“He sido un trabajador sindicalizado desde que tenía 18 años”, dijo Paul Stettler a Joanne Kuniansky, candidata del Partido Socialista de los Trabajadores para gobernadora de Nueva Jersey, cuando ella y el partidario de la campaña Terry Evans llamaron a su puerta en Jersey City el 6 de mayo. Su tío fue un miembro leal del sindicato automotriz UAW décadas antes. Stettler dijo que las luchas sindicales pasadas ganaron mejores condiciones para los trabajadores.
Cuando la tienda minorista donde trabaja “me nombró empleado del mes, tuve que conseguir esta camiseta”, dijo Stettler, señalando el logotipo de su camiseta que decía “no-empleado del mes”. Pero Stettler dijo que cree que es poco probable que se pueda hacer algo para cambiar las condiciones que enfrentan los trabajadores hoy en día.
“Mantienen oculta la verdadera historia de las luchas que los trabajadores han librado porque quieren que creamos que nuestra clase es incapaz de unirse para luchar por lo que necesitamos”, dijo Kuniansky. “Todo lo que presenta el PST tiene como fin unificar a los trabajadores para luchar contra los patrones y romper con los partidos que los apoyan a ellos”. Señaló la importancia de la solidaridad con las luchas que se están librando hoy, entre ellas la de los trabajadores siderúrgicos en huelga en ATI, los mineros del carbón en huelga contra Warrior Met en Alabama y los Teamsters despedidos por Marathon Petroleum en Minnesota.
Stettler compró un ejemplar de En defensa de la clase trabajadora norteamericana de la dirigente del PST, Mary-Alice Waters, y se quedó con un volante con el programa de la campaña del partido.
Los candidatos y partidarios del PST están hablando con trabajadores en sus líneas de piquetes, en las caravanas contra el embargo norteamericano contra Cuba y en las puertas de sus casas en ciudades, pueblos y áreas rurales. Están teniendo una buena acogida con la campaña internacional de nueve semanas para vender 1,400 suscripciones al Militante, 1,400 libros de dirigentes del PST y otros revolucionarios y recaudar 145 mil dólares para el Fondo de Lucha del Militante. Esos fondos son cruciales para cubrir los gastos operativos del periódico.
Al final de la segunda semana de la campaña, ¡trabajadores habían comprado 459 suscripciones y 519 libros! Ya se han recibido casi 17 mil dólares para el fondo (vea gráfica en la página 3).
Su interés refleja la creciente sed que existe entre muchos trabajadores para discutir sobre cómo hacer frente a los ataques de los patrones, a medida que más personas se vacunan y vuelven a trabajar.
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