NUEVA YORK — El senado de Estados Unidos votó hoy 50-48 a favor del nombramiento del juez de la corte de apelaciones Brett Kavanaugh para la Corte Suprema, dijo aquí John Studer, director del Militante y dirigente del Partido Socialista de los Trabajadores, en el programa del Militant Labor Forum del 6 de octubre.
“La clase trabajadora no tiene ningún interés ni en respaldar ni en oponerse a la nominación de Kavanaugh”, dijo. “Son nueve ladrones en túnicas negras que sirven a la clase dominante”.
“Pero eso no significa que da igual quien esté en la corte”, dijo Studer. “Para la clase trabajadora es mejor tener una Corte Suprema que no trate de transformarse en un brazo legislativo partidista del gobierno en lugar de una corte que toma decisiones basadas en la Constitución, la Carta de Derechos y otras enmiendas.
“Y estamos muy interesados en algunas de las cuestiones que surgieron como parte de la oposición contra el nominado por el presidente Donald Trump”, dijo. “Especialmente en los derechos políticos que hemos ganado con sangre durante siglos de revoluciones y batallas de clase, como la protección de la presunción de inocencia en la Carta de Derechos ”.
Desde las elecciones presidenciales de 2016, los liberales, miembros de las varias facciones del fragmentado Partido Demócrata, varios republicanos y la llamada izquierda han estado en un cruzada de “resistencia”. Su objetivo es derrocar la presidencia de Trump, tratar de que sea enjuiciado o destituido de alguna forma. Pero aún más importante, esta “resistencia” está dirigida contra los trabajadores que votaron por él o que —por asco hacia ambos partidos— no votaron, asegurando la derrota de la candidata del Partido Demócrata Hillary Clinton.
“Desde la Marcha de Mujeres en enero de 2017 hasta los más recientes actos del “movimiento” #MeToo bajo el lema ‘Le creemos a ella’, pintan la imagen del surgimiento de una clase trabajadora cada vez más retrógrada, racista, sexista y reaccionaria”, dijo Studer. “Pero nada de esto es cierto”.
El Partido Socialista de los Trabajadores encuentra lo opuesto cuando sus miembros y partidarios llevan su programa y literatura de puerta en puerta en barrios obreros en ciudades y áreas rurales. Los trabajadores están interesados en hablar sobre la crisis y la línea de marcha que presenta el Partido Socialista de los Trabajadores.
Fin del ‘Siglo Americano’
Studer puso la disputa sobre la Corte Suprema en el contexto de lo que enfrenta la clase trabajadora hoy día. La elección de Trump fue un reflejo de la crisis del capitalismo: una crisis económica, política, social, moral y cultural. Sucede con el fin del “Siglo Americano”, con el derrumbe del antiguo orden mundial liberal imperialista y de las instituciones que los gobernantes estadounidenses utilizaron para impulsar sus intereses, desde la OTAN hasta Naciones Unidas. Y las que sus competidores más débiles intentaron emplear, como la Unión Europea.
El imperialismo norteamericano salió victorioso de la segunda guerra mundial imperialista. Pero aunque Washington sigue siendo la potencia imperialista más fuerte del mundo, está más débil que nunca, dijo Studer. El futuro, la mayoría de la gente cree, está con China, en Asia. Pero todavía no. Los gobernantes capitalistas de Estados Unidos siguen siendo los dominantes.
La cuestión decisiva es cual clase gobernará. La clase trabajadora necesita romper políticamente con el estado y los partidos políticos de los capitalistas, dijo. Necesitamos construir nuestro propio partido, un partido obrero, y luchar para dirigir una lucha de los trabajadores y agricultores al poder.
Actualmente hay una expansión de la economía. Según las estadísticas, el desempleo es del 3.7 por ciento, el más bajo desde 1969, aunque la tasa de participación en la fuerza laboral se mantiene a niveles históricamente bajos.
“¿Recuerdan toda esa habladuría sobre la robotización, de que ya no hay más trabajos para obreros, que la clase trabajadora está desapareciendo, que los ‘deplorables’ de los pueblos pequeños y del campo deberían trasladarse a las grandes ciudades y conseguir empleos en la gig economy [trabajos esporádicos]?”, preguntó Studer. “Ahora, de repente, hay una escasez de conductores de camiones, trabajadores ferroviarios y de almacenes, y para las tiendas minoristas. Son empleos con salarios que los patrones están dispuestos a pagar, por supuesto”.
Para tratar de mantener los trabajadores necesarios, Jeff Bezos elevó el salario mínimo en Amazon a 15 dólares la hora. Esto ha despertado un gran interés entre los trabajadores y pone presión a otros patrones para que acepten las demandas de los que luchan por el aumento del salario mínimo.
Expansión es buena para trabajadores
“Es bueno para la clase trabajadora. Es más fácil conseguir o cambiar de trabajo”, señaló Studer. “Nos da más confianza para poder defendernos y luchar”.
“Esto se puede ver en las acciones obreras que están teniendo lugar”, dijo. “Los maestros que salieron en huelga a principios de este año en Virginia Occidental, Arizona y otros estados, los trabajadores de hoteles en Chicago, San Francisco y otras ciudades. Los camioneros del puerto de Los Angeles en huelga para que se les reconozca como trabajadores con derecho a afiliarse a sindicatos, y donde los Teamsters y sindicatos dirigieron una protesta contra las medidas del gobierno para eliminar el Estado de Protección Temporal para trabajadores de El Salvador y otros países, un reconocimiento de la importancia de la lucha por la amnistía para trabajadores inmigrantes como parte de forjar sindicatos hoy”.
El crecimiento económico es resultado en parte de los ciclos ascendentes y descendentes del capitalismo y del impulso provocado por los recortes de impuestos y las gestiones en las relaciones comerciales de la administración de Trump. Debido a las estipulaciones del nuevo acuerdo comercial entre los gobernantes capitalistas en Estados Unidos, Canadá y México, algunas compañías automotrices europeos dicen que trasladarán más de su producción a América del Norte.
El repunte económico no significa que el desastre que enfrentan los trabajadores haya desaparecido. Por lo contrario, Studer señaló el continuo aumento de la adicción a los opioides, incluso de trabajadores empleados; la alta tasa de suicidio entre soldados y veteranos utilizados como carne de cañón en las guerras imperialistas en Afganistán, Iraq y otros países desechados por el gobierno cuando regresan a casa.
Histeria anti-Trump no desaparece
Hace unas semanas el Militante publicó el titular “Histeria liberal anti-Trump se tambalea frente a la aversión de los trabajadores”.
“Pero eso no es cierto”, dijo Studer. “Habrá altibajos. Pero la histeria y el furor no está desapareciendo. Es un elemento permanente de la política burguesa en Estados Unidos hoy”.
La congresista demócrata Maxine Waters en California no se ha retractado de su llamado a acosar a miembros de la administración de Trump “y decirles que no son bienvenidos en ningún lugar”.
Esta histeria es lo que llevó al partidario de Bernie Sanders, James Hodgkinson, a tratar de matar la mayor cantidad de congresistas republicanos en un partido de béisbol en junio de 2017. Les disparó y casi mató al congresista Steven Scalise.
Prácticamente toda la izquierda de clase media es parte integral de la histeria mientras se sumergen en la promoción del Partido Demócrata. La Organización Socialista Internacional (ISO), dijo Studer, escribió que “el próximo congreso no asumirá el poder hasta dentro de cuatro largos meses —pero la administración de Trump debe ser confrontada ahora. Si los republicanos logran la confirmación de Kavanaugh, enero de 2019 será demasiado tarde para comenzar a resistir”. Su “crítica” de los demócratas es que no están lo suficientemente motivados contra Trump.
El debate sobre Kavanaugh afecta indirectamente a la clase trabajadora, dijo Studer. Nos centramos en cuestiones cruciales como la presunción de inocencia.
Studer recordó el caso amañado de nueve jóvenes negros en Scottsboro, Alabama, quienes en la década de 1930 fueron condenados a muerte por falsas denuncias de violación por parte de dos mujeres caucásicas; el caso de Emmett Till, de 14 años de edad, que fue torturado y asesinado en 1955 después de haber sido acusado falsamente de silbarle a una mujer blanca; el caso amañado contra el miembro del Partido Socialista de los Trabajadores y sindicalista Mark Curtis, acusado falsamente de cargos de violación en 1988 por su participación en la lucha contra la deportación de sus compañeros de trabajo en una planta empacadora de carne en Des Moines, Iowa.
Kavanaugh nunca enfrentó estos riesgos. Si su nominación hubiera sido rechazada, no tenía riesgo de ir a la cárcel, ni de ser linchado, solo hubiera regresado a su trabajo bien remunerado en la corte de apelaciones.
Lucha por emancipación de la mujer
La lucha por la emancipación de la mujer se discutió ampliamente en la Conferencia de Trabajadores Activos auspiciada por el Partido Socialista de los Trabajadores en junio, dijo Studer. En esta, Mary-Alice Waters, dirigente del PST, dio una charla titulada “La propiedad privada y la opresión de la mujer: el camino obrero hacia la emancipación”.
“No puede haber revolución socialista”, dijo Waters, “sin luchar para poner fin a todas las formas de degradación de las mujeres”.
La opresión de la mujer tiene su origen en el surgimiento de la sociedad de clases y de la forma en que la clase gobernante emergente garantizó la herencia de la propiedad.
“Los albores de la propiedad privada y el origen de la opresión de la mujer son los mismos”, dijo Waters. Ha permanecido como un aspecto central en la evolución de la explotación de clases a través de la esclavitud, el feudalismo y el capitalismo.
La lucha para derrocar el capitalismo abre la puerta a la posibilidad de poner fin a la opresión de la mujer. Por primera vez en la historia humana, la productividad y organización humana tiene el potencial de satisfacer las necesidades de todos. Esto significa la posibilidad de eliminar el poder de la propiedad privada y del dominio de clase.
En los últimos 50 años, la creciente integración de las mujeres en la fuerza laboral, al lado de los hombres, y las luchas sociales, han transformado las relaciones sociales. En las últimas semanas cientos de miles de personas salieron a las calles para luchar por el derecho de la mujer a elegir el aborto en Argentina, Irlanda y otros lugares.
Todas las mujeres son oprimidas como mujeres, dijo Waters, pero cómo combatir esta opresión eficazmente es una cuestión de clase.
El “movimiento” #MeToo y las condiciones de que debemos creer a toda mujer que acusa a un hombre de violación, no es el camino para avanzar. “Es lo contrario de lo que se necesita y de lo que es posible para lograr que compañeros de trabajo y otros, mujeres y hombres, comprendan cómo los gobernantes utilizan la opresión de la mujer para dividir y debilitar al pueblo trabajador.
La solidaridad y la unidad obrera pueden forjarse en la lucha contra los ataques de los patrones y defendiendo los derechos de las mujeres, los negros y otros. A lo largo de este camino, dijo Studer, podemos tomar nuestro destino en nuestras propias manos.