NUEVA YORK — “La lucha sobre cuál clase gobernará es la cuestión fundamental que enfrentan los trabajadores en todo el mundo”, dijo Rachele Fruit a las 48 personas reunidas en un evento celebrado aquí el 8 de septiembre. “La clase trabajadora norteamericana es un factor decisivo en esa lucha”.
El día previo, Fruit participó en el desfile del Día del Trabajo de Nueva York. En la tarde fue a la Feria del Libro de Harlem, donde habló con personas que visitaron el stand de libros de Pathfinder.
Conoció a muchos trabajadores que estaban interesados en una campaña obrera que ofrece una alternativa a los dos principales candidatos de los capitalistas: Donald Trump y Kamala Harris. Y también en una explicación de por qué los trabajadores necesitamos romper con los partidos Demócrata y Republicano y construir nuestro propio partido, un partido de los trabajadores, que luche para avanzar nuestros intereses de clase. Fruit instó a todos a apoyar la campaña y a participar en ella. Más de 15 firmaron tarjetas de apoyo a la campaña.
La crisis económica capitalista mundial está provocando devastación y guerra para millones de personas, dijo en el evento, señalando los acontecimientos decisivos de la invasión rusa de Ucrania y el pogromo de Hamás patrocinado por Teherán que mató a 1,200 judíos y otras personas residentes en Israel.
Aunque debilitado, Washington “sigue siendo la potencia imperialista más poderosa y busca expandir su control económico, militar y político en todo el mundo, al igual que lo hacen sus competidores. No es posible un nuevo orden capitalista mundial que haga al mundo un lugar más seguro o más pacífico”.
“A medida que las condiciones de vida de la clase trabajadora se deterioran y las guerras se intensifican, millones de trabajadores se ven arrastrados a la política”, dijo.
“Ponemos la lucha contra el odio antijudío y la defensa de la soberanía ucraniana al centro de lo que planteamos con los trabajadores de todo el mundo”, afirmó.
“La lucha por el poder obrero” es el único camino que “abre la puerta para poner fin a las condiciones de explotación y opresión que son la fuente de la riqueza de los capitalistas”, dijo Fruit. “Esta es una perspectiva revolucionaria. Se necesitará un movimiento disciplinado de millones de trabajadores decididos a crear un mundo nuevo”.
Llamamos a un partido obrero
“Abogamos por un partido de los trabajadores que se base en los sindicatos y que pueda organizar a toda la clase trabajadora para luchar unida, por empleos para todos con salarios con ajustes automáticos para cubrir el aumento de los precios, un programa de obras públicas financiado por el gobierno para poner a los desempleados a trabajar con salarios a escala sindical en la construcción de cosas que los trabajadores necesitan, como escuelas, hospitales, guarderías y viviendas asequibles”.
Y, de manera importante este partido liderará “un movimiento social para luchar para reemplazar el poder político capitalista con un gobierno de los trabajadores”, dijo.
“Pero la mayoría de los dirigentes sindicales no parecen ir en esa dirección”, dijo un participante en el evento durante el debate. “En su mayoría apoyan a uno de los partidos capitalistas. ¿Cómo cambiamos eso?”
Entre los trabajadores con los que hablo, la idea de organizar un partido de los trabajadores independiente de los patrones y sus partidos es “enormemente popular”, dijo Fruit. Y objetivamente, “eso es lo que se necesita”. El impulso en esa dirección sólo vendrá cuando los trabajadores nos unamos a las luchas y ganemos confianza en nosotros mismos como clase.
Fruit señaló a muchos de los trabajadores que ha conocido durante su campaña: trabajadores de hoteles que hicieron una huelga en 12 ciudades durante el fin de semana del Día del Trabajo; los Teamsters de la cervecería Molson/Coors en Fort Worth, Texas, que lucharon contra los turnos obligatorios de 16 horas; trabajadores de almacenes en Montreal, algunos de los cuales todavía ganan el salario mínimo después de 30 años en el trabajo; así como trabajadores ferroviarios y de Amazon en el Reino Unido que están luchando por un sindicato.
Cientos de miles de trabajadores en Estados Unidos, Canadá y otros países han luchado por un salario que les permita vivir, horarios que les permitan tener y criar una familia y condiciones seguras en el trabajo, dijo Fruit. Los trabajadores cambian en el curso de estas luchas. “Empezamos a vernos unos a otros bajo una nueva luz: nuestra humanidad y capacidad de extender solidaridad. A través de estas batallas sindicales aprendemos que no hay soluciones individuales. Lo que cuenta es nuestra acción colectiva. Eso es el comienzo de nuestra conciencia como clase”.
“Tenemos una historia revolucionaria en Estados Unidos”, afirmó. “Los logros históricos por los que luchó la clase trabajadora en la guerra contra Gran Bretaña por la independencia, la Guerra Civil contra la esclavitud, el gigantesco levantamiento obrero que llevó a la organización de los sindicatos industriales en los años 30 y la revolución social proletaria que derribó la segregación racial en el Sur en los años 50 y 60, demuestran de lo que es capaz la clase trabajadora de Estados Unidos”.
“Señalamos nuestra continuidad. Dos poderosas revoluciones en las que los trabajadores han conquistado el poder en la época imperialista: En Rusia, en 1917, bajo la dirección de V.I. Lenin y el Partido Bolchevique, y en Cuba, en 1959, bajo la dirección de Fidel Castro.
“Nosotros también podemos hacerlo, aquí mismo, en Estados Unidos”, afirmó.
Cañonazos de III guerra mundial
“Han pasado más de 30 años desde que el Partido Socialista de los Trabajadores explicó que la guerra de Washington contra Iraq fueron los cañonazos iniciales de la Tercera Guerra Mundial”, dijo Fruit. “Hoy, millones de personas escuchan esos disparos con más intensidad”.
“El impulso hacia la guerra y el saqueo es inherente al imperialismo”, dijo Fruit.
“No somos pacifistas burgueses”, dijo Fruit. “Estamos a favor de organizar a la clase trabajadora para luchar por nuestros intereses de clase.
“Nos oponemos al desplazamiento de tropas, bases y armamentos de Estados Unidos en cualquier parte del mundo”, afirmó. “Sabemos que el ejército norteamericano nunca se utiliza para promover los intereses de los trabajadores aquí o en el extranjero. Siempre se utiliza para promover los intereses depredadores de la clase dominante norteamericana”.
“Los gobiernos de Ucrania y de Israel son gobiernos capitalistas y dependen de aliados imperialistas caprichosos que anteponen sus propios intereses”, afirmó Fruit. “Pero si ganan las guerras que están librando para sobrevivir, la clase trabajadora tendrá más espacio para organizarse, unirse y buscar aliados en las clases trabajadoras de otros países”.
En última instancia, dijo, “la solución está ligada a la construcción de un partido obrero revolucionario de todas las nacionalidades en cada país”, dijo Fruit —incluso en Israel y Ucrania— “que luche por el poder obrero”.
Eso es lo que el Partido Socialista de los Trabajadores está intentando hacer aquí, dijo. “Les invitamos a que se nos unan”.
En respuesta a una solicitud de fondos por John Studer, director de la campaña nacional del PST, los participantes contribuyeron 3,634 dólares para ayudar a financiar las últimas nueve semanas de la campaña.