Cientos de personas protestaron en Columbus, Ohio, el 11 y el 12 de diciembre para exigir que se procese al alguacil que mató al chofer de camión y empleado de Gap, Casey Goodson Jr., el 4 de diciembre.
“No hizo nada malo excepto ser un hombre negro víctima de un policía racista”, dijo Tamala Payne (recuadro), la madre de Goodson, a los manifestantes el 11 de diciembre. “Tenemos que luchar por justicia. Somos nosotros contra ellos y ellos siempre ganan. Pero no van a ganar esta vez porque esta madre se niega a dejar que eso suceda. ¡Todos tenemos que ponernos de pie!”
Goodson, de 23 años, iba rumbo a casa después de comprar sándwiches para su abuela y su hermano de 5 años cuando Franklin Jason Meade, un agente de SWAT del sheriff del condado Franklin lo mató. “Goodson había metido las llaves en la puerta antes de que le dispararan y cayó en la cocina”, dijo a CNN el abogado de la familia, Sean Walton. Dijo que Goodson llevaba los sándwiches, una máscara de coronavirus y las llaves en sus manos.
“Quiero que se instruya de cargos a Jason Meade. Quiero que le quiten la placa”, dijo Payne en una rueda de prensa el día antes de las protestas. “Y de eso se tratan las protestas y los mítines por Casey”.