Millones de trabajadores saben por su propia experiencia lo que significa cuando los gobernantes capitalistas hablan de enviar más carne de cañón al Medio Oriente.
Las noticias informaron sobre una reunión del personal de seguridad nacional de la Casa Blanca el 9 de mayo que “actualizó” un plan para enviar decenas de miles de tropas adicionales al Medio Oriente para enfrentar cualquier medida hostil de Teherán.
Washington está incrementando sus sanciones económicas contra Irán aún más, en lo que el departamento de estado ha denominado una “campaña de máxima presión sin precedentes”.
“Las nuevas sanciones y amenazas de Washington contra Irán solo empeoran la situación para los trabajadores en Irán y la región. El único fin de los gobernantes norteamericanos es defender sus intereses imperialistas en el Medio Oriente”, dijo el 13 de mayo Joel Britton, candidato del Partido Socialista de los Trabajadores para alcalde de San Francisco. “Los trabajadores en Estados Unidos y alrededor del mundo deben estar alertas, y exigir ¡EEUU manos fuera de Irán! ¡Alto a las sanciones!”
La meta de los gobernantes norteamericanos es forzar al gobierno iraní a aceptar mayores restricciones en su programa nuclear y que controle a sus fuerzas “subsidiarias” en Iraq, Líbano, Siria, Yemen y la Franja de Gaza.
El presidente iraní Hassan Rohani dijo el 11 de mayo que las sanciones económicas estadounidenses “no tienen precedente en la historia de nuestra Revolución Islámica”, y están causando profundos problemas económicos.
El pueblo trabajador es quien sufre las consecuencias. Los precios de las necesidades básicas han subido hasta el 60 por ciento en el último año, a pesar de los subsidios a los alimentos y la electricidad.
Washington ha estado aumentando la presión desde que el presidente Donald Trump se retiró hace un año del acuerdo nuclear firmado por Barack Obama con el gobierno iraní en el 2015, diciendo que no es suficientemente adecuado.
En noviembre del año pasado Washington reimpuso sanciones en las importaciones de petróleo de Irán pero extendió excepciones temporales a ocho gobiernos. En abril, el secretario de estado Mike Pompeo anunció que las excepciones no serán renovadas. Estas expiraron el 2 de mayo.
El 3 de mayo Washington impuso nuevos limites en las actividades nucleares de Irán, impuso sanciones sobre la exportación de agua pesada y uranio enriquecido por Irán. En menos de una semana después impuso sanciones sobre las exportaciones de metales por Irán.
El 5 de mayo la Casa Blanca anunció que el Grupo de Ataque USS Abraham Lincoln iba rumbo al Golfo Árabe-Pérsico “para enviar un claro e inconfundible mensaje al régimen iraní”. La administración dijo que fue en respuesta a amenazas no especificadas de las fuerzas iraníes. El desplazamiento fue parte de la rotación periódica de fuerzas navales estadounidenses, pero Washington lo aprovechó para amenazar a Teherán.
Washington continúa apretando
“Cualquier ataque contra intereses estadounidenses será respondido con una fuerza implacable”, dijo el general Frank McKenzie, jefe del Comando Central estadounidense, el 8 de mayo. Agregó, “No se equivoquen, no estamos buscando pelea con el régimen iraní”.
Pompeo canceló el 7 de mayo un viaje programado a Alemania y fue a Iraq. Pasó cuatro horas reunido con el primer ministro iraquí Adel Abdul-Mahdi, el presidente Barham Salih y otros funcionarios, como parte de los esfuerzos de Washington de aumentar la presión sobre Teherán.
También viajó a Bruselas para reunirse el 13 de mayo con representantes de gobiernos europeos y con el presidente ruso Vladimir Putin en Sochi el 14 de mayo.
A principios de abril el presidente Trump clasificó a los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria como organización terrorista, la primer vez que una fuerza militar de un gobierno es incluida en la lista. Las Guardias Revolucionarias son un componente importante de los pasos del régimen burgués clerical contrarrevolucionario para extender su influencia en la región.
El 12 de mayo, Amirali Hajizadeh, jefe de la división aérea de las Guardias Revolucionarias, respondió de manera provocadora, diciendo que el portaviones con miles de tropas “fue una seria amenaza para nosotros en el pasado, pero ahora es un blanco y las amenazas se han transformado en oportunidades”.
Pero un vocero del general Hossein Salami, jefe de las Guardias Revolucionarias, minimizó la amenaza de una confrontación militar. “Los norteamericanos han iniciado una guerra psicológica”, dijo, “porque el ir y venir de sus fuerzas armadas es un asunto normal”.