CINCINNATI — “Esta es la primera vez en mi vida que realmente siento que algo que hago puede marcar una diferencia y cambiar las cosas”, dijo al Militante Eric Wood, cocinero de un restaurante de la ciudad. Wood asistió a un evento el 22 de septiembre de Rachele Fruit, candidata del Partido Socialista de los Trabajadores para presidente.
Wood, quien recientemente firmó una tarjeta de apoyo para la campaña, planea participar con los partidarios del PST en un evento en Indianápolis de solidaridad con los trabajadores postales que están luchando por un nuevo contrato nacional.
“La lucha sobre si los patrones o los trabajadores van a dirigir el gobierno es lo único que cuenta para los trabajadores de todo el mundo, y la clase trabajadora norteamericana es decisiva en esa lucha”, dijo Fruit en el evento. “La lucha por el poder obrero abrirá la puerta para acabar con las condiciones de explotación y opresión que son la fuente de la riqueza de los capitalistas”.
Para avanzar por ese camino, dijo Fruit, los trabajadores “necesitan un partido de los trabajadores que movilice y una al pueblo trabajador, y que sea independiente de los partidos capitalistas. Debe ser un partido basado en los sindicatos que pueda organizar a toda la clase trabajadora para luchar unida, un movimiento social en lucha para reemplazar el poder político capitalista con un gobierno de los trabajadores”.
Un participante preguntó qué opinaba Fruit del anuncio del presidente del sindicato Teamsters, Sean O’Brien, de que el sindicato no apoyaría ni a la candidata del partido demócrata Kamala Harris ni al republicano Donald Trump.
Durante décadas, el sindicato, con 1.3 millones de miembros, ha respaldado a los candidatos presidenciales del Partido Demócrata. El anuncio de O’Brien ha sido recibido con la furiosa condena de liberales y de la izquierda de clase media. En In These Times apareció el titular: “El extraño y estúpido fiasco de los Teamsters de no avalar [a un candidato]”.
En respuesta, Fruit señaló al discurso de O’Brien en la convención del partido republicano. “No rompió de ninguna forma con la política capitalista”, dijo. “Al contrario, O’Brien y otros funcionarios todavía esperan obtener favores de los llamados amigos de los trabajadores en ambos partidos capitalistas. Los trabajadores necesitamos romper decisivamente con ambos partidos de los patrones y formar nuestro propio partido obrero para luchar por el poder político”.
A pesar de que hablan de una reducida inflación, dijo Fruit en su presentación, los gastos de alquiler, comida, cuidado infantil y otras necesidades aumentaron entre un 20 y 35% en los últimos cuatro años. “Las necesidades como los medicamentos para el cáncer y otras enfermedades graves cuestan cientos, miles, si no millones, de dólares al año”, agregó.
“Hoy más trabajadores están organizando sindicatos y utilizándolos para luchar por alzas salariales y por protecciones ante el aumento del costo de la vida”.
“Hay 16.2 millones de trabajadores en Estados Unidos que están afiliados a sindicatos”, dijo Fruit. “Esto podría ser una fuerza poderosa si nos unimos y actuamos juntos. Pero sólo representa al 10% de la clase trabajadora y al 6% de los trabajadores de la industria privada. El otro 90% necesita ser organizado junto con nuestros aliados entre los productores explotados, como pequeños agricultores, camioneros y pescadores.
Luchar contra el odio antijudío
“El odio antijudío —un reflejo de la crisis del capitalismo— es también una cuestión de vida o muerte para la clase trabajadora y nuestros sindicatos”, afirmó Fruit. “Tenemos que actuar contra cualquier intento de atacar, calumniar o convertir en chivos expiatorios a los judíos”.
“La persecución de los judíos se remonta a dos milenios”, señaló Fruit. “Pero con el albor de la época imperialista, se convirtió en una cuestión internacional. Está vinculada a la supervivencia de la clase capitalista en su agonía. La época imperialista abre paso a la línea de marcha de la clase trabajadora hacia el poder, la época de la revolución socialista.
“Defendemos Israel como refugio para los judíos de cualquier parte del mundo”, dijo Fruit. “Pero Israel no puede resolver el problema del antisemitismo. La solución está ligada a la construcción de un partido obrero revolucionario de todas las nacionalidades en todos los países, incluido Israel, que se empeñe en organizar a los trabajadores para que conquisten el poder”.
“Estamos a favor de que los ucranianos derroten al régimen de Putin en su guerra contra la soberanía de Ucrania”, añadió Fruit. Ella destacó la creciente oposición de trabajadores y soldados en Rusia a la guerra de Putin, describiéndola como “la solidaridad más importante posible para el pueblo de Ucrania”.
“No apoyamos a los gobiernos capitalistas de Ucrania e Israel, que dependen de sus inconstantes aliados imperialistas que anteponen sus propios intereses. Pero si ganan las guerras que están librando por la supervivencia de sus países, la clase trabajadora tendrá más espacio para organizarse, unirse y encontrar a sus aliados en otros países.
Fruit terminó su charla señalando al ejemplo de la Revolución Rusa dirigida por los bolcheviques en 1917 y la Revolución Cubana liderada por Fidel Castro en 1959. “En ambos casos desafiaron a las fuerzas más poderosas de la tierra y vencieron.
“Los trabajadores cubanos han demostrado al mundo lo que se puede lograr, cómo cambiarán las relaciones sociales, cómo cambiará el ser humano”.
“¿Qué significa apoyar la campaña del PST?”, preguntó un participante.
“El primer paso es estar de acuerdo en que tenemos que romper con la política del mal menor de apoyar a los demócratas o a los republicanos”, respondió Fruit. “Y querer ayudarnos, hacer campaña con nosotros o colaborar juntos para ganar solidaridad para los trabajadores en huelga o participar juntos en manifestaciones como las de los trabajadores postales este 1 de octubre”.