LONDRES — La fecha límite del 29 de marzo para la salida del Reino Unido de la Unión Europea llegó sin que se llegara a un acuerdo sobre cómo se realizará la separación. Los gobernantes capitalistas en Londres y los de Berlín y París —las dos naciones que controlan la UE— acordaron posponer la ruptura.
La gran mayoría de los gobernantes en el Reino Unido se oponen a cualquier separación de la Unión Europea. Están sumidos en una crisis gubernamental y una guerra dentro de sus partidos. La crisis política tiene su origen en el debilitamiento de las familias capitalistas del Reino Unido frente a sus rivales, y su creciente temor a lo que se está desarrollando en el seno de la clase trabajadora.
“Si quiere saber por qué tantas personas en esta área votaron por salirse, basta contemplar lo que enfrentamos hoy”, dijo Angela Pattinson a Hugo Wils, candidato de la Liga Comunista para el Concejo Municipal de Manchester, cuando tocó a su puerta el 15 de marzo en Murton, Condado de Durham.
“Mi padre fue minero pero las minas están cerradas. Mi hijo está discapacitado y le recortaron las horas de atención que recibe al mes a 80 horas”, dijo. “El centro de emergencias en el cercano hospital Peterlee fue cerrado. Durante un tiempo a mi esposo le pagaban menos del salario mínimo. Hay mucha competencia por empleos aquí.
“El área está plagada de abuso de drogas y alcohol. Y el gobierno nos dijo que nos aferremos a lo que ellos han estado haciendo durante todos estos años, y a la Unión Europea”, dijo.
“Deberían haberse salido de la Unión Europea un día después del voto a favor de Brexit”, dijo Stephanie Hinds a Wils en el aledaño pueblo de Shotton. “No había nada que negociar, ni entonces ni ahora”. Hinds trabajó durante muchos años como operaria de máquinas de coser en dos fábricas sindicalizadas, las cuales ahora están cerradas. Su esposo Joe, miembro de la Unión Nacional de Mineros, trabajó bajo tierra durante 30 años en cinco minas.
Estos comentarios reflejan una opinión generalizada entre los trabajadores, quienes enfrentan la catástrofe de la actual crisis en el Reino Unido.
Capitalistas exigen nuevo voto
La primer ministra Theresa May logró un acuerdo unánime entre los miembros de la Unión Europea para posponer la salida del Reino Unido para el 12 de abril. May espera ganar apoyo para su “acuerdo” por un Brexit-solo-de-nombre, una propuesta que ya ha sido rechazada tres veces por el Parlamento. Mantendría al Reino Unido atado a condiciones importantes para miembros de la UE.
Hay un mayor número de llamados a la renuncia de May, incluso por dos diarios que han estado apoyando su gobierno. La campaña de los capitalistas para anular el voto realizado en 2016, en la que una mayoría (17.4 millones de personas) votaron a favor de la salida del Reino Unido, se ha acelerado. Algunos políticos de los principales partidos capitalistas quieren obligar a los trabajadores a votar una y otra vez —si es necesario— hasta que lo hagan “correctamente”, o sea, a favor de permanecer en la Unión Europea.
En una votación en la Cámara de los Comunes del 13 de marzo, los parlamentarios votaron a favor de retirar la opción de un Brexit “sin acuerdo” bajo cualquier circunstancia. Cinco millones de personas firmaron una petición online para revocar el artículo 50, que otorga a un estado miembro el derecho a salir de la Unión Europea. El líder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn, se niega a descartar la revocación. Su partido está a favor de que el Reino Unido se mantenga en el mercado único y la unión aduanera, y está abierto a que se realice un nuevo referéndum.
Cientos de miles de personas se manifestaron en Londres el 23 de marzo a favor de un segundo referéndum. En el acto hablaron parlamentarios laboristas, conservadores, demócratas liberales e “independientes”, quienes se separaron recientemente de los dos principales partidos capitalistas.
En una declaración conjunta el 21 de marzo, líderes de la Confederación de la Industria Británica y el Congreso de la Unión de Comerciantes exigieron que May busque una extensión más prolongada a la membresía del Reino Unido.
“Los trabajadores no tienen voz en esto”, dijo John Pearton, otro ex minero de Murton, a Wils. El comentario de Pearton destacó el hecho de que todo el debate entre los que desean irse o quedarse está dominado por partidos que defienden los intereses de los patrones.
Si bien la Unión Europea es promovida como una gran unión económica y política común, en realidad es un bloque proteccionista que beneficia en primer lugar a los patrones más poderosos de Europa, los de Alemania y, en menor medida, los de Francia. Extraen ganancias a costa de los gobernantes capitalistas más débiles en el bloque, como los de Grecia. La creciente crisis capitalista y el aumento de la competencia significan que la Unión Europea se está fragmentando, con la agudización de las divisiones entre Alemania, Francia e Italia, los tres miembros fundadores y entre las economías más grandes de la unión.
En la granja lechera de su familia en el norte de Yorkshire, Andy Welford le dijo a Wils que tiende a apoyar permanecer en la Unión Europea.
“Tenemos que rechazar la trampa de elegir la política capitalista menos mala y la ilusión de una unión europea. La Unión Europea es una guarida de ladrones y se está deshaciendo”, respondió Wils. “Los trabajadores y los agricultores no tienen nada en común ni con Londres ni con Bruselas.
“Salir de la Unión Europea significa que enfrentaremos directamente a la principal fuente de problemas de los trabajadores aquí: los gobernantes capitalistas británicos”, agregó.