RIVERHEAD, Nueva York — “¿Qué queremos? Licencias de conducir. ¿Por qué las queremos? ¡Para conducir sin miedo!”, corearon en inglés y español las casi 170 personas que marcharon el 12 de marzo en este pueblo de 14 mil habitantes.
Los manifestantes eran en su mayoría inmigrantes de México y América Latina, entre ellos obreros de la construcción, jardineros, cocineros, pintores de casas y trabajadores de granjas de frutas y hortalizas, viñedos y viveros.
Exigen que la legislatura de Nueva York apruebe una ley que permita a los inmigrantes sin los documentos aceptados por el gobierno, obtener licencias de conducir. El mismo día hubo una manifestación similar de casi mil personas en Albany. Hay cientos de miles de trabajadores indocumentados en el estado.
Este corresponsal, candidato del Partido Socialista de los Trabajadores para Defensor Público de la Ciudad de Nueva York, participó en la marcha para respaldar la lucha por las licencias de conducir y para exigir amnistía para todos los trabajadores indocumentados en Estados Unidos.
Este no es un pequeño problema para los trabajadores, especialmente en pueblos pequeños y áreas rurales donde hay poco o ningún transporte público. Todos los trabajadores sin licencias, si son detenidos por la policía, enfrentan una multa de hasta 300 dólares, la confiscación de su automóvil y hasta cárcel, así como los elevados costos de remolque y la “factura de depósito”. Los trabajadores inmigrantes enfrentan un riesgo adicional: posible deportación.
“Una amiga me recoge para ir a trabajar todos los días”, dijo al Militante una trabajadora agrícola que no dio su nombre. “Para hacer las compras tengo que tomar un taxi y eso puede costar 60 dólares”.
Diana, una ama de casa que nos pidió que solo usáramos su primer nombre, dijo que la primera vez que la policía detuvo a su esposo fue cuando ella estaba en el hospital durante el nacimiento de uno de sus hijos. “Entre las multas y el costo para sacar el auto del depósito fue de más de 800 dólares”, dijo. Diana nació en Estados Unidos, pero su esposo nació en Ecuador. Han estado casados por más de una década y sus hijos nacieron aquí.
Después que detuvieron a su esposo por segunda vez, ella renunció a su trabajo. “Llevo a mi esposo al trabajo. Luego a los niños a la escuela. Más tarde en el día, lo recojo del trabajo y a los niños de la escuela”, dijo. “Si él pudiera obtener una licencia, yo podría volver a trabajar. Haría una gran diferencia en nuestras vidas”.
Un proyecto de ley presentado ante la legislatura estatal crearía una licencia especial para inmigrantes sin un número de seguro social, la cual no puede ser utilizada como documento legal, excepto para manejar. Cuenta con el respaldo de decenas de asambleístas y senadores estatales. El gobernador Andrew Cuomo dijo que firmará el proyecto de ley si es aprobado, pero no ha hecho nada para promoverlo.
Desde por lo menos el año 2017, el New York State Farm Bureau, que agrupa a muchos de los agricultores capitalistas del estado, ha respaldado medidas similares. Estos agricultores están preocupados por la escasez de mano de obra agrícola que acepte los salarios que pagan.
Varios gobiernos municipales y funcionarios a través del estado están respaldando la propuesta, incluyendo el Consejo Municipal de la Ciudad de Nueva York, el Fiscal del Distrito de Brooklyn Eric González y el Jefe de Policía de Riverhead, David Hegermiller. La candidata presidencial del Partido Demócrata y senadora federal Kirsten Gillibrand, quien se ha opuesto a otorgarle a los inmigrantes licencias de conducir durante la mayor parte de su carrera política, ahora respalda este proyecto de ley.
Pero el apoyo está lejos de ser universal. Un comité bipartidista de la legislatura del condado de Oswego votó en enero en contra de la legislación. “El estado de Nueva York actualmente suspende o revoca las licencias de conducir por varios actos ilegales, incluyendo el impago de la manutención, impuestos morosos y negarse a someterse al examen del alcoholímetro, no obstante, esta ley recompensaría la entrada ilegal a Estados Unidos con una licencia de conducir”, dice la resolución del comité.
En interés de la clase trabajadora.
Muchos trabajadores nacidos en Estados Unidos acogerían favorablemente que se entregue licencias a los trabajadores indocumentados. Al lograrlo se ampliaría la posibilidad de eliminar otras restricciones antiobreras para las licencias, como las mencionadas en la resolución de Oswego.
Y derribaría las barreras entre los trabajadores nacidos aquí y los inmigrantes y ayudaría a unificar a la clase trabajadora para la lucha contra los ataques de los patrones y su gobierno.
Doce estados, el Distrito de Columbia y Puerto Rico ya permiten que los inmigrantes indocumentados obtengan licencias de conducir.
Víctor Cortez, un obrero agrícola cerca de Rochester quien ha vivido en Estados Unidos por 15 años, dijo en la protesta en Albany que tuvo que esperar dos días para que alguien lo llevara al médico cuando se lesionó gravemente en el trabajo porque no tenía una licencia.
“No estamos pidiendo favores”, dijo a la multitud. “Solo estamos pidiendo un poco de lo que le damos a este estado”.