SUPERIOR, Arizona — “Mi entrenadora siempre lleva puesta su camiseta ‘RedforEd’ y quiere salir en huelga”, dijo a militantes del Partido Socialista de los Trabajadores el 21 de abril Korina Romero, una jugadora de softbol de la secundaria en esta ciudad e hija de uno de los muchos mineros del cobre de la zona. “Ellos están haciendo lo correcto. El estado ha eliminado muchos programas escolares de música y arte”.
Encontramos un amplio apoyo en el área hacia los maestros y otros empleados de las escuelas que luchan por aumentos salariales y por más fondos para las escuelas.
En marzo, el maestro de música Noah Karvelis inició Educadores Unidos de Arizona, un grupo de base cuya página en Facebook tiene 49 mil miembros. Karvelis tomó la idea de los maestros en Virginia del Oeste.
En una votación estatal de tres días la semana pasada, los empleados escolares de Arizona votaron abrumadoramente a salir en huelga el 26 de abril. De más de 57 mil maestros, porteros, conductores de autobús, trabajadores de cafetería, guardias para cruzar la calle y otros que votaron, el 78 por ciento estuvieron a favor.
Se anunciaron los resultados el 19 de abril en una rueda de prensa conjunta de Educadores Unidos de Arizona y el sindicato Asociación de Educación de Arizona.
Karvelis dijo que estaban esperando una semana para comenzar la huelga porque “necesitamos darle tiempo a nuestras comunidades para que se preparen”.
Cuando Cami Winsor, hija de un minero del cobre, se enteró que los mineros del carbón apoyaron a los maestros en Virginia del Oeste, ella dijo, “Eso está realmente genial”. Winsor nos dijo con orgullo que ella estuvo en la línea de piquetes en 2005, cuando alrededor de 1 500 trabajadores de las minas de cobre y fundiciones de Asarco, incluyendo a su padre, hicieron retroceder los intentos de la compañía de recortar los salarios y beneficios con una huelga que duró cuatro meses.
En una protesta de miles de personas el 28 de marzo afuera del capitolio estatal en Phoenix, Karvelis recibió una aprobación rugiente cuando presentó las demandas. Estas incluyen un 20 por ciento de aumento para los maestros, aumentos para todos los empleados escolares y restauración de fondos escolares al nivel de 2008, que requeriría añadir mil millones de dólares al presupuesto estatal.
“Enlaces de sitio” — organizadores voluntarios — han sido asignados por Educadores Unidos de Arizona en mil escuelas para coordinar el trabajo del grupo y el sindicato. El 11 de abril, más de 100 mil trabajadores escolares, estudiantes, padres de familia y partidarios participaron en protestas en las escuelas en todo el estado.
Al día siguiente el gobernador Doug Ducey anunció una propuesta a la legislatura para aumentar los salarios de los maestros en un 9 por ciento este año y 5 por ciento en cada uno de los próximos dos años. Pero Educadores Unidos de Arizona y el sindicato rechazaron esto como un intento para sembrar divisiones entre los trabajadores y debilitar su lucha. Ducey no estableció aumentos para otros empleados escolares ni propuso un aumento en los fondos para las escuelas.
El Sahuarita Sun informó el 21 de abril sobre una reunión de dos horas de cinco enlaces de Educadores Unidos de Arizona con 50 padres de familia y maestros para hacer planes para cuidar a los estudiantes durante una huelga. La ciudad se sitúa en la parte sureste del estado, centro de algunas de las mayores minas de cobre y fundidoras en el país incluyendo Freeport McMoRan y Asarco, que emplean alrededor de 9 mil trabajadores.
La maestra Barb Tingle informó que iglesias, organizaciones de la comunidad, personal de la junta escolar, maestros y voluntarios están organizando para preparar alimentos para los muchos estudiantes que dependen de los programas de desayuno y almuerzo. Han formado una “escuadrilla de entrega” para distribuir los paquetes.
Danielle Pack, una especialista en lectura, reportó que más de 570 personas se han sumado como voluntarios al Sahuarita Walk Out Childcare Network para cuidar a los niños durante la huelga.
Militantes del Partido Socialista de los Trabajadores también hablaron con Pilar Ramos, un trabajador en una fundición por muchos años y miembro del sindicato del acero USW cerca de Globe. Él describió las condiciones de los trabajadores mexicanos en las minas cuando lo contrataron en los años 1960, incluyendo haber visto un cartel que decía “solo blancos” en un baño. Él describió la reñida huelga de tres años empezando en 1983 que libraron los trabajadores contra los patrones de Phelps Dodge Morenci. Esta terminó con la descertificación de todos los 13 sindicatos. Freeport actualmente es dueño de la mina Morenci.
“Las compañías han cambiado de dueños muchas veces”, dijo Ramos. “A las grandes empresas no les importan los trabajadores”.