FORT WORTH, Texas — Cientos de personas, indignados por la muerte de Atatiana Jefferson a manos del policía de Forth Worth Aaron Dean, participaron en una vigilia y protesta el 13 de octubre frente a la casa donde el policía la mató a balazos. Jefferson, de 28 años de edad, vivía en una comunidad históricamente negra al sur de la ciudad.
El día anterior dos policías fueron a su hogar a las 2:30 a.m. cuando un vecino preocupado de que la puerta de la casa de los Jefferson estaba abierta llamó a la policía y pidió que la revisaran. La policía no tocó la puerta, ni anunciaron que eran policías. Entraron por el patio trasero donde Dean le gritó a Jefferson que levantara sus brazos, y le disparó mortalmente un segundo después.
Jefferson estaba jugando con su sobrino de ocho años juegos de video cuando llegó la policía. Ella tomó su pistola cuando escuchó ruidos en el patio, dice la orden de arresto de Dean.
La muerte de Jefferson ocurrió pocas semanas después de la condena a 10 años de cárcel a la policía de Dallas Amber Guyger por matar a Botham Jean en su hogar el pasado otoño.
Un grupo pequeño se reunió frente al sitio del asesinato el 14 de octubre cuando escucharon la noticia que Dean había sido acusado de homicidio y estaba en libertad con una fianza de 200 mil dólares. Dean renunció de la policía al día siguiente.
“Ahora se desenmascara”, dijo a los participantes el reverendo Kyev Tatum, pastor de la iglesia New Mount Rose Missionary Baptist. “Esto no solo le ocurre a los de un color”, dijo, “le está ocurriendo a los negros, morenos y blancos pobres. Basta del hostigamiento del sur de la ciudad por la policía. Pero esto no termina hasta que [Dean] sea convicto.”.
Andrew Hernandez, que vino desde Mansfield dijo, “mi hermana vive en la misma cuadra. Vine a mostrar apoyo. A mis familiales los pueden condenar de 25 o 50 años por drogas. La policía mata y solo recibe pena de 10 años”.
Kenneth Frances, que vive en la cuadra cuando no está manejando un camión en los campos de petróleo en Odessa, dijo al Militante que él piensa que “esto es el principio del fin para los policías que se salen con las suyas matando personas. Es lo común por aquí”.
Desde junio, la policía de Fort Worth ha disparado contra siete personas, matando a seis. “Ustedes van a pagar por esta práctica común. Demoró tres días para que fuera acusado de homicidio. La cosa está en marcha”, añadió Frances.
James Smith, el vecino que llamó a la policía para que revisaran la casa, dijo al periódico Fort Worth Star Telegraph, “yo no sé lo que sucedió en esa casa pero si sé que ella no era una amenaza”.