de Ucrania, donde las tropas rusas están haciendo avances a costa de cientos de soldados muertos diariamente. A pesar de sus riesgos, la incursión está elevando la moral de los ucranianos y está humillando a Putin.
Yashin, dijo a la prensa: “Ucrania no tiene intención de anexar ningún territorio ruso”. El pueblo ucraniano “exige la retirada de las tropas rusas”, lo cual, según Yashin, está “absolutamente justificado”.
“La guerra no es sólo una tragedia para Ucrania, también es una catástrofe para Rusia”, afirmó.