Declaración de Seth Galinsky, por el Partido Socialista de los Trabajadores, ante el Comité Especial de la ONU sobre Descolonización en su audiencia sobre el estatus colonial de Puerto Rico el 24 de junio.
Distinguida presidenta y miembros del comité:
Soy el candidato del Partido Socialista de los Trabajadores para defensor público en Nueva York. Me sumo a los que están aquí para exigir que Washington quite su bota de Puerto Rico. La lucha contra el dominio colonial y por la independencia de Puerto Rico beneficia los intereses no solo del pueblo de esa nación sino del pueblo trabajador en todas partes, especialmente en Estados Unidos.
Si uno creyera a la prensa capitalista, pensaría que el pueblo puertorriqueño vive de la generosidad del gobierno norteamericano. Pero es todo lo contrario. Las grandes empresas y bancos —el capital financiero— de Estados Unidos han estado desangrando a Puerto Rico por más de un siglo. ¿Acaso las grandes farmacéuticas están ahí por caridad? No, están ahí en busca de mano de obra barata y superganancias.
Los capitalistas en EE.UU. —con sus socios menores en la isla— extraen miles de millones al mantener bajos los salarios, al comprar baratos los recursos de la isla y venderlos caros. Al exprimir a su pueblo con una deuda que es inmoral e impagable. Apoyamos la demanda de abrir los libros de contabilidad y someterlos al examen de un comité electo por el pueblo trabajador de Puerto Rico. Y nos sumamos al reclamo: ¡Cancelar la deuda ya! ¡Por completo!
Lo que necesitan los trabajadores no son degradantes programas de asistencia pública sino empleos. Los gobiernos en EE.UU. y la isla siguen recortando fondos para necesidades sociales mientras se niegan a financiar un masivo programa de obras públicas que podría poner a millones a trabajar, con salarios a escala sindical, construyendo las cosas que necesitamos: viviendas asequibles y dignas, hospitales, transporte público y mucho más.
Hasta los muy cacareados cupones de alimentos se utilizan para enriquecer a las agroempresas norteamericanas a expensas de los pequeños agricultores boricuas. Cuando el pueblo de Puerto Rico le arrebate el poder a la clase capitalista, bote a la junta fiscal y libre a su país del dominio imperialista norteamericano, podrá desarrollar la agricultura y cultivar lo suficiente para alimentar a toda la isla.
El viejo orden imperialista mundial se va desmoronando. Las clases gobernantes en EE.UU. y en todo el mundo están en crisis. Y pretenden salvarse a expensas del pueblo trabajador en todas partes.
Hay más de 700 mil puertorriqueños en Nueva York y 5 millones en EE.UU.: más que en la propia isla. Ellos son parte de la clase trabajadora aquí y la fortalecen con su experiencia y capacidad de lucha. El capitalismo está creando a sus futuros sepultureros, tanto aquí como en Puerto Rico.
Los trabajadores en EE.UU. que aguantaron la burocracia y el desprecio de los gobernantes capitalistas tras los huracanes Katrina, Sandy y Michael pueden comprender muy bien lo que se le impuso al pueblo puertorriqueño, incluyendo a los miles que aún viven en casas sin techo o servicios adecuados de agua o luz.
Aquí en Estados Unidos, al igual que en Puerto Rico, enfrentamos los ataques de los patrones y su gobierno contra nuestros empleos, salarios, servicios médicos y pensiones, así como las incesantes guerras imperialistas. Lo que los gobernantes capitalistas hacen contra el pueblo trabajador en Puerto Rico es lo mismo que hacen contra nosotros, solo que peor por el dominio colonial.
Nuestros hermanos y hermanas en Puerto Rico, al igual que nosotros, no son víctimas: estamos buscando maneras de resistir y luchar. Por eso he participado en numerosas actividades, desde los piquetes de enfermeras que luchan por mejores servicios de salud hasta manifestaciones en defensa del derecho de la mujer a optar por el aborto, por la amnistía para trabajadores inmigrantes y para exigir: ¡EE.UU. manos fuera de Venezuela, Cuba e Irán!
Una lucha exitosa por la independencia de Puerto Rico fortalecerá al pueblo trabajador en Estados Unidos en la lucha contra nuestros explotadores comunes.
La revolución socialista cubana es prueba viva de que sí se puede lograr. En Cuba el pueblo trabajador derrocó a una dictadura apoyada por Washington, tomó el poder estatal y estableció un gobierno de trabajadores y campesinos. Al hacerlo, conquistó su verdadera independencia.
Distinguidos miembros del comité:
Nadie les pide que liberen a Puerto Rico. Eso lo hará el propio pueblo puertorriqueño. Y ellos tendrán la solidaridad de sus hermanos y hermanas en Estados Unidos y todo el mundo. Pero ustedes sí pueden divulgar la verdad que se presenta aquí sobre el coloniaje norteamericano y la lucha por la independencia.
Yo viajaré a Puerto Rico en las próximas semanas, no solo para ver directamente la devastación causada por el dominio colonial —bajo demócratas y republicanos por igual— sino para intercambiar con trabajadores y jóvenes sobre sus luchas y brindarles solidaridad. No solo en San Juan sino en pueblos y zonas rurales. El Partido Socialista de los Trabajadores se ha mantenido fiel a nuestro programa desde 1919, trabajando hombro a hombro con todos los que resisten y luchan por la independencia y la libertad de Puerto Rico.
Gracias, distinguida presidenta y miembros del comité.