MONTREAL — “Estamos aquí para celebrar el 60 aniversario de tres eventos históricos de la Revolución Cubana”, dijo el dirigente de la Liga Comunista Michel Prairie, al dar la bienvenida a unas 40 personas a un encuentro organizado por la liga el 17 de abril que contó con el apoyo de la organización de solidaridad con Cuba, la Table de concertation et solidarité Québec-Cuba.
El evento celebró la derrota de la invasión en Playa Girón en abril de 1961 por 1,500 mercenarios organizados por Washington; la descripción días antes por Fidel Castro del carácter socialista de la revolución, afirmando lo que los trabajadores y agricultores de Cuba habían logrado al hacer avances profundos contra las relaciones de propiedad capitalistas; y el éxito de la campaña ese mismo año para enseñar a leer y escribir a cientos de miles de campesinos, realizada por 100 mil jóvenes voluntarios que se fueron al campo a convivir y trabajar con quienes enseñaban.
A través de estos actos de gran alcance, los trabajadores y agricultores se transformaron, profundizaron su confianza en sí mismos, su conciencia de clase y su conciencia del carácter de su revolución socialista.
Hablaron en el encuentro Mara Bilbao, cónsul general de Cuba en Montreal; el oficial consular Eduardo Escandell y Philippe Tessier, obrero ferroviario y candidato de la Liga Comunista para alcalde del distrito de Ville St-Laurent de Montreal.
“Esta celebración tiene lugar en un tiempo de amenazas más profundas por el bloqueo de Washington contra Cuba y la crisis de salud sin precedentes provocada por la COVID-19”, dijo Bilbao. “Vemos el apoyo del pueblo hacia la defensa y continuidad de la Revolución Cubana”.
La victoria en 1961 de las fuerzas armadas cubanas y las milicias voluntarias en Playa Girón “fue la primera gran derrota militar del imperialismo norteamericano en América Latina y demostró el apoyo incondicional del pueblo cubano a su revolución”, dijo Escandell.
Misión internacionalista en Angola
Catorce años después Cuba envió miles de voluntarios a Angola a solicitud del gobierno de esa nación “para defender al país de la invasión sudafricana”, agregó Escandell.
En 1983 fue uno de los voluntarios que fueron parte de esa misión internacionalista. “Junto con los angoleños, mis compañeros y yo compartimos las escasas raciones, las largas noches de guardia y los momentos de tensión en el combate”, dijo Escandell.
“La presencia cubana se extendió por más de 15 años para preservar la integridad e independencia de Angola. Durante todo ese período, no solo combatientes cubanos, sino también decenas de miles de maestros y trabajadores de la salud y de la construcción participaron en esa lucha épica”, dijo.
La victoria del pueblo angolano y cubano en 1988 “abrió el camino a la independencia de Namibia”, dijo Escandell. “Fue uno de los factores, junto con la lucha del pueblo sudafricano”, que aceleró la caída del régimen del apartheid.
Cuba, ejemplo para trabajadores
Las victorias celebradas en el encuentro son un ejemplo para los trabajadores en Canadá y en todo el mundo, dijo Tessier en el evento.
“Cuba es el único país hoy en el que los trabajadores y agricultores, liderados por una dirección proletaria, han tomado el poder estatal y han emprendido el camino para liberarse”.
Tessier explicó cómo las victorias logradas en Cuba en 1961 ayudaron a convencer a una generación de jóvenes con inclinación revolucionaria en Estados Unidos y Canadá de la necesidad de hacer revoluciones socialistas en Norteamérica y de construir los partidos proletarios necesarios para dirigir esa lucha. Instó a los participantes a leer Cuba y la revolución norteamericana que viene de Jack Barnes, secretario nacional del Partido Socialista de los Trabajadores en Estados Unidos. Barnes fue a Cuba en 1960 y describe el impacto que tuvo la revolución en él y otros.
“Es imposible construir un partido proletario sin poner la defensa de la Revolución Cubana al centro de lo que hacemos”, dijo Tessier.
Instó a los presentes a unirse a las caravanas mensuales de autos convocadas para exigir el fin de la guerra económica de Washington contra Cuba y a organizar solidaridad con las huelgas de los estibadores de Montreal contra los horarios de trabajo inseguros y otras batallas obreras.
“Es a través de luchas como estas que se puede forjar el liderazgo que nuestra clase necesita”, dijo Tessier. Por ese camino, los trabajadores pueden construir un movimiento “para liderar una lucha para tomar el poder político en nuestras propias manos”.
Durante la discusión Escandell respondió a preguntas sobre el impacto que la participación de los voluntarios cubanos en la guerra de Angola tuvo dentro de la propia Cuba. Más de “300 mil cubanos de una población de 10 millones fueron a Angola”, dijo. “Los imperialistas tenían que imaginarse que si luchábamos así de duro a unos 16 mil kilómetros de distancia, lo duro que lucharíamos si invadieran Cuba”.
“¿Qué mensaje le enviaría al pueblo de África hoy?” preguntó Djondo Koffi, originario de Benin.
“En Angola vimos la verdadera naturaleza del capitalismo y nos hizo comprometernos más con lo que la Revolución Cubana estaba haciendo”, respondió Escandell. “Mi mensaje es que tienes que luchar, no hay otra solución”.