La siguiente declaración fue emitida el 17 de septiembre por Rachele Fruit, miembro del sindicato UNITE HERE y candidata del Partido Socialista de los Trabajadores para presidente de Estados Unidos.
La guerra entre los trabajadores y los capitalistas es la cuestión fundamental de la campaña electoral presidencial de 2024. En los últimos dos años, los trabajadores han tenido que gastar una parte mayor de sus ingresos en alimentos. No podemos permitirnos vivir en las ciudades donde trabajamos. Los horarios y las condiciones laborales no permiten tener una vida fuera del trabajo y con demasiada frecuencia son una amenaza a nuestra salud y vida.
Los explotadores están conscientes de sus intereses de clase y están unidos en contra de los trabajadores. Hay un mayor número de trabajadores que está diciendo: “¡Basta ya! Es hora de que nos defendamos”. He escuchado esto en las líneas de piquetes por todo el país, de trabajadores de hoteles y de panaderías, asistentes de vuelo y muchos más.
El 94.6% de los trabajadores mecanometalúrgicos de Boeing rechazaron el contrato ofrecido por la empresa, y el 96% votó a favor de ir a la huelga el 12 de septiembre. Después de 16 años sin un aumento salarial y concesiones forzadas en los beneficios de jubilación y la atención médica, un aumento del 25% en cuatro años no iba a ser suficiente. El salario inicial para algunos de los empleados nuevos es poco más que el salario mínimo en el estado de Washington. Los trabajadores de mayor edad que renunciaron a su pensión de jubilación hace 10 años la quieren de regreso. Un trabajador dijo a KING5 News: “Sólo estamos aquí para cuidarnos unos a los otros”.
Los trabajadores no sindicalizados de Boeing en Carolina del Sur no deben ser vistos como competidores. ¡Hay que incorporarlos a las filas de los sindicatos!
Los 45 mil hombres y mujeres miembros de la Asociación Internacional de Estibadores ILA en los puertos desde Maine hasta Texas, se están preparando para salir en huelga en unos días para unirse a los trabajadores de Boeing que se encuentran en las líneas de piquetes. Están decididos a lograr un contrato que proteja sus salarios y puestos. “Será difícil, pero tenemos que hacerlo”, me dijo un trabajador en la sala de contratación de la ILA en Miami esta semana. “¡Hemos esperado por mucho tiempo!”
La Alianza Marítima de Estados Unidos está automatizando los trabajos dejando a los trabajadores sin sus puestos. Cuentan con que el gobierno de los patrones invoque leyes antisindicales y obligue a los trabajadores a regresar al trabajo. El presidente demócrata Joseph Biden hizo exactamente eso hace dos años cuando vetó el derecho a la huelga de 115 mil trabajadores ferroviarios.
Cuando los trenes, los puertos y las fábricas se paralizan y los patrones empiezan a perder millones de dólares, podemos ver el poder de la clase trabajadora y nuestro potencial para instar a otros trabajadores a brindar solidaridad.
Las libertades constitucionales, incluido el derecho de huelga, están siendo atacadas tanto por los demócratas como por los republicanos. Dicen que los trabajadores en huelga dañan “nuestra economía”, mientras que los patrones presionan para aumentar sus ganancias a costa nuestra y debilitan a nuestros sindicatos. No existe tal cosa como “nuestra” economía: hay dos intereses de clase marcadamente contrapuestos entre los patrones y los trabajadores.
El afán de ganancias de los patrones es mortal. La empresa Boeing se declaró culpable de un cargo de conspiración para cometer fraude criminal vinculado con los accidentes de los aviones 737 Max en 2018 y 2019 que mataron a 346 personas. El 25 de junio, en la audiencia final de la Junta Nacional de Seguridad del Transporte sobre el descarrilamiento tóxico de un tren de Norfolk Southern en febrero de 2023 en East Palestine, Ohio, la junta tuvo que admitir que los patrones ferroviarios tenían toda la responsabilidad. Dijeron que la conducta de la empresa fue “sin precedentes y reprobable”.
Toda la clase trabajadora debe apoyar a los huelguistas de Boeing. Su lucha es nuestra lucha.
A medida que las condiciones de vida de la clase trabajadora se deterioran y las guerras de los gobernantes se intensifican, millones de trabajadores se ven atraídos a la política de una manera nueva y urgente, buscando formas de luchar y ganar. Es por eso que hoy en día más trabajadores están organizando y usando sus sindicatos para luchar por mejores salarios y protecciones por los aumentos del costo de vida.
Todas las batallas huelguísticas actuales son luchas políticas. Necesitamos romper con los partidos de los patrones, y salir del callejón sin salida de tener que elegir por el “mal menor”. Es hora de que organicemos nuestro propio partido político, un partido obrero, un partido para unir a nuestra clase para defender nuestros intereses como parte del camino para tomar el poder político en nuestras manos.