Coalición pide cese a censura en cárceles de la Florida

Por Seth Galinsky
17 de diciembre de 2018

La Coalición Nacional Contra la Censura y la Unión de Libertades Civiles (ACLU) de Florida, enviaron cartas a los funcionarios carcelarios del estado para exigir que cesen sus continuos intentos de impedir que el semanario socialista Militante llegue a sus suscriptores que se encuentran tras las rejas.

Los directores y otros funcionarios penales de Florida han incautado ejemplares del periódico al menos 20 veces en los últimos dos años, violando los derechos constitucionales del Militante y de sus suscriptores. Aunque el Comité de Revisión de Literatura del sistema penal ha revocado la mayoría de las incautaciones —frecuentemente solo después de que el Militante protestara— ha mantenido cinco de las incautaciones sin dar una explicación.

“Ni una sola de las confiscaciones está justificada”, dijo el director del Militante John Studer.

“La Coalición Nacional Contra la Censura se formó en 1974 para promover la libertad de pensamiento, investigación y expresión”, escribió el 28 de noviembre el director ejecutivo de la organización, Christopher Finan, en su carta al Departamento Correccional de Florida.

La carta fue firmada también por 13 organizaciones y personas destacadas, incluyendo Libreros Norteamericanos por la Libertad de Expresión, la Oficina de la Asociación de Bibliotecas Norteamericanas por la Libertad Intelectual y El Pueblo por el Modelo Estadounidense. La coalición está formada por 56 organizaciones nacionales.

“La incautación del número 34 del Militante que fue recientemente revocada es un ejemplo de cómo los funcionarios penales han abusado de su poder de censura”, escribió Finan. “Citaban como justificación un artículo sobre la oposición al confinamiento solitario en California y otro sobre la huelga de hambre de Oleg Sentsov, un director cinematográfico de Crimea encarcelado en Siberia por el régimen de Putin. Alegaban que los artículos podían alentar al ‘levantamiento’ o la ‘insurrección’ sin explicar cómo”.

Las confiscaciones en Florida son cuatro veces más de las que ha confrontado el Militante “en todas las otras cárceles del país durante los últimos 10 años”, señaló Finan. “Le urgimos a que ponga fin a los frecuentes e injustificados esfuerzos para perturbar la distribución del Militante, lo cual viola los derechos de la Primera Enmienda tanto los de la publicación como de los reclusos que deseen leerla”.

La carta está publicada prominentemente en la página web de la coalición —ncac.org— con el título “Departamento de Correcciones de Florida bloquea la distribución de periódico socialista”. La carta se puede encontrar también en las páginas web de la Unión de Libertades Civiles y del Militante.

La censura es inconstitucional

En la carta de la ACLU de Florida, el abogado Benjamin Stevenson añadió que aunque el Comité de Revisión de Literatura revocó la prohibición del número 34 —primero revocándola, luego reimponiéndola, y posteriormente declarándola anulada de nuevo— “la entrega a tiempo fue retrasada y el valor de la información mermada”.

El Militante cuenta con lectores tras las rejas por todo el país.

Como resultado de la lucha contra la censura, que se remonta a la rebelión de la prisión de Ática, el reglamento de las cárceles de Nueva York incluye al Militante, nombrado explícitamente, como una de las publicaciones que “en general son admitidas”. Pero en Florida, los funcionarios penales locales no cuentan con una guía que les impida violar los derechos constitucionales de las prensa y sus lectores.

La lucha contra los intentos de las autoridades de Florida para censurar el Militante ha provocado más interés en el periódico dentro y fuera de las prisiones, y el número de reclusos suscritos está aumentando.

“Como todos los trabajadores, los reos necesitan poder leer y considerar una amplia gama de puntos de vista para crear su propio criterio en torno a las más importantes cuestiones políticas en el mundo de hoy”, dijo Studer. “Aunque el llamado sistema de justicia criminal los ha encarcelado, continúan siendo parte de la clase trabajadora”.

“El voto en Florida que restauró el derecho al voto de ex reos, el voto en Luisiana que exige que un jurado emita una decisión unánime para declarar culpable a una persona de un delito criminal y los pasos para poner fin a las cadenas perpetuas obligatorias, son señales de que el pueblo trabajador no aprueba del trato que reciben sus similares en las cárceles”, dijo Studer. “Defender los derechos constitucionales de los presos ayuda a unificar a la clase trabajadora”.

Únase a la lucha contra la censura en las prisiones. Consiga que su sindicato, su grupo en la iglesia, sus organizaciones locales sobre los derechos de los presos, organizaciones por las libertades civiles, grupos estudiantiles y compañeros de trabajo manden cartas.

Envíenlas a Dean Peterson, Library Services Administrator, Florida Department of Corrections, Attn: Literature Review Committee, 501 South Calhoun Street, Tallahassee, FL 32399-2500, o por correo electrónico a Allen.Peterson@fdc.myflorida.com. Envíe una copia a themilitant@mac.com.