¡Alto a las redadas y deportaciones de ICE!

Por Laura Garza
7 de julio de 2025
Miles se sumaron a protesta de sindicato SEIU para exigir cese de redadas de inmigración en Los Angeles, junio 9. “Los sindicatos no podrán luchar eficazmente a menos que todos sus miembros defiendan juntos sus intereses”, dijo Laura Garza, candidata del PST (recuadro).
Fotos del Militante: Arriba, Laura Garza, recuadro, Pedro VasquezMiles se sumaron a protesta de sindicato SEIU para exigir cese de redadas de inmigración en Los Angeles, junio 9. “Los sindicatos no podrán luchar eficazmente a menos que todos sus miembros defiendan juntos sus intereses”, dijo Laura Garza, candidata del PST (recuadro).

LOS ANGELES — Desde el 6 de junio, policías de inmigración han descendido sobre el sur de California, arrestando a trabajadores inmigrantes y generando resistencia.

Arrestan a personas que van caminando o conduciendo al trabajo, se dirigen a los estacionamientos de Home Depot donde los jornaleros esperan por trabajo, realizan redadas en talleres de confección, lavaderos de autos y áreas agrícolas en Oxnard. Todo esto desmiente lo que dice el gobierno de que está deportando “criminales”.

Multitudes de decenas y hasta cientos de personas se han reunido donde han tomado lugar las redadas y arrestos, y varios miles de trabajadores han acudido a protestas y marchas pacíficas.

Muchos trabajadores no salen de sus casas. Los supermercados están más vacíos, hay menos tráfico, las calles donde se instalan los vendedores están vacías y la gente falta al trabajo, a la escuela o a las citas médicas.

Durante una redada en un taller de costura en el centro de la ciudad decenas de trabajadores intentaron bloquear la entrada. Agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) maltrataron y arrestaron a David Huerta, presidente estatal del Sindicato Internacional de Empleados de Servicios de California SEIU.

Mucha gente acudió al centro de la ciudad para protestar. La mayoría de las protestas fueron pacíficas, atrayendo tanto a ciudadanos estadounidenses como a trabajadores inmigrantes que se oponen a la represión.

Pero sin un liderazgo organizado y disciplinado, al caer la noche y dispersarse la multitud, un pequeño grupo de anarquistas, antifas y provocadores incitaron confrontaciones con agentes de inmigración u otros policías, principalmente en los alrededores de uno de los centros de detención.

Rompieron y lanzaron trozos de hormigón, junto con petardos y botellas de agua. Durante un breve periodo bloquearon una autopista; una acción profundamente antiobrera ya que afectaba principalmente a quienes iban o regresaban de trabajar.

En la peor noche de estos disturbios unas 23 tiendas fueron saqueadas. Esto acaparó la mayor parte de la primera plana de noticias en la prensa.

Esto le dio al gobierno la oportunidad de movilizar a 1,700 efectivos de la Guardia Nacional y, posteriormente, a unos 700 marines, que permanecen desplegados aquí a pesar de que las movilizaciones ya han cesado.

Concentración sindical

El 9 de junio al mediodía, el SEIU realizó una concentración de varios miles de personas para exigir la excarcelación de Huerta y el fin de las redadas. Se mantuvo organizada y disciplinada, con miembros del sindicato claramente visibles guiando a la gente a la concentración y garantizando un evento ordenado. Los trabajadores y sus familias asistieron sabiendo que sería un lugar seguro para protestar.

Phil Meza, miembro del Local 1428 del sindicato de trabajadores de la alimentación UFCW, acudió a exigir la excarcelación de Huerta y “para que suelten a todos los demás detenidos. Nuestro trabajo como sindicato es proteger a los trabajadores sin importar su estatus migratorio. Hay una manera de protestar”, declaró al Militante, señalando la manifestación.

Tras tres días detenido, Huerta salió bajo una fianza de 50 mil dólares. Enfrenta un cargo grave de conspiración para obstaculizar a un oficial, lo que podría resultar en una condena de seis años.

¡Amnistía, no deportaciones!

“Los candidatos del Partido Socialista de los Trabajadores, Norton Sandler para gobernador y yo para la alcaldía de Los Angeles, exigimos amnistía para todos los trabajadores indocumentados en Estados Unidos”, le dije a una persona que se detuvo a hojear el Militante en la manifestación. “Esta debería ser la demanda del movimiento sindical y de quienes luchan contra las deportaciones hoy, porque es una manera de eliminar el peso del miedo y derribar las barreras para luchar hombro con hombro contra los patrones y su gobierno.

“Los gobernantes capitalistas son impelidos por el mercado, por el funcionamiento del capitalismo, para intensificar la rivalidad entre los trabajadores para que nos enfrentemos unos a otros fomentando divisiones entre los con y sin papeles. Estos ataques están ocurriendo hoy día, no por Donald Trump sino porque el sistema capitalista está en crisis y los patrones necesitan chivos expiatorios.

“Están explorando los límites de sus medidas —qué tan severas y represivas pueden ser— en anticipación de los conflictos de clase más agudos que se avecinan, y eso es peligroso para la clase trabajadora”, les expliqué.

La persona compró una suscripción al Militante y el libro Malcolm X, la liberación de los negros y el camino al poder obrero, de Jack Barnes, el secretario nacional del PST.

Cité el ejemplo de las manifestaciones masivas que tuvieron lugar en todo el país en 2006, cuando millones de trabajadores marcharon contra una propuesta de ley antiinmigrante, coreando “¡Somos trabajadores, no criminales. Alto a las deportaciones!”. El 1 de mayo de ese año, paralizaron la producción en plantas empacadoras de carne, en talleres textiles y en los puertos de Los Angeles y Long Beach, demostrando el poder de la clase trabajadora.

“Eso es lo que se necesita hoy”, les dije a los presentes en la manifestación. “¡Un llamado de los sindicatos a unirse a una manifestación masiva para decir ‘¡No a las redadas, no a las deportaciones!’ y exigir amnistía ya!”.

Muchos patrones que dependen de la mano de obra inmigrante han presentado protestas contra las redadas en sus fábricas y campos ante la administración de Trump. La administración respondió diciendo que limitaría algunas redadas en centros de trabajo, especialmente en la agricultura, hoteles y las plantas empacadoras de carne.