“No hay un hospital donde una mujer pueda dar a luz en el Distrito 7”, en Washington, dijo la estudiante de enfermería Makida Yanbo a los miembros del Partido Socialista de los Trabajadores Glova Scott y Arlene Rubinstein cuando llamaron a la puerta de su apartamento el 29 de abril. “Pero donde viven los ricos hay varios”.
“Nos unimos a las protestas de enfermeras contra el cierre del hospital Providence el año pasado”, dijo Scott. “El PST exige atención médica universal financiada por el gobierno, desde la cuna hasta la tumba, como un derecho”.
El partido contrapone su perspectiva por el cuidado médico como un derecho a los diversos esquemas de seguro médico que andan vendiendo los políticos capitalistas demócratas y republicanos que tratan el cuidado de la salud como mercancía. Sus planes —desde el llamado Nuevo Trato Verde hasta el plan Medicare para todos— aseguran que la atención médica para los trabajadores siga siendo un plan de seguro que raciona la atención mientras asegura que los dueños de hospitales, compañías de seguros e industrias farmacéuticas continúen cosechando ganancias. “¿Cuándo pueden volver para hablar más?” preguntó Yanbo después de comprar una suscripción al Militante y el libro Los tribunos del pueblo y los sindicatos.
“Cuando quieras”, respondió Scott.
El libro es uno de los cientos que miembros del PST y de las Ligas Comunistas en Australia, Canadá, Nueva Zelanda y el Reino Unido están ofreciendo con un descuento del 20 por ciento.
“Más de lo que puede hacer un artículo de periódico, los libros explican con mayor profundidad y con más ejemplos por qué el dominio de las familias capitalistas con su brutal sistema de ganancias es la causa de los problemas que enfrentamos los trabajadores”, escribe Jack Barnes, secretario nacional del PST en Los tribunos del pueblo. “Cómo las diferentes capas de la población trabajadora son explotadas por la esclavitud de los salarios y la carga de la esclavitud de las deudas. Por qué los gobernantes capitalistas, la clase media alta y los profesionales que sirven a sus intereses consideran a todos los trabajadores como ‘deplorables’”.
Solo quedan dos semanas en la campaña para ampliar el número de lectores del Militante y de los libros revolucionarios y para recaudar 115 mil dólares para el Fondo de Lucha del Militante. El centro de los esfuerzos del partido para conocer a trabajadores interesados en su programa y actividades es ir de puerta en puerta en ciudades, pueblos y áreas rurales. (Vea la tabla en la página 3 para seguir el progreso de la campaña.)
“Toda la riqueza de este país fue construida encima de la espalda de los trabajadores. ¿Cuánto puede aguantar una espalda antes de romperse?” dijo Ibn Green, un trabajador de alcantarillado en Louisville, a Samir Hazboun, el candidato del PST para vicegobernador de Kentucky. Hazboun y el partidario de la campaña Ned Measel habían llamado a su puerta.
Hazboun explicó por qué era necesario hacer una revolución socialista en Estados Unidos y lo qué va a ser necesario para lograrlo. “Me gusta lo que ustedes están diciendo”, dijo Green. Compró La Primera y Segunda Declaración de La Habana, discursos del dirigente revolucionario cubano Fidel Castro que fueron aprobadas en asambleas de un millón de cubanos en 1960 y 1962. “El deber de todo revolucionario”, explica Castro, “es hacer la revolución”, no “sentarse en las puertas de sus casas para esperar a que pase el cadáver del imperialismo”.
¡Únase en las últimas dos semanas a los miembros del PST para completar estas campañas a tiempo y en su totalidad! Póngase en contacto con la rama más cercana a usted de las listadas en la página 8.