Washington continúa con su campaña para derrocar al gobierno venezolano, respaldando al autoproclamado presidente Juan Guaidó, y diciendo que todas las opciones, incluida una intervención militar directa de Washington, se mantienen “sobre la mesa”.
Al mismo tiempo, los gobernantes norteamericanos están endureciendo las medidas económicas contra Cuba — incluso la amenaza de un “embargo completo” — usando el pretexto calumnioso de que los revolucionarios cubanos son responsables de “apuntalar” al gobierno del presidente venezolano Nicolás Maduro.
Tras el fallido golpe de estado iniciado por Guaidó el 30 de abril, acompañado por un puñado de desertores de la Guardia Nacional, el gobierno de Maduro despojó de inmunidad parlamentaria a media docena de miembros de la Asamblea Nacional controlada por la oposición que fueron acusados de unirse a la conspiración.
El vicepresidente de la Asamblea Nacional, Edgar Zambrano, fue arrestado el 8 de mayo. Los cargos incluyen traición, conspiración y “odio continuado”. Pero hasta ahora el gobierno no ha intentado detener a Guaidó.
Maduro emitió un decreto presidencial que degradó y expulsó a 55 oficiales de las fuerzas armadas acusados de participar en el intento golpista, entre ellos el general de división Manuel Christopher Figuera, jefe de la agencia de inteligencia SEBIN y el teniente coronel de la Guardia Nacional Ilich Sánchez.
Los funcionarios estadounidenses han estado llorando lágrimas de cocodrilo por el pueblo de Venezuela, que enfrenta el impacto de una profunda crisis económica y social capitalista. Washington espera que la escasez de alimentos asequibles, la falta de medicamentos, el crimen, la alta inflación y los frecuentes cortes de energía lleven a los trabajadores al lado de la oposición proimperialista.
Si bien el apoyo al gobierno de Maduro se ha reducido sustancialmente, la mayoría de los trabajadores siguen desconfiando de Guaidó y su pandilla. Saben que las fuerzas de oposición defienden los intereses de la clase capitalista y del imperialismo estadounidense. Y que las sanciones e intervenciones de Washington empeoran la crisis.
Guaidó dijo al diario italiano La Stampa el 10 de mayo que “si los estadounidenses propusieran una intervención militar, probablemente la aceptaría”. Pero incluso muchos partidarios de Guaidó se oponen a una invasión estadounidense. “Eso provocaría una guerra civil”, dijo el estudiante de derecho Pasqual Paulino al Washington Post en una protesta en Caracas el 2 de mayo.
EUA inventa 20 mil tropas cubanas
Los funcionarios de la Casa Blanca tratan de justificar sus crecientes amenazas contra Cuba con la calumniosa acusación de que Cuba tiene 20 mil soldados armados en Venezuela.
El liberal Washington Post, que comparte la hostilidad de los demócratas y republicanos hacia Venezuela y Cuba, admitió el 2 de mayo que simplemente no es posible “ocultar 20 mil a 25 mil soldados [cubanos]”. De hecho, los voluntarios cubanos son, en su gran mayoría, médicos y enfermeros, así como un número menor de profesores e instructores de deportes o de danza.
El propósito de las calumnias es justificar las violaciones de la soberanía venezolana por parte de Washington y la escalada de la guerra económica contra la Revolución Cubana.
Sus amenazas y preparativos son extremadamente serios. Desde el fracaso del intento de golpe, “los funcionarios estadounidenses han sido más cautelosos en sus predicciones sobre la rápida salida de Maduro”, informó el Washington Post el 8 de mayo. Uno puede estar seguro de que seguirán presionando.
Endurecen sanciones contra Cuba
El gobierno de Estados Unidos ha comenzado a implementar su última ronda de sanciones contra Cuba, anunciada el 17 de abril, incluyendo la aplicación por primera vez del Título III de la Ley Helms-Burton de 1996.
El Título III permite a ciudadanos estadounidenses presentar demandas legales contra cualquier compañía o individuo que se beneficie del uso de “su” propiedad nacionalizada durante los primeros años de la revolución.
El 2 de mayo ciudadanos estadounidenses presentaron una demanda contra Carnival Corp., debido a que el operador de cruceros estaba embarcando y desembarcando pasajeros en instalaciones portuarias y propiedades pertenecientes a sus familiares en el momento de la revolución.
ExxonMobil Corp. demandó a dos compañías cubanas el 2 de mayo por refinerías de petróleo y estaciones de servicio nacionalizadas por la revolución en 1960. Los barones del petróleo exigen 280 millones de dólares en compensación.
Los pasos de Washington pretenden exacerbar los desafíos económicos en Cuba. El 10 de mayo, el ministerio de comercio interior de Cuba anunció el racionamiento de huevos, arroz, frijoles y salchichas, y que las tiendas estatales darán prioridad a la venta de pollo al público antes de venderlo al por mayor.
“Esta es la respuesta correcta”, dijo la trabajadora de una fábrica de tabaco Lázara García a la prensa. “Sin esto, habrá acaparadores”.
En una declaración del 2 de mayo, Alyson Kennedy, candidata para alcalde de Dallas del Partido Socialista de los Trabajadores, dijo que las amenazas contra Venezuela y Cuba “son bipartidistas, con Nancy Pelosi, Joe Biden y muchas otras importantes voces del Partido Demócrata uniéndose al coro bélico”.
Instó a los trabajadores a exigir “un cese inmediato a las peligrosas violaciones de la soberanía de Venezuela y las amenazas bélicas contra la Revolución Cubana por parte de Washington”.
“Solo el pueblo de Venezuela tiene el derecho de decidir su propio futuro”, agregó Kennedy. “¡EEUU manos fuera de Venezuela! ¡EEUU manos fuera de Cuba!”