El gobierno israelí y Hamás, el partido palestino gobernante en la Franja de Gaza firmaron el 25 de marzo un acuerdo de alto el fuego que fue negociado por el gobierno militar egipcio. Fue acodado después del ataque de Hamás con cohetes a Israel y la respuesta de las fuerzas israelíes con bombardeos aéreos en Gaza.
El intercambio tuvo lugar después de un año de acciones provocadoras dirigidas por Hamás contra Israel en la frontera, a las que los gobernantes israelíes han respondido con ataques mortíferos. Cualquier paso para disminuir los choques armados crearía mejores condiciones para el pueblo trabajador tanto en Gaza como en Israel.
Tras el acuerdo, el gobierno israelí reabrió los cruces fronterizos hacia Gaza, permitiendo la entrada de alimentos y combustible, y extendió las áreas de acceso para pescadores palestinos en el mar Mediterráneo. Por su parte, Hamás dijo que mantendría sus marchas lejos de la cerca fronteriza con Israel y que impediría que se lancen cometas incendiarios que han quemado cultivo en el sur de Israel.
Durante esas protestas, Hamás ha instado a los participantes a violar la frontera. Cuando el ejército israelí responde con fuerza letal, Hamás utiliza las muertes para ganar apoyo contra Israel en la opinión pública burguesa. Desde que Hamás inició los enfrentamientos, alrededor de 260 palestinos han muerto y 7 mil han resultado heridos, en su mayoría por disparos de francotiradores israelíes.
Cuatro palestinos fueron abatidos el 30 de marzo, cuando más de 40 mil personas se congregaron para celebrar el primer aniversario de las protestas semanales de la Marcha del Retorno. Los agentes de Hamás impidieron en gran medida que los manifestantes se acercaran a la cerca fronteriza.
Hamás, con raíces en la Hermandad Musulmana y a veces aliado de los gobernantes en Teherán tomó control de Gaza en 2007. Desde entonces, ha librado tres guerras con Israel. Su objetivo declarado es expulsar a los judíos de Israel y Palestina.
Pero el odio anti-judío de Hamás, las provocaciones y el desdén hacia las vidas de los palestinos lo han dejado aislado. El grupo enfrenta hoy descontento dentro de Gaza a medida que hace pagar a los trabajadores por la crisis económica. El desempleo entre los jóvenes es del 65 por ciento. Las dificultades que enfrentan los trabajadores y los agricultores son agudizadas por el bloqueo impuesto por los gobiernos de Israel y Egipto. Cuando Hamás aumentó los impuestos sobre los alimentos y los cigarrillos, los trabajadores y jóvenes protestaron en varias áreas de Gaza el 14 de marzo y los días siguientes.
Los manifestantes portaban carteles que decían: “Abajo las alzas de los precios” y “Quiero vivir con dignidad”. La policía dispersó a los manifestantes y arrestaron a más de mil personas.
Teherán ordena ataques a Israel
El día que se acordó el alto el fuego, otro cohete fue disparado desde Gaza que alcanzó Mishmeret, al norte de Tel Aviv, hiriendo a siete personas. Funcionarios de Hamás y de Egipto dijeron que el ataque fue realizado por la Yihad Islámica Palestina con base en Gaza, bajo órdenes del gobierno iraní. En los últimos años, los gobernantes en Irán han disminuido su financiamiento de Hamás y han incrementado los fondos para Yihad Islámica, considerando a sus dirigentes más obedientes en la ejecución de ataques contra Israel. Teherán espera estropear cualquier acuerdo de paz entre Hamás y Tel Aviv.
En la década de 1980 los capitalistas iraníes a través de la represión consolidaron el dominio de la clase capitalista y derrotaron las luchas de trabajadores, granjeros, mujeres, kurdos y otras nacionalidades oprimidas que se abrieron paso durante la Revolución Iraní de 1979 que derrocó al shah, que era respaldado por Washington. Los gobernantes iraníes han buscado durante décadas aumentar su influencia en toda la región, extendiendo en el extranjero la contrarrevolución que llevaron a cabo contra el pueblo trabajador en su país.
Un ejemplo es la intervención de Teherán en Siria. Los gobernantes en Irán se aprovecharon de la guerra conducida por el dictador sirio Bashar al-Assad para desplegar tropas en ese país, que fueron usadas para salvar el régimen de Assad.
La intervención de Teherán en la región es un obstáculo para que el pueblo trabajador avance en la defensa de sus intereses. Una declaración del comité nacional del Partido Socialista de los Trabajadores emitida en diciembre de 2017 explica que las negociaciones para reconocer tanto a Israel como a un estado palestino independiente “deben reconocer el derecho de los judíos en todas partes del mundo a refugiarse en Israel frente al aumento global del odio anti-judío y de la violencia antisemita, así como el derecho incondicional del desposeído pueblo palestino a una patria soberana con territorio contiguo en las tierras (incluida Jerusalén Oriental) conquistadas y ocupadas por el gobierno israelí durante la guerra de 1967”. La declaración completa está disponible en el sitio web del Militante.
El presidente Donald Trump reconoció la soberanía israelí sobre los Altos del Golán el 21 de marzo. El ejército israelí ha ocupado el área desde el final de la Guerra de los Seis Días en 1967.