A medida que se hace cada vez más evidente que hay una desaceleración en la economía capitalista mundial, también es más evidente que ninguna clase gobernante en el mundo tiene una solución para defender sus ganancias e intereses nacionales que no los lleve a conflictos monetarios, comerciales y militares, y sobre todo a pasar la carga de la crisis a las espaldas del pueblo trabajador.
Los trabajadores también enfrentan las consecuencias de las disputas entre los partidos de la clase patronal. El blanco de los liberales tanto en Estados Unidos como en el Reino Unido, en su afán de criminalizar las diferencias políticas, son los millones de trabajadores que votaron a favor de la salida del Reino Unido de la Unión Europea, o que votaron por un Donald Trump que había prometido “limpiar el pantano” en Washington. Los liberales piensan que los trabajadores son demasiado ignorantes y prejuiciosos para ser confiados con estas decisiones, y pretenden revocar esos votos.
Pero los trabajadores no son reaccionarios ni estúpidos. Están buscando un curso para luchar contra los ataques de los patrones y su gobierno.
Los trabajadores están buscando formas de organizarse para resistir los ataques de los patrones. Estas luchas son provocadas por el funcionamiento del capitalismo: desde la huelga de los trabajadores automotrices contra la General Motors, hasta la lucha por la dignidad y los derechos nacionales librada por el pueblo de Papúa Occidental contra las autoridades indonesias, y la lucha de millones en Hong Kong por derechos políticos.
Los patrones y sus gobiernos cuentan con que el pueblo trabajador no adquiera confianza en nosotros mismos. A la vez que fomentan las divisiones para ponernos unos contra otros. Pero a medida que los trabajadores luchan conjuntamente para cambiar las condiciones que enfrentamos, nosotros también cambiamos. Aprendemos a valorarnos y comenzamos a actuar según nuestras capacidades como clase. Y los trabajadores en lucha comienzan a hablar sobre cómo usar nuestros números y el poder sindical para defender a todos los explotados y oprimidos por el capitalismo.
Mientras la clase capitalista tenga el poder estatal, el funcionamiento de su sistema garantiza que ellos perdurarán y que nosotros pagaremos el precio. Lo que la clase trabajadora necesita es un partido con un programa y una estrategia para la conquista del poder por nuestra clase y sus aliados.
La lucha para construir tal partido “no surge espontáneamente” y “es imposible sin la generalización de las lecciones de las batallas obreras, no en una sola fábrica o industria, ni en un solo país, ni en un instante dado”, explica la resolución del Partido Socialista de los Trabajadores “Su transformación y la nuestra”, publicada en el número 6 de la revista Nueva Internacional.
El Partido Socialista de los Trabajadores ha dado inicio a una campaña de nueve semanas para ganar nuevos lectores al Militante—en las líneas de piquetes de huelga, en protestas sociales y de puerta en puerta en comunidades de clase trabajadora— y a los libros que explican las lecciones conquistadas con sangre de batallas revolucionarias pasadas. Y para recaudar 100 mil dólares para financiar el trabajo del PST. ¡Únete a nosotros!