LINCOLN, Nebraska — Más de 115 mil sindicalistas ferroviarios están esperando la llegada de diciembre para ver si se declararán en huelga como parte de su lucha para defender sus trabajos, seguridad y salud bajo ataque por las empresas de ferrocarril.
Los patrones y el gobierno federal han utilizado la Ley Laboral Ferroviaria para atar a los trabajadores con trámites burocráticos e impedir que se declaren en huelga. Es hasta ahora —años después del inicio de las negociaciones— que según la ley puede haber una huelga.
Los patrones tienen la ayuda de la Casa Blanca de Joseph Biden, que ha amenazado con pedirle al Congreso que intervenga, prohibir una huelga e imponer un contrato antiobrero. La cuestión es, quién es más fuerte: los patrones y su gobierno o los trabajadores y sus aliados.
Si bien los miembros de varios de los sindicatos ferroviarios más pequeños de los 12 involucrados han aprobado contratos, la mayoría en algunos de los más grandes —como los 23 mil miembros de la Hermandad de Mantenimiento de Vías BMWE— rechazaron su contrato y han fijado un plazo de huelga para el 4 de diciembre si no ocurren avances en las negociaciones.
Los dos sindicatos más grandes, la Hermandad de Maquinistas BLET y el SMART-TD están votando ahora y anunciarán los resultados el 21 de noviembre. Los 12 sindicatos se han comprometido a que si uno de ellos sale a la huelga, salen todos.
Más de 300 asociaciones comerciales agrícolas estatales y agronegocios nacionales, organizaciones de patrones en las industrias de la carne, granos, algodón y madera, le escribieron a la administración Biden y al Congreso para exigir que eviten cualquier paro por los sindicatos ferroviarios.
“El Departamento de Agricultura y todas estas asociaciones comerciales nunca piden mejores salarios o condiciones para ningún trabajador”, dijo al Militante el agricultor jubilado de Iowa George Naylor el 14 de noviembre. “Si tuviéramos un sistema agrícola que apoyara a los pequeños agricultores en lugar de los tiburones que se aprovechan de ellos, una huelga de ferroviarios sería vista como una oportunidad para brindar solidaridad a personas afines que trabajan para ganarse la vida”.
La Hermandad de Mantenimiento de Vías emitió un comunicado el 9 de noviembre en el que expresa que el sindicato no quiere ni necesita que el Congreso intervenga. Los ferrocarriles “deberían proporcionar a todos los trabajadores ferroviarios licencia por enfermedad pagada”, dijo. Las empresas tienen el dinero; “costaría literalmente un centavo de cada dólar de las ganancias récord de los ferrocarriles”.
En su carta anual en febrero a los accionistas de Berkshire Hathaway, Warren Buffet, propietario de la empresa ferroviaria BNSF, se jactó de sus ganancias netas récord de 6 mil millones de dólares en 2021.
La urgencia de la lucha de los trabajadores ferroviarios para que se contraten más trabajadores, para obtener horarios más regulares y tripulaciones más grandes, y por el fin de las políticas punitivas de asistencia y otros temas, queda subrayada por la muerte de ocho obreros ferroviarios en el trabajo solo en los últimos dos meses y medio.
Los sindicalistas con conciencia de clase insisten en que ¡ningún trabajador tiene que morir en el trabajo! Esta es parte clave de la lucha para que los trabajadores y nuestros sindicatos tomen mayor control del trabajo que realizamos.
Con el respaldo de la administración Biden los patrones ferroviarios han luchado por mantener las políticas de asistencia, horarios de trabajo, licencias por enfermedad pagadas y el tamaño de la tripulación fuera de cualquier contrato, alegando que estos aspectos serán tratados empresa por empresa después de que el paquete salarial y los costos del seguro médico se resuelvan para toda la industria.
“El acuerdo presentado por los patrones ferroviarios y nuestros funcionarios sindicales no colocó a los trabajadores ferroviarios en una posición más fuerte para oponerse y revertir las políticas represivas de asistencia, el continuo hostigamiento para acelerar el ritmo de trabajo y un tamaño de tripulación que haga el trabajo más seguro”, dijo al Militante el 9 de noviembre Lance Anton, un conductor de SMART-TD en Lincoln que votó en contra del contrato,. “Queda demasiado sin resolver en el acuerdo actual”.
“Nuestros sindicatos deberían emular lo que acaban de demostrar los trabajadores escolares canadienses en Ontario: las leyes antisindicales destinadas a impedir que los trabajadores salgan en huelga pueden ser derrotadas”, dijo. “Todos los trabajadores del sindicato ferroviario deberían tener el derecho a la huelga para resolver sus quejas si los empleadores ferroviarios no cumplen con las mejoras en nuestros salarios y condiciones laborales que necesitamos”.