FLINT, Michigan — Eran tantos los conductores que sonaban la bocina en solidaridad que a veces era difícil conversar en las líneas de piquetes del sindicato automotriz UAW en las plantas de la General Motors aquí durante una visita el 5 y 6 de octubre. Unos 49 mil trabajadores de la GM en 33 fábricas y 22 almacenes de piezas en todo el país salieron en huelga el 16 de septiembre.
“Aceptamos recortes para la GM cuando los rescataron. Ahora están ganando mucho dinero”, dijo Christine Bradley, una trabajadora de ensamblaje de 28 años de edad, a esta corresponsal obrera. “Ahora es nuestro turno. Cedimos bastante. Ahora podemos recuperarlo”.
Desde 2007, los magnates de la industria automotriz de la General Motors, Ford y Fiat Chrysler le han arrebatado concesiones a los trabajadores. Esto aumentó con la bancarrota de la GM en 2009 —cuando los patrones se deshicieron de las líneas que no estaban produciendo suficientes ganancias— y recibió el “rescate” multimillonario del gobierno de Estados Unidos.
GM paga a los nuevos empleados un poco más de la mitad de lo que ganan los trabajadores “heredados”, y luego tienen que pasar ocho años para que alcancen un salario equitativo. Más del siete por ciento de los trabajadores de la GM son temporarios con paga aún más baja, y sin garantía de que algún día pasen a ser a tiempo completo. GM redujo aún más los costos de mano de obra con la subcontratación de algunas operaciones y tercerizando las plantas de piezas.
Esto resultó muy rentable para los patrones de la GM, quienes obtuvieron ganancias de 35 mil millones de dólares en los últimos tres años.
“Nunca había estado en huelga”, dijo el trabajador de ensamblaje Bradley. “Puedes sentir la fuerza de la solidaridad”.
Entre los puntos claves de la huelga está la demanda de los trabajadores de que los temporales se conviertan en permanentes y que no haya más niveles. Los funcionarios del sindicato también están exigiendo que la GM vuelva a abrir o mantenga abiertas cuatro plantas que planea cerrar.
“Cuentan con nosotros los temporales”, dijo Jessica Fields al Militante. “Trabajamos seis días a la semana, más los domingos si la línea está operando. Pero nunca podemos faltar al trabajo. Un día llamé porque mi padre se estaba muriendo y mi supervisor trató de ponerlo en mi record”.
No reciben vacaciones pagadas, ningún tipo de pensión, ni siquiera un plan 401(k). Pagan más por un seguro médico que cubre menos que el de los trabajadores permanentes.
Los jefes de GM siguen presionando
“Antes de que construyeran la nueva planta en 2017, fabricábamos 36 puertas por hora”, dijo James Honea. “Ahora hacemos 50 por hora. Los robots remplazaron a los trabajadores, levantando las puertas de una estación a la próxima y soldando. Ahora trabajamos en dos estaciones en lugar de una. Hay que cubrir una área grande, caminando de un lado a otro. Los robots eliminaron los conductores que suministraban la línea de materiales, pero contrataron a 100 temporarios más para mantener la línea a la velocidad que querían”.
Como resultado, muchos trabajadores sufren del túnel carpiano, dijo Jane Stoffel, una trabajadora permanente.
Entre los huelguistas en Michigan y Ohio hay 850 trabajadores de Aramark que también son miembros de la UAW.
“Ganamos entre 8 y 9 dólares por hora menos que los trabajadores de la GM. Y nos clasifican como conserjes”, dijo Bob Glass, un fontanero contratista de Aramark, quien ha trabajado en la planta de GM durante ocho años, “a pesar de que hay alrededor de 35 trabajadores especializados que trabajan para Aramark”.
Los trabajadores de Aramark se declararon en huelga 24 horas antes que los trabajadores de la GM. “La compañía amenazó a los otros trabajadores de que perderían su trabajo si no cruzaban nuestra línea de piquetes”, dijo Jeremiah Ball, un pintor que trabaja para Aramark. “Algunos llegaron en sus camionetas, dieron la vuelta y se fueron a casa porque no querían ser esquiroles contra nosotros”. Somos miembros del mismo local de la UAW. Y ahora estamos en la misma línea de piquete, con la misma lucha”.
GM dice que necesita que los trabajadores hagan más concesiones para competir contra sus rivales no sindicalizados en Estados Unidos, incluidos Toyota, Hyundai, Honda y Volkswagen.
Con sus cuentas bancarias llenas —GM tiene 17.5 mil millones de dólares en efectivo— los patrones esperan desgastar el ánimo de los huelguistas. Su meta es reducir los costos laborales por 5 dólares la hora o más al aumentar el número de trabajadores temporales y hacer que los permanentes paguen más por el seguro médico.
En 1999, el 83 por ciento de las plantas de ensamblaje de automóviles en Estados Unidos estaban sindicalizadas. Hoy solo está el 44 por ciento. Entre el 20 y el 25 por ciento de los trabajadores de las plantas no sindicalizadas son temporales. En algunas son hasta el 40 por ciento. Muchos de esos trabajadores están siguiendo muy de cerca la huelga en GM.
Los patrones de la GM han recibido ayuda en su intento de socavar la huelga. El 4 de octubre, dos ex miembros de los departamentos de relaciones públicas de la UAW, el reverendo Peter Laarman y Frank Joyce, exigieron públicamente la renuncia de la junta ejecutiva del UAW tras las acusaciones de corrupción hechas por agentes del Departamento de Trabajo contra los funcionarios del UAW. Aunque ninguno de los dos ha sido parte del UAW en más de 15 años, su ataque al sindicato en medio de la huelga recibió mucha cobertura en el Detroit Free Press y Detroit News.
La intervención del gobierno capitalista en los asuntos sindicales nunca es buena para los trabajadores. Solo los miembros del sindicato tienen derecho a decidir cómo manejar sus asuntos.
‘Huelgas te alientan a luchar’
Los trabajadores de la GM continúan recibiendo solidaridad y la moral es alta en las líneas de piquetes.
Krista Brewer, quien trabaja en el Horseshoe Casino en Baltimore, organizado por el UAW, organizó un viaje el 1 de octubre con otros dos trabajadores del casino y dos trabajadores de Walmart en Landover, Maryland, a la línea de piquete en el centro de piezas de la GM en Martinsburg, Virginia del Oeste. Trajeron dulces, cajas de agua y 16 pizzas.
“La línea de piquetes es un buen lugar si no conoces sobre los sindicatos, para ser parte de algo y sentirte bienvenido”, dijo Brewer.
Algunos huelguistas dijeron que los inspiró las huelgas de maestros en Virginia del Oeste el año pasado. “Me influenció mucho”, dijo Barry Burdue en la línea de piquetes en Parma, Ohio. “Espero que nuestra huelga aliente a los trabajadores de otras partes a luchar”. Otro grupo que sigue atentamente la huelga son los miembros del UAW en Ford y Fiat Chrysler: sus contratos fueron extendidos temporalmente hasta que sea ratificado un contrato con la GM.
Amy Husk de Louisville, Kentucky; Dan Fein de Chicago; y Arlene Rubinstein de Washington, contribuyeron a este artículo.