El gobierno y los patrones están empeñados en reabrir las fábricas, almacenes, tiendas y restaurantes al mismo tiempo que reducir los trabajadores “excedentes”. Están despidiendo trabajadores, aumentando el trabajo para los que permanecen y demostrando un desdén por la seguridad.
Los trabajadores están diciendo ¡No! Más de dos mil trabajadores de Amazon en Alemania salieron en huelga el 29 de junio para exigir un convenio sindical, mejores salarios y condiciones seguras.
Los patrones de Amazon, notoriamente antisindicales, como los de Walmart, se niegan a negociar. Las medidas para ofrecer una mayor protección a los trabajadores, especialmente en medio de un aumento en los casos de COVID-19, como reducir la velocidad de la línea y dar a cada trabajador más espacio reducirían sus ganancias obtenidas durante los confinamientos.
El desempleo sigue en niveles nunca vistos desde la Gran Depresión de los años 30. En Estados Unidos, el 31 de julio se agotarán los bonos especiales de “estímulo” de desempleo de 600 dólares por semana. Esto será otro golpe para millones de personas.
Los políticos del Partido Demócrata en los gobiernos estatales y municipales abogan por una mayor precaución en la reapertura, maniobrando para culpar a su rival, el presidente Donald Trump, por el coronavirus. Los republicanos quieren una reapertura más rápida, con la esperanza de que un repunte en la economía aumente sus posibilidades de reelección. Ninguno de los dos partidos tiene en mente los intereses de los trabajadores.
La indignación por el impacto de la crisis capitalista en la vida de los trabajadores, desde la brutalidad policial hasta los ataques de la patronal, y la resistencia obrera a estos ataques, está aumentando el interés en el Partido Socialista de los Trabajadores, el único partido de clase trabajadora en las elecciones de 2020.
“Tengo Medicaid”, dijo Minnie DeLuna a la candidata presidencial del PST, Alyson Kennedy, mientras hacía campaña en Faribault, Minnesota, con su compañero de fórmula Malcolm Jarrett.
“Es difícil ver al médico. Solicité cupones de alimentos, pero me dijeron que estaban demasiado abrumados para procesar mi solicitud. Tuve que pedirle ayuda a mi familia para alimentar a mi hijo de cinco años”, dijo DeLuna.
Durante su gira por Minnesota, Kennedy y Jarrett se unieron a protestas contra la brutalidad policial. Los candidatos y partidarios portaban una pancarta exigiendo el enjuiciamiento de los policías responsables, un programa de obras públicas para proveer empleos y llamando a formar un partido obrero.
El 27 de junio, Omari Musa, candidato del PST para Delegado del Distrito de Columbia (DC) al Congreso, y partidarios, colocaron una mesa de literatura en Lincoln Park, cerca del Monumento a la Emancipación, una estatua del presidente Abraham Lincoln y un esclavo liberado. Fue instalado en 1876 con fondos donados por ex esclavos. Los radicales de clase media y los políticos liberales han pedido que se remueva el monumento. Los trabajadores socialistas se unieron al debate sobre si este debe permanecer.
“La historia en DC se está muriendo en la cepa”, dijo Don Folden a Musa. Folden es bien conocido por sus giras históricas sobre los negros en DC. Él está a favor de mantener la estatua. “Ocultan la historia de los negros”, dijo, “Hay que preguntar por qué. Tenemos una historia muy dolorosa y fea. Es más fácil olvidarla que explicarla”.
“Lincoln fue quien organizó para derrotar a los esclavistas en la Guerra Civil”, dijo Omari a Folden. “¡Eso fue bueno! Unos 250 mil negros sirvieron en el Ejército de la Unión que aseguró la derrota de la esclavocracia. Eso es lo que cuenta”.