Ha resurgido una disputa territorial entre los gobiernos de Venezuela y Guyana que se remonta a 1811, poniendo de relieve el peligro de conflictos militares en medio de la creciente inestabilidad del orden mundial capitalista. Lo que está en juego es el control de la región del Esequibo, que durante mucho tiempo ha estado bajo el control de Guyana. Las reservas de petróleo allí, cerca de la frontera con Venezuela podrían convertir a Guyana en el cuarto mayor productor de petróleo marítimo del mundo.
En medio de una creciente preocupación en América Latina y el Caribe, así como de la presión de Washington, el presidente de Guyana, Irfaan Ali, y su homólogo venezolano, Nicolás Maduro, se reunieron en Kingstown, capital de San Vicente y las Granadinas, el 14 de diciembre. Su agenda fue intentar disipar las crecientes tensiones sobre el Esequibo.
Los dos gobiernos emitieron una declaración conjunta diciendo que “no se amenazarán, ni usarán la fuerza el uno contra el otro en ninguna circunstancia” y “se abstendrán, ya sea con palabras o con hechos, de escalar cualquier conflicto o desacuerdo”.
La disputa se intensificó después de que el gobierno de Maduro llevara a cabo un referéndum nacional el 3 de diciembre pidiendo a los votantes que aceptaran las medidas de Caracas para reclamar la soberanía sobre el área. La votación se realizó a pesar de una advertencia de la Corte Internacional de Justicia de Naciones Unidas de que no deberían desafiar el control del territorio por parte de Guyana por mucho tiempo. La votación contó con poca participación.
A lo largo de dos siglos, la disputa territorial ha tenido altibajos a medida que los políticos venezolanos la han utilizado para conseguir apoyo nacionalista para su dominio. La principal figura de la oposición burguesa en las próximas elecciones presidenciales de 2024 en Venezuela, María Corina Machado, si bien se unió a la promesa de defender los reclamos territoriales de Venezuela, acusó a Maduro de intentar desviar la atención de la actual crisis económica y social en Venezuela.
La región del Esequibo comprende más de dos tercios del territorio de Guyana y el 16% de su población. Cuando Venezuela proclamó su independencia en 1811, su nuevo gobierno afirmó que el territorio en disputa estaba dentro de los límites de la antigua colonia española. El Reino Unido arrebató Guyana a los holandeses casi al mismo tiempo y finalmente logró poner la región del Esequibo bajo su control.
En 1899, un tribunal de arbitraje internacional compuesto por dos funcionarios de Estados Unidos, dos de Gran Bretaña y uno de Rusia, falló 3-2 a favor de otorgar a los gobernantes británicos el control sobre el 94% del territorio en disputa.
La disputa del Esequibo se reavivó en 1966 cuando Guyana obtuvo su independencia.
Las declaraciones belicistas del presidente venezolano Maduro han aumentado las tensiones en la región. Poco después del referéndum nacional, anunció que su gobierno otorgaría licencias de operación para la exploración y explotación petroleras en Esequibo y crearía una Zona de Defensa Operacional Integral sobre el territorio en disputa.
El gobierno de Guyana denunció el referéndum y dice que sus fronteras no están sujetas a discusión.
Amenaza en la región
Las fuerzas armadas de Guyana, compuestas por 4 mil efectivos, no tienen comparación a las fuerzas armadas de Venezuela, que cuentan con más de 120 mil soldados.
El gobierno venezolano ha comprado grandes cantidades de armas pesadas a Moscú, Beijing y Teherán, convirtiendo a Venezuela en uno de los países más fuertemente armados de América Latina.
Tras el referéndum del Esequibo, Maduro dio a las empresas extranjeras que operan allí 90 días para registrarse según la ley venezolana o retirarse. En septiembre, Guyana recibió ofertas para ocho de los 14 bloques de exploración de petróleo y gas marinos que ofreció en subasta, incluyendo de Hess, Arabian Drilling Co. y Watad Energy, las dos últimas conectadas con Arabia Saudita.
Exxon Mobil opera su mayor proyecto petrolero extranjero en la costa de Guyana. La empresa China National Off-shore Oil es socio del 25% de este consorcio liderado por Exxon.
Si bien Beijing mantiene estrechas relaciones con Caracas, en las últimas décadas también ha buscado profundizar sus relaciones diplomáticas y comerciales con el gobierno de Guyana.
Por su parte, Washington “estaría del lado de Guyana cuando se trate de amenazas a su territorio y soberanía”, dijo a la prensa Nicole Theriot, embajadora de Washington en Guyana. El Comando Sur de Estados Unidos llevó a cabo operaciones de vuelo conjuntas “de rutina” con las fuerzas de defensa de Guyana el 7 de diciembre.
Respuesta en América Latina
“Si hay algo que no queremos aquí en Sudamérica es la guerra”, dijo el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva en respuesta al conflicto. Los funcionarios brasileños han reiterado la “inadmisibilidad” de adquirir territorio por la fuerza y han desplegado 600 soldados y vehículos blindados en su frontera norte para bloquear la única carretera pavimentada que va de Venezuela a Guyana a través de las densas selvas. La petrolera estatal brasileña, Petrobras, también ha presentado ofertas para desarrollar proyectos en Guyana.
Las maniobras de Maduro están tropezando con dificultades políticas con las posiciones declaradas de los líderes de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), que ha declarado a la región una “Zona de Paz”.
Guyana ha buscado el apoyo de la Comunidad del Caribe, Caricom, que junto con representantes de Brasil, Colombia, la ONU y la CELAC estuvo presente en la reunión del 14 de diciembre en Kingstown.
El presidente de Guyana, Ali, pidió a Cuba que ayude a mediar en la disputa.
Cuba, un miembro destacado de CELAC y Caricom, tiene vínculos con Guyana que se remontan a décadas. A principios de la década de 1970, junto con otras tres ex colonias británicas de habla inglesa recién independizadas (Barbados, Jamaica y Trinidad y Tobago), Guyana estableció relaciones diplomáticas con Cuba, a pesar de la presión de Washington.
A finales de 1975, mientras las fuerzas del apartheid sudafricano respaldadas por el imperialismo avanzaban hacia Luanda, buscando aplastar la recién conseguida independencia de Angola, la dirección revolucionaria cubana respondió a las solicitudes de Luanda y envió combatientes para detener la ofensiva. El gobierno de Guyana puso a disposición instalaciones para repostar combustible a sus aviones que estaban transportando tropas y materiales.
El presidente Fidel Castro y otros líderes cubanos defendieron la integridad territorial de Guyana cuando en el pasado fue amenazada por los gobernantes capitalistas de Venezuela. La Habana ha brindado apoyo al desarrollo económico y social tanto de Guyana como de Venezuela.