BROOKSVILLE, Florida — “El convoy de camioneros en Washington no tiene nada que ver con las mascarillas. ¡Los camioneros están en huelga porque no están ganando lo suficiente!” Eso es lo que me dijeron los propietarios-operadores Clyde y Everett Sesler cuando los visité el 20 de marzo. Soy la candidata del Partido Socialista de los Trabajadores para gobernadora de Florida.
Fui a visitarlos con los partidarios de la campaña Karl Butts y Glen Swanson para hablar de política. Clyde y su esposa, Frances, y otros de sus familiares que eran agricultores, fueron demandantes en la demanda judicial colectiva presentada por los agricultores negros en 1998 en contra de las prácticas discriminatorias del Departamento de Agricultura. En aquel entonces conocieron y trabajaron con el Partido Socialista de los Trabajadores en los esfuerzos para obtener apoyo para su lucha entre trabajadores.
“La última cosecha que tenemos son arándanos, pero ya no la recogemos ni la comercializamos”, dijo Frances Sesler. “Ahora es solo para la familia y la comunidad”.
“No puedes traer un barco o un tren a Walmart. Necesitas camiones para transportar los productos”, dijo su hijo, Everett, refiriéndose a la protesta de los camioneros. “Pero los agentes no quieren pagar. Pueden recibir 6 mil dólares por carga, pero al camionero solo le pagan 1,800 dólares. Si los granjeros supieran lo poco que ganan los conductores, se rebelarían”.
Los operadores independientes se enfrentan a este tipo de especulación, y tienen que pagar el préstamo bancario por su camión, y cubrir los altos costos de combustible, mantenimiento y otros gastos de operación. “Muchos dueños de camiones privados están estacionando sus camiones y se van a trabajar para una compañía de camiones”, agregó Clyde Sesler.
“Me cuesta 1,200 dólares llenar el camión con 240 galones de combustible a 5.30 dólares el galón. El camión me rinde de cinco a siete millas por galón. Puede que te lleve hasta Nueva York. Además tienes que pagar seguro y peajes. Cuesta 125 dólares cruzar el puente George Washington. Si se te poncha una llanta y necesitas una grúa, eso te cuesta de 750 a 800 dólares”, dijo Everett Sesler. “Debido a las estresantes condiciones de trabajo, muchos camioneros están separados de sus esposas y además tienen que pagar la manutención de los niños”.
El Departamento de Transporte siempre está monitoreando a los camioneros y deteniéndolos para una inspección, dijo. “Si te falta la tapa del vástago de una válvula, te dan una multa de 50 dólares. Si te pillan desviándote para evitar una estación de pesaje, te paran por 8 o 10 horas. Simplemente no puedes ganarte la vida”.
“Aunque los gobiernos de Canadá y Estados Unidos han estado tratando a los camioneros como criminales, el Militante ha estado presentando el lado de la historia de los camioneros, dejándolos hablar por sí mismos”, dije. “Esa es la importancia de tener un periódico de la clase trabajadora”.
La invasión rusa de Ucrania
También les traje noticias sobre el cierre patronal y la huelga de tres mil conductores e ingenieros ferroviarios, miembros del sindicato Teamsters, en la Canadian Pacific. Describí cómo el gobierno y los medios de comunicación capitalistas acusan a los trabajadores ferroviarios de ser “egoístas” y “codiciosos”, culpándolos de interrumpir el transporte de granos en medio de la brutal guerra de Moscú contra el pueblo de Ucrania.
“Lo que se necesita ahora más que nunca es una alianza entre trabajadores y pequeños agricultores, ya que ambos están bajo ataque de los patrones”, les dije. “Los trabajadores ferroviarios exigen no solo aumentos salariales justos dados los precios elevados, sino también alivio de severos y peligrosos horarios.
“Los pequeños agricultores también están en crisis, ya que los precios de los fertilizantes, pesticidas y otras necesidades están por las nubes”, agregué. “Necesitan que el gobierno les garantice ingresos que cubran los costos de producción y gastos para vivir para ellos y sus familias”.
Les pregunté qué pensaban sobre la guerra en Ucrania. “Es una matanza sin sentido”, dijo Clyde Sesler. “Pero parece que China podría involucrarse del lado de Rusia. Entonces, ¿qué se supone que debe hacer Estados Unidos?”.
“El PST está a favor de la derrota de las fuerzas invasoras rusas y la defensa de la independencia de Ucrania”, dije. “También exigimos que Washington saque sus tropas y armas nucleares de toda Europa. No están allí para defender la soberanía de Ucrania: el ejército norteamericano está allí para defender los intereses depredadores de las familias capitalistas aquí. El gobierno patronal no defenderá al pueblo trabajador en ningún lado.
“Los poderes gobernantes en China, Rusia, Estados Unidos y Europa”, agregué, “están enfrascados en una competencia despiadada entre sí por recursos y mercados, a expensas de todos los trabajadores. No defendemos sus intereses. Apoyar a los trabajadores en Ucrania y en todas partes contra su opresión está a favor de nuestros intereses de clase. Con solidaridad y protestas de los trabajadores en Rusia, Estados Unidos y el mundo entero, el pueblo de Ucrania puede defender la soberanía de su país”.
La familia se suscribió al Militante por seis meses y compró ejemplares de En defensa de la clase trabajadora norteamericana de la dirigente del PST Mary-Alice Waters y El trabajo, la naturaleza y la evolución de la humanidad.