Después de casi dos años de “investigar” al presidente Donald Trump — alentado por la incesante “resistencia” de los liberales demócratas, los republicanos “Nunca por Trump”, y toda la izquierda de clase media— el fiscal especial y ex director del FBI Robert Mueller entrego su informe final. Se vio forzado a admitir que no existía la más mínima evidencia de “colusión con Rusia” por parte de Trump o por miembros de su familia o de su administración.
Este desinfle de la cacería de brujas es un golpe contra los demócratas y el FBI, la policía política de los gobernantes capitalistas, la cual ha sido convertida en una herramienta partidista en la cruzada contra Trump.
La teoría de una conspiración con Rusia fue impulsada por varios funcionarios del FBI y de la CIA actuales y anteriores, entre ellos el ex director de la CIA John Brennan y el ex director del FBI James Comey, y también por Mueller.
El blanco principal nunca fue Trump, quien como sus oponentes en el Partido Demócrata defiende al imperialismo estadounidense. Sino los “deplorables” trabajadores, especialmente los de ciudades pequeñas y áreas rurales que tuvieron la audacia de votar por Trump con la esperanza de que “drenara el pantano” en Washington, así como los que no votaron.
El uso del FBI y de juicios criminales para saldar diferencias políticas dentro de la clase capitalista es algo nuevo y un peligro para la clase trabajadora. La clase capitalista le ha encargado al FBI la persecución de luchadores y organizaciones políticas obreras, como el Partido Socialista de los Trabajadores, los sindicatos, organizaciones de negros, opositores de las guerras imperialistas y similares.
Nunca hubo evidencias de una colusión con el gobierno de Vladimir Putin. El supuesto dossier que uso la policía política para justificar la apertura de la cacería de brujas fue producto de la campaña de Hillary Clinton. La pandilla de Mueller terminó acusando a ex socios de Trump de cargos ajenos al caso.
El fracaso de Mueller en su intento de procesar o impugnar a Trump es un golpe mortal a la “resistencia” e intensificará las divisiones dentro del Partido Demócrata entre los “progresistas”, “socialistas” y otros. Salvo que se dé una nueva crisis económica, esto incrementa las probabilidades de una reelección de Trump en 2020.