El gobierno reaccionario capitalista de Irán le impidió a la familia de Zhina “Mahsa” Amini realizar una conmemoración al lado de su tumba en Saqqez en el segundo aniversario de su muerte. Pero miles de negocios pequeños y de trabajadores se declararon en huelga en toda la región kurda.
La joven kurda murió el 16 de septiembre de 2022, después de que la odiada “policía de la moralidad” la detuviera cuando estaba visitando Teherán. Los policías dijeron que Amini había violado el código de vestimenta, que exige que las mujeres se cubran el cabello. Sus familiares dicen que los policías la golpearon. Su muerte provocó protestas que se extendieron rápidamente por todo Irán y que continuaron durante cinco meses. La policía y matones del grupo paramilitar Basij, financiado por el gobierno, mataron a más de 500 manifestantes. Más de 22 mil personas fueron arrestadas, la mayoría excarceladas después de breves períodos de prisión.
Este año, 14 dirigentes del Sindicato de Maestros del Kurdistán en Sanandaj fueron detenidos antes de la protesta prevista, y las autoridades le advirtieron a la familia de Amini que no saliera de su casa. También descargaron la presa de Cheraghweis para inundar gran parte del acceso al cementerio de Saqqez y estacionaron tropas del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica en sus entradas para mantener a la gente fuera.
Al mismo tiempo, miles de personas en la región kurda se apegaron a la convocatoria de huelga del 15 de septiembre. Los videos de por lo menos siete ciudades incluidas Piranshahr, Saqqez, Sanandaj y Kermanshah mostraron calles desoladas.
La “policía de la moralidad” —que el régimen retiró durante las protestas de 2022 y 2023— está de nuevo en las calles tratando de hacer cumplir el código de vestimenta. No obstante, cada vez más mujeres salen en público sin el hiyab obligatorio.
Las protestas tras la muerte de Amini ayudaron a ampliar el espacio para que los trabajadores, las mujeres y las nacionalidades oprimidas luchen por sus intereses. El aniversario de este año tuvo lugar en medio de un repunte de las batallas sindicales.
Los presos políticos en la penitenciaría de Ghezel Hesar en Karaj conmemoraron la muerte de Amini y de otras personas asesinadas en las protestas leyendo poemas, cantando canciones y exigiendo el fin de la pena de muerte.