La siguiente declaración fue emitida el 2 de junio por David Rosenfeld, candidato del Partido Socialista de los Trabajadores para el Senado de Estados Unidos en Minnesota.
La muerte de George Floyd a manos de la policía ha provocado indignación y protestas en todo el estado de Minnesota, por todo Estados Unidos e internacionalmente. Las protestas masivas obligaron al gobierno a arrestar y presentar cargos contra Derek Chauvin, el policía que mató a Floyd presionándole el cuello con la rodilla por más de 8 minutos mientras Floyd y transeúntes suplicaban por su vida. Las protestas tienen el potencial de crecer y lograr más. Si bien los cuatro policías involucrados en la muerte de Floyd han sido despedidos, debemos continuar exigiendo que todos sean arrestados y procesados.
El saqueo y la violencia de una pequeña minoría que vincula su agenda a las protestas son un obstáculo mortal para forjar una lucha que ponga fin a la violencia policial y la lucha para defender al pueblo trabajador.
La policía no se puede reformar
La brutalidad policial no es una aberración. Es endémica del sistema capitalista. El papel de la policía, parte del sistema de “justicia” de los gobernantes capitalistas, es intimidar e impartir castigo a los trabajadores, a los sindicalistas y de manera desproporcionada a los africano americanos.
La policía no puede ser reformada. Ninguna cantidad de “policía comunitaria”, “capacitación sobre diversidad” o juntas de revisión ciudadana puede cambiar la naturaleza de la policía. Existen para proteger y servir los intereses de los ricos.
¿Qué necesitamos?
Para ganar la lucha contra la violencia y la brutalidad a las que la policía someten a los trabajadores y agricultores va a ser necesario un movimiento obrero poderoso, disciplinado y combativo. El movimiento masivo liderado por los negros que derrocó la segregación de Jim Crow en las décadas de 1950 y 1960 y el combativo movimiento del sindicato Teamsters en esta ciudad en los años 30, son ejemplos poderosos del tipo de movimiento y liderazgo que se puede y se debe forjar.
Los sindicatos han condenado la muerte de Floyd a manos de la policía, incluyendo el de ferrocarriles ATU, del acero USW, automotriz UAW, portuario ILA, UNITE-HERE y muchos más. El sindicato de choferes de autobuses en Minneapolis ha llamado a la formación de “un [nuevo] movimiento por los derechos civiles que se una al movimiento obrero y que sea independiente de los partidos políticos del establecimiento corporativo” para luchar por “nuestra liberación colectiva como trabajadores”. Los sindicatos deben movilizar a sus miembros y a otros trabajadores para unirse a las protestas y utilizar su fuerza organizada y disciplinada para atraer a más trabajadores a esta lucha.
La muerte de Floyd, y de Breonna Taylor en Louisville, Kentucky, a manos de la policía, así como la de Ahmaud Arbery por matones en Georgia, suceden en un momento en que los trabajadores están enfrentando una profunda crisis social, con millones de personas despedidas a raíz de los cierres del gobierno. Los patrones están planificando una “recuperación” que les sea rentable a costa nuestra.
Las luchas de la clase trabajadora contra estos ataques —desempleo, brutalidad policial, ataques a nuestros salarios, condiciones de trabajo inseguras y discriminación racista— se profundizarán. Los gobernantes capitalistas continuarán recurriendo a la policía para mantenernos bajo control.
Ante esto, debemos construir un movimiento sindical que actúe como defensor de todo el pueblo trabajador. Las protestas de hoy apuntan a la posibilidad de forjar una lucha amplia de la clase trabajadora que pueda lograr cambios a favor de los intereses de todos los explotados y oprimidos.
Pero los incendios, saqueo y destrucción por parte de grupos de provocadores, anarquistas, oportunistas y aquellos impulsados por la frustración y la desmoralización le dan al gobierno la oportunidad para culpar a los manifestantes de la violencia, en vez de culpar a los policías y su brutalidad despiadada. Desalienta a los trabajadores de participar en las protestas masivas (acciones militantes, pacíficas y legales) que pueden poner una presión real sobre el gobierno para que procese a los policías asesinos.
El saqueo y la destrucción no solo trastornan las vidas y sustento de muchos trabajadores, agricultores y pequeños propietarios, a través del cierre de supermercados, farmacias, escuelas y otros negocios y el cierre del transporte público. Le han dado una oportunidad al gobierno, el cual es responsable de defender el sistema de explotación, opresión y violencia de los gobernantes, para desplazar a más policías, a la Guardia Nacional y las fuerzas militares, para poner en estado de sitio a muchas ciudades. Más de 60 millones de personas se ven afectadas por toques de queda.
Es a lo largo de un curso independiente de los partidos de los patrones, el Demócrata y el Republicano, que podremos construir nuestro propio partido, un partido obrero, que ayude a dirigir una lucha por un gobierno de trabajadores y agricultores que brinde a los trabajadores el arma más poderosa posible para librar la batalla para poner fin a la opresión de los negros y toda forma de explotación en una sociedad dividida en clases.
Fidel Castro y el Movimiento 26 de Julio dieron un ejemplo a los trabajadores y agricultores de todo el mundo al organizar a millones para derrocar en 1959 a la dictadura de Fulgencio Batista que era respaldada por Washington. Transfirieron el poder político al pueblo trabajador, transformando la sociedad a la vez que se transformaban ellos mismos. Los trabajadores y agricultores cubanos forjaron y continúan defendiendo su propio gobierno, uno construido sobre nuevas bases sociales y morales en beneficio de todos.
Uno de los primeros pasos de la revolución fue abolir la policía y el ejército de Batista, y reemplazar a esos odiados sirvientes de la dictadura con cuadros revolucionarios del Movimiento 26 de Julio. Ese es el camino para terminar con la violencia policial de una vez por todas aquí también.