POR BILL ARTH
LOS ANGELES—La resistencia obrera en los puertos de la Costa Oeste está captando la atención de los trabajadores y está provocando la ira de los patrones del transporte marítimo y de los medios informativos que defienden sus intereses.
Los choferes portuarios de carga de corto recorrido de las empresas Pacífic 9 Transportation y Total Transportation Services iniciaron una huelga el 13 de noviembre, su quinta en el último año, para exigir derechos sindicales y deshacerse de la maniobra utilizada por los patrones para dividirlos y hacerlos más explotables clasificándolos como contratistas independientes.
Al mismo tiempo, los miembros del sindicato de estibadores ILWU, que han estado trabajando sin un contrato desde el 1 de julio, están exponiendo las condiciones de trabajo inseguras en los muelles y están contrarrestando la campaña propagandística de la Asociación Marítima del Pacífico que culpa al sindicato por la creciente congestión en los puertos de Los Angeles y Oakland, en California, y de Seattle y Tacoma, en Washington.
Desde el 2010 los choferes de remolcadores de contenedores han estado luchando por su derecho a afiliarse a los Teamsters y tener un sueldo fijo. Como “dueños de negocios” se les paga por carga sin compensación por el tiempo de espera y son responsables de los costos de combustible, estacionamiento, seguro y mantenimiento, lo cual a veces resulta en un “pago” negativo.
Una huelga de cinco días en julio en la que participaron 120 trabajadores de tres empresas fue suspendida después que el alcalde de Los Angeles Eric Garcetti negoció un período de “enfriamiento” y los patrones se comprometieron a no tomar represalias contra los conductores que tomaron parte.
Sin embargo, Total Transportation Services despidió a 35 de los huelguistas.
“Les dimos un poco de tiempo, pero no solucionaron nada, así que empezamos la huelga de nuevo”, dijo al Militante Daniel Linares, un chofer de la Pacific 9 Transportation. “Nos estamos dando cuenta del poder que tenemos”.
Los trabajadores formaron piquetes frente a las empresas de carga en la mañana del 12 de noviembre, y enviaron grupos a cinco terminales en los puertos de Los Angeles y Long Beach a formar piquetes contra los camiones de las empresas.
Los patrones portuarios, temerosos de que los piquetes congestionaran el tráfico en los puertos y que los estibadores no cruzarían las líneas de piquetes, se negaron a prestar servicio a los camiones de las empresas en huelga. Los guardias de seguridad portuaria bloquearon la entrada de los camiones esquiroles y despejaron a los piquetes.
El alcalde Eric Garcetti dijo el 13 de noviembre que “nada se interpone en el flujo de mercancías en el Puerto de Los Angeles”. Al día siguiente Garcetti anunció que la huelga había sido suspendida, después que las dos empresas y los Teamsters acordaran negociar.
Pero el 17 de noviembre la huelga se extendió a tres empresas más: QTS, LACA Express y WinWin Logistics.
“Estamos saliendo de las sombras para exigir nuestros derechos como empleados de la compañía”, dijo el conductor de LACA Ricardo Ceja en el sitio web justice4ladrivers.net. Ceja caracterizó la clasificación de “contratistas independientes” como una “estafa”.
Mientras tanto, las negociaciones entre los patrones de la Asociación Marítima del Pacífico y el ILWU han estado estancadas desde que el contrato que abarca a 20 000 sindicalistas expiró hace más de cuatro meses. Los estibadores, presionados a aumentar la producción bajo condiciones peligrosas, están expresando sus preocupaciones por la seguridad mientras se apilan los contenedores en los muelles. Las empresas navieras por toda la Costa Oeste, respaldadas por los medios capitalistas, están acusando al sindicato de desacelerar el ritmo y de perjudicar el comercio para la temporada navideña.
“El ILWU no es responsable de la crisis actual de congestión en los puertos de la Costa Oeste”, dijo un comunicado en el sitio web del sindicato el 10 de noviembre. Las causas de la congestión incluyen la “escasez y la dislocación de los chasis para contenedores; retrasos en el servicio ferroviario, incluyendo la escasez de vagones en todo el país; el éxodo de conductores que no pueden ganar un salario digno; largos tiempos de carga de los camiones; volúmenes récord de mercancías (un 5.3 por ciento más que en 2013); buques de mayor tamaño con cargas masivas; terminales de contenedores trabajando a la máxima capacidad; y la temporada de envíos pico (de agosto a octubre antes de las navidades)”, dijo el comunicado.
“Los estibadores están increíblemente frustrados”, dijo al Militante Craig Merrilees, vocero del ILWU, el 17 de noviembre. “Comenzamos las negociaciones en mayo, pero las empresas no están tomando en serio el problema de la congestión. Ellos están haciendo los muelles más peligrosos”.
Cuando los estibadores no cruzaron las líneas de piquetes de los camioneros portuarios en julio, un árbitro les ordenó regresar a trabajar. Una decisión similar de un juez podría ser más difícil ahora dado que los estibadores están trabajando sin un contrato. “El ILWU tiene una larga historia de apoyar las luchas de los trabajadores, y cree en el lema de que un ataque contra uno es un ataque contra todos”, dijo Merrilees al Militante.
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