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Reuters/You Sung-Ho

Manifestantes exigen fin a las amenazas de Washington contra Corea, el 13 de octubre, en Seúl, Corea del sur, un día antes de imponer brutales sanciones contra el norte.

Instamos al pueblo trabajador a que demande que se levanten las sanciones, que recientemente impuso el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, preparadas por Washington, contra Corea del norte y que no se realicen las "inspecciones" de cargamentos norcoreanos. Debemos demandar: ¡Retirar todas las tropas y armas norteamericanas de la Península de Corea!

Como explica la resolución del Comité Nacional del Partido Socialista de los Trabajadores emitida el 11 de octubre y publicada en el número anterior, "Con unas 10 mil ojivas en su arsenal nuclear y buques de guerra dotados de armas nucleares en el Pacífico, es Washington quien representa el peligro de aniquilación nuclear para los pueblos de Asia y del mundo. Es el gobierno norteamericano, y no la República Popular Democrática de Corea (RPDC) quien ha iniciado ya el quinto año de guerra en Afganistán y se acerca a su cuarto año de combate en Iraq.

"Y son Washington y sus aliados los que, durante el último lustro, con la Iniciativa de Seguridad contra la Proliferación (PSI) dirigida por el gobierno norteamericano, han impuesto su 'derecho' de abordar barcos y confiscar cargamento —de realizar actos de piratería en altamar— contra todo país que los imperialistas cataloguen como 'nación forajida'. La demanda de Washington de 'inspeccionar' los cargamentos que entren o salgan de Corea del norte —en la práctica un bloqueo naval, acto bélico según cualquier norma— incrementa el peligro de que también se efectúen ataques militares terrestres contra la RPDC".

De manera hipócrita, Washington, el único gobierno del mundo que ha usado las armas nucleares, se está aprovechando de la prueba nuclear realizada por Corea del norte para ensamblar una nueva "coalición de los dispuestos", que se extienda desde Tokio a Seúl, Beijing, Moscú y por toda Europa. Como parte de la "guerra larga" de los gobernantes norteamericanos, Washington tratará de usar esta coalición para revertir la derrota que sufrieron los ejércitos imperialistas en Corea en 1953.

Como dice la declaración del Comité Nacional del PST, solo unas semanas después de haber lanzado bombas atómicas contra el pueblo de Japón en 1945, los gobernantes norteamericanos con un descarado desprecio hacia la soberanía nacional de Corea, dividieron al país en dos, con la complicidad del régimen estalinista en Moscú y partidos estalinistas por todo el mundo. "En el norte, los trabajadores y campesinos profundizaron las movilizaciones revolucionarias que se habían propagado por toda la península al final de la Segunda Guerra Mundial; así realizaron una reforma agraria radical, expropiaron a los capitalistas y latifundistas y crearon un estado obrero.

"En 1950 Washington invadió Corea del norte bajo la bandera de la ONU en un intento de destruir la RPDC y asestar golpes contra la revolución que se desarrollaba en China. El gobierno norteamericano no solo amenazó con usar armas nucleares durante la guerra de Corea, sino que arrasó —literalmente arrasó— el norte y lo incendió con bombardeos. Sin embargo, ya para 1953 los invasores dirigidos por Washington habían sido repelidos hasta el paralelo 38 por las fuerzas combinadas de soldados coreanos y chinos, propinándole al imperialismo norteamericano la primera derrota militar en su historia".

La meta de las sanciones recién impuestas es usar el hambre para forzar al pueblo coreano a la sumisión, y si falla esto, preparar el terreno para una futura acción militar cuyo objetivo final es reestablecer el capitalismo en Corea del norte y el resto de Asia.

El pueblo coreano conoce bien las atrocidades cometidas bajo la bandera de la ONU durante la guerra de Corea. Es esa la bandera que ondea hoy sobre las miles de tropas norteamericanas estacionadas en o cerca de la llamada zona desmilitarizada para mantener la forzada división de Corea en contra de la voluntad de la mayoría de su pueblo—en el norte y en el sur.

De forma traicionera los gobiernos de Rusia y China votaron a favor de la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU. De hecho, Beijing no perdió un minuto, y comenzó a revisar al día siguiente los vehículos de carga norcoreanos en la frontera. Radiantes por su golpe diplomático, los gobernantes de Estados Unidos están organizando una campaña para forzar a otros gobiernos de la región a que pongan en efecto las onerosas prohibiciones comerciales y abiertas violaciones de la soberanía de la RPDC que ordenó el Consejo de Seguridad.

"Como cuestión elemental de soberanía nacional, el pueblo trabajador en Estados Unidos y en otros países tiene un interés de clase fundamental de apoyar el derecho de la RPDC a la autodefensa", explicó la declaración del Comité Nacional del PST la semana pasada.

Correctamente, también hizo un llamado a solidarizarse con la posición de la RPDC a favor de la desnuclearización de la Península de Corea, toda Asia y el Pacífico.

Como explicó la declaración, los gobernantes imperialistas atacan con saña especial a quienes rehúsan someterse a sus dictámenes. Así como no olvidarán la derrota que les asestó el pueblo coreano en los años cincuenta, nunca han perdonado a los trabajadores y campesinos de Cuba por haber hecho la primera revolución socialista en las Américas.

"El pueblo cubano y su dirección comunista siguen representando un ejemplo de internacionalismo revolucionario para los trabajadores de todo el mundo al vincular la defensa de su propia soberanía y las conquistas socialistas en su país al avance de las luchas populares en otros países," declaró, señalando que la dirección comunista cubana ha rechazado desarrollar armas nucleares. "No las necesitamos", dijo el presidente cubano Fidel Castro en un discurso en 2005. "¿Y si fueran accesibles, cuánto costaría producirlas y qué hacemos con producir un arma nuclear frente a un enemigo que tiene miles de armas nucleares?".

No se puede competir con el arsenal nuclear de Estados Unidos. Solo los avances revolucionarios de los trabajadores y revoluciones socialistas victoriosas pueden detener su marcha rapaz hacia la guerra y producir un verdadero desarme nuclear. Una batalla exitosa de los trabajadores y agricultores en Estados Unidos para quitarles el poder a los guerreristas será decisivo en prevenir que los gobernantes imperialistas usen su arsenal nuclear en Asia o cualquier otro lugar en el mundo.

Siguiendo esta línea de marcha debemos brindar nuestra solidaridad absoluta a nuestros hermanos y hermanas de Corea que dicen: ¡Levanten las sanciones! ¡No a las "inspecciones" de cargamentos de Corea del norte! ¡Tropas y armas norteamericanas fuera del Pacífico! ¡Desnuclearizar la región! ¡Corea es una sola!
 
 
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