SEATTLE — Tras la indignación pública, el Departamento de Correcciones del estado de Washington revocó las severas restricciones que no permitían que los prisioneros recibieran libros usados, excepto en algunos casos.
La prohibición, publicada sigilosamente en el sitio web del departamento, decía que a partir del 25 de marzo, los presos solo podían recibir libros usados a través de la biblioteca estatal de Washington o a través de las librerías oficiales de escuelas por correspondencia, en el caso de presos que estén tomado cursos.
La organización Books to Prisoners, la cual dona miles de libros a presos en Washington y en todo el país, solo se enteró de la medida cuando las autoridades penitenciarias devolvieron libros que habían enviado a presos e indagaron sobre la razón.
Funcionarios del Departamento de Correcciones afirmaron que hubo 17 casos de “contrabando”, incluyendo drogas, descubiertos dentro de los libros. Pero después de que el Seattle Times investigó, el departamento tuvo que admitir que las acusaciones no eran ciertas y anuló las restricciones.
“La lucha contra la prohibición de libros en las cárceles de todo el país es un problema frustrantemente crónico”, dijo Michelle Dillon, miembro de la mesa directiva de Books to Prisoners, al Militante el 14 de abril.
Prohibiciones similares de libros han sido repelidas en Pensilvania, Nueva York, Maryland, Nueva Jersey y en prisiones federales. El Militante ha desafiado con éxito los intentos de prohibir el periódico en las prisiones de Florida, Washington, Nueva York y otros estados.
“Incluso antes de que se resolviera este problema con el Departamento de Correcciones de Washington, nos enteramos de una nueva prohibición en la cárcel en el condado de Chatham, Georgia”, dijo Dillon al Militante.
La nueva regla dice que los reclusos en la cárcel del condado solo pueden seleccionar materiales de lectura de carros de libros administrados por el personal carcelario.
“Nunca habíamos enfrentado una política que restringiera tan completamente el acceso de personas encarceladas a libros y publicaciones”, declaró una carta de la Unión Americana de Libertades Civiles instando al sheriff a rescindir la prohibición.
“Sabemos que los intentos de funcionarios del gobierno para censurar lo que los presos leen continuarán”, dijo John Studer, director del Militante, el 15 de abril. “Pero lo más importante que demuestra la victoria en el estado de Washington es que cuando los que defienden los derechos de los presos protestan, podemos hacer retroceder estos intentos. Utilicemos esta victoria para unirnos para hacer retroceder a los censores del condado de Chatham”.