Con las elecciones de 2022 ya concluidas, los trabajadores continúan enfrentando tanto la creciente crisis de la economía capitalista como los ataques contra nuestros empleos, condiciones de vida y libertades constitucionales por parte de los gobernantes capitalistas y sus dos partidos políticos: los demócratas y los republicanos.
Los conflictos entre facciones dentro del partido Demócrata y el Republicano, y entre si, se han intensificado a raíz de las derrotas que ambos sufrieron en las elecciones de noviembre. Los republicanos fracasaron en su esfuerzo por retomar el Senado y los demócratas perdieron la Cámara, lo que generó un gobierno amargamente dividido.
Ataque a libertades constitucionales
Durante años, los demócratas de todas las tendencias han estado de acuerdo en hacer de Trump el tema principal de la política. Han difamado a los 74 millones de personas que votaron por Trump como “semifascistas” que son “peligrosos” y “una amenaza para el país”. Creen que los trabajadores son “deplorables” —como los llamó célebremente Hillary Clinton— que deben ser mantenidos al margen de la política por todos los medios necesarios.
Se han pasado años orquestando audiencias de cacería de brujas en el Congreso sobre la “insurrección” del 6 de enero de 2021, utilizando al FBI —la policía política de los gobernantes capitalistas— para allanar la residencia de Donald Trump en Mar-a-Lago y las casas y oficinas de sus aliados políticos. Han infiltrado soplones en los grupos de partidarios de Trump a quienes les han fabricado casos de “conspiración sediciosa”. Y han enlistado la ayuda de aliados en Twitter, Google y otras redes sociales para espiar a usuarios de teléfonos móviles.
Los dirigentes del Partido Demócrata dicen que le atarán a Trump al cuello del candidato republicano aunque no esté en la boleta electoral en 2024.
El 19 de diciembre, el Comité del 6 de enero, dirigido por los demócratas, recomendó que el Departamento de Justicia de Biden acusara a Trump de “insurrección”, conspiración para “defraudar” a Estados Unidos y otros delitos.
Esto no tiene nada que ver con las continuas afirmaciones de Trump de que las elecciones de 2020 fueron robadas, las cuales tienen poca base. Esta implacable campaña es puramente partidista, cuyo objetivo es impedir que Trump se postule nuevamente y, si es posible, enviarlo a prisión.
Estos ataques son un peligro mortal para las libertades políticas que son cruciales para los trabajadores y nuestras luchas. Defender y extender las libertades constitucionales está hoy al centro de la lucha de clases.
No importa a quién ataquen actualmente los demócratas, mañana serán los trabajadores, nuestros sindicatos y la vanguardia de la clase trabajadora.
Aunque están unidos en la caza de brujas de Trump, y en el voto para imponer a los trabajadores ferroviarios un contrato que ellos habían rechazado y para negarles el derecho a la huelga, los demócratas siguen profundamente divididos sobre qué políticas debe promover el partido. Los Socialistas Demócratas y los liberales de izquierda asociados con ellos impulsan reformas radicales del capitalismo. Nancy Pelosi, Clinton y los líderes tradicionales del partido no están de acuerdo con este curso. Hacia el 2024, estas diferencias crecerán, amenazando con desgarrar el partido.
Crisis de los republicanos
Varios líderes republicanos, desde el senador por Texas Ted Cruz y el gobernador de Florida Ron DeSantis hasta los directores del Wall Street Journal, están presionando para que el partido se separe de Trump de una vez por todas. Argumentan que él fue la razón por la que el partido no obtuvo una victoria arrolladora en 2022, a pesar de la impopularidad de Biden.
Su desaprobación de Trump aumentó después de su reunión el 24 de noviembre con Kanye West, quien había hecho una serie de ataques de odio antijudío.
Estos ataques antisemitas que atentan contra la solidaridad dentro de la clase trabajadora han sido rechazados por amplias capas del pueblo trabajador y los oprimidos.
Muchos líderes republicanos afirman que pueden recuperar la presidencia si se presentan como un “partido Trump”, un campeón de “los humildes”, pero sin el ex presidente como candidato. “Somos el partido de los hombres y mujeres trabajadoras”, afirmó Cruz el 5 de diciembre.
Pero lejos de presentar un camino para los trabajadores y agricultores, los republicanos buscan ser la voz de la política de resentimiento, convirtiendo los desafíos reales que enfrentan los trabajadores en herramientas para fomentar las divisiones en la clase trabajadora. Ellos comparten con los demócratas su desprecio hacia el pueblo trabajador.
Campaña de trabajadores socialistas
Mientras los demócratas y republicanos compiten por ser el mejor representante de los intereses de la clase capitalista gobernante, el Partido Socialista de los Trabajadores ha lanzado la campaña de Ilona Gersh para alcalde de Chicago, con más por venir por todo el país.
Gersh explica que la política “no es liberal contra conservador, sino clase contra clase. Los trabajadores enfrentan no solo los colapsos económicos del capitalismo, sino también una creciente crisis social y moral”.
Gersh presenta un curso para que nuestros sindicatos luchen por empleos y contra el flagelo de la alza de precios. “Para combatir el desempleo, hay que luchar por una semana laboral más corta sin recortes en el salario neto. Por ajustes salariales a la par del costo de vida para proteger los salarios, pensiones, beneficios de desempleo y Seguro Social de los efectos de la inflación. Por el control obrero de las condiciones y la seguridad en el trabajo.
“Hay que luchar por condiciones que permitan a los trabajadores jóvenes formar y mantener familias”, incluidos trabajos, atención médica, cuidado de niños, vivienda asequible y suplementos de ingresos según sea necesario para que sea posible mantener un trabajo y tener suficiente tiempo libre para ser parte de luchas sindicales”, dice Gersh.
“Los trabajadores necesitamos nuestra propia política exterior, una que parta de los intereses de los trabajadores a nivel nacional e internacional”. ¡Defender la soberanía de Ucrania! ¡Apoyar las protestas en Irán! ¡Defender la revolución socialista de Cuba!
El Partido Socialista de los Trabajadores está impulsando la solidaridad para los trabajadores involucrados en luchas contra los ataques de los patrones y el gobierno: desde los patios de ferrocarriles en todo el país hasta las huelgas en Case New Holland en Wisconsin y Iowa y de los mineros de Warrior Met Coal en Alabama.
El PST plantea que necesitamos un partido obrero, basado en nuestros sindicatos. Un partido obrero que sirva de instrumento para avanzar las luchas de la clase trabajadora y señalar el camino para que los trabajadores tomemos el poder político en nuestras manos y construyamos un gobierno de trabajadores y agricultores.