En cuanto se supo la noticia de que habían pintado inscripciones antisemitas en dos sinagogas en Huntsville, Alabama, los residentes y feligreses de iglesias del área entraron en acción. Condenaron el ataque y ayudaron a limpiar y borrar el grafiti anti judío (arriba).
El primer ataque ocurrió en la sinagoga Etz Chayim el 8 de abril, la primera noche de pesaj, la pascua judía. Los vándalos pintaron ““F—k Kikes (judíos)”, ”Mátenlos a todos con gas”, “Poder Blanco”, “Judíos Ratas” y esvásticas sobre las paredes.
La noche siguiente el centro Chabad fue profanado de manera similar.
“No se deben tolerar estos ataques”, dijo el pastor Timothy Cox, presidente de la Convención Estatal Bautista del Estado de Alabama, en una de las muchas declaraciones de solidaridad emitidas por iglesias locales.
Tobias Mendelson, presidente de la Federación Judía de Huntsville y Alabama del Norte, dijo que el ataque “tiene por objeto aterrorizarnos. No se equivoquen, no nos sacaran con miedo de este bello lugar que llamamos hogar”.