Crece evidencia de culpa de gobierno en fuegos en LA

Por Laura Garza
10 de febrero de 2025
Voluntarios preparan donaciones en centro de YMCA en Koreatown en Los Angeles, 11 de enero. Miles de voluntarios, algunos de ellos víctimas de los incendios, se organizan para recolectar y distribuir ropas, frazadas, etc. También reparten pizza y hamburguesas gratis.
Elise Hu/NPRVoluntarios preparan donaciones en centro de YMCA en Koreatown en Los Angeles, 11 de enero. Miles de voluntarios, algunos de ellos víctimas de los incendios, se organizan para recolectar y distribuir ropas, frazadas, etc. También reparten pizza y hamburguesas gratis.

LOS ANGELES  — El fuerte olor a humo, el cielo oscurecido y la lluvia de cenizas han disminuido en muchos barrios aquí, aunque cuanto más uno se acerca a los incendios activos, el aire sigue siendo peligroso para respirar. Más personas están usando máscaras. Las personas tratan de maniobrar a través de los puestos de control de la policía y la Guardia Nacional para ver lo que ha quedado de sus propiedades.

La única verdadera señal de esperanza son los miles de voluntarios que han instalado centros de ayuda improvisados ??o puestos de distribución de alimentos en las esquinas, en los estacionamientos, en las iglesias y otros lugares cerca de las áreas dañadas por el fuego. Cientos de dueños de pizzerías y conductores voluntarios han repartido miles de pizzas.

Los políticos del Partido Demócrata que dominan en California —desde el gobernador Gavin Newsom hasta la alcaldesa de Los Angeles Karen Bass, los jefes de las entidades de gobierno relevantes, de las empresas eléctricas, la policía y otras agencias— se están culpando mutuamente por no haber mantenido y desplegado los recursos necesarios para prevenir o contener los incendios.

Miles de personas confrontan la posibilidad de ser estafados por agentes inmobiliarios ávidos de ganancias al buscar nuevas viviendas. Es parte de la profundización de la crisis social que los incendios han creado y exacerbado. El número de muertos ha llegado a 28 y muchas personas están desaparecidas. Muchos en el oeste de Altadena, una zona históricamente negra, dicen que no recibieron avisos del peligro inminente o advertencias de evacuación hasta que las llamas del incendio Eaton asolaban a su alrededor. Diecisiete muertes ocurrieron allí.

Incluso antes de los incendios, la California Housing Partnership informó que las personas que alquilan viviendas en el condado de Los Angeles necesitan ganar al menos 48.04 dólares por hora —2.9 veces el salario mínimo— para poder cubrir el alquiler mensual promedio de 2,498 dólares. Pero en la situación actual, los alquileres están subiendo, a pesar de que es ilegal que los propietarios los aumenten más del 10%.

David Wellington, un africano americano trabajador de FedEx, habló con esta corresponsal obrera del Militante el 16 de enero. El iba rumbo a su trabajo desde el refugio en el Centro de Convenciones de Pasadena donde se ha estado alojando desde que se incendió su casa en Altadena. “La compañía de seguros dice que tienen que ver el lugar y verificar que se quemó”, dijo, pero ahora está prohibido ir por ahí.

Un total de 15 mil hogares, negocios y escuelas fueron destruidos por los incendios.

Miles de voluntarios

La gran cantidad de personas que se han ofrecido como voluntarios muestra la capacidad de los trabajadores para transformarse a sí mismos y hacer frente a la situación. Dann Salinas, gerente de proyectos de una obra de construcción, organizó un sitio temporario detrás del Club 1881 en Pasadena. “Tenemos ropa, zapatos, artículos de cocina, juguetes y ropa de cama. Han aportado hasta algunos perros calientes”, dijo, traídos por vecinos y amigos. Tony Duran, maquinista del ferrocarril Union Pacific, estaba ayudando a Salinas. “Dann es mi compadre”, dijo Duran. “Creció aquí y me contactó. Me alegra poder ayudar”.

Miles de personas están trayendo suministros, alimentos preparados, instalando puestos de comida y más. Muchos de los voluntarios se reunieron en un enorme centro de donaciones instalado en el estacionamiento del hipódromo de Santa Anita la semana después del inicio de los incendios. A pesar de que persisten las necesidades, los funcionarios de la ciudad anunciaron el 16 de enero que este sitio iba a ser cerrado.

El Pasadena Community Job Center, organizado por la Red Nacional de Jornaleros, ha abierto sus puertas a los voluntarios.

“Hubo cientos de voluntarios, hasta 700, durante el fin de semana. Preguntamos qué necesitan las familias, y luego pueden recogerlo”, dijo al Militante Walter Batres, presidente de la Red de Migrantes Guatemaltecos, en el centro. Él es un obrero de la construcción que vive en Altadena. Batres señaló la fila de personas esperando para recoger los artículos donados.

Gobierno capitalista es responsable

Para millones de personas es evidente que el desastre fue producto de la negligencia del gobierno durante muchos años en la construcción y mantenimiento de la infraestructura necesaria y la suficiente capacidad para combatir los incendios. Lo que han sufrido los trabajadores es producto de la operación con fines de lucro del capitalismo y el desdén de sus defensores políticos.

En una reunión de la Comisión de Bomberos un mes antes, antes de que estallaran los incendios, el presidente del sindicato de bomberos y otros pidieron más recursos y citaron las peligrosas escaseces. Señalaron que los camiones no son reparados porque el Departamento de Bomberos de Los Angeles no cuenta con suficiente personal, incluso en el número de mecánicos, que han sido recortados. El departamento tiene menos de un bombero por cada mil habitantes. Muchas ciudades principales tienen cerca de dos bomberos por cada mil habitantes.

Freddy Escobar, presidente del sindicato de bomberos, dijo a CNN: “No se trata de un ciclo presupuestario. No se trata de un solo alcalde. Hemos estado hablando de esto durante años. Es triste que haya tenido que ocurrir este desastre natural y esta tragedia para poner de relieve lo que hemos estado diciendo durante décadas”.