Cumbre de la OTAN refleja crisis del orden imperialista

Por Terry Evans
30 de diciembre de 2019
En Alemanía, a pesar de tener la economía más fuerte de Europa, ninguno de sus seis submarinos funcionaba en 2018. Esta disparidad entre el poder económico y el militar presentará desafíos a los gobernantes alemanes ante los crecientes conflictos interimperialistas.
German NavyEn Alemanía, a pesar de tener la economía más fuerte de Europa, ninguno de sus seis submarinos funcionaba en 2018. Esta disparidad entre el poder económico y el militar presentará desafíos a los gobernantes alemanes ante los crecientes conflictos interimperialistas.

Aprovechando cada oportunidad para remover a Donald Trump antes de las elecciones de 2020, los demócratas y la prensa liberal se lanzaron sobre los videos del primer ministro francés Emmanuel Macron, el primer ministro canadiense Justin Trudeau y otros mandatarios burlándose del presidente de Estados Unidos en la cumbre del 70 aniversario de la OTAN en el Reino Unido el 3 de enero.

El candidato presidencial del partido demócrata, Joe Biden, dijo que la conducta de Trump en la cumbre estaba dañando “la posición de Estados Unidos en el mundo”. Los liberales afirman que Trump está destrozando la alianza militar dominada por Washington.

Los gobernantes capitalistas norteamericanos crearon la Organización del Tratado del Atlántico Norte en 1949, después de salir de la segunda guerra mundial imperialista como la potencia dominante. Su objetivo era evitar la lucha del pueblo trabajador por la toma del poder en Europa y promover los intereses imperialistas por todo el mundo. Su primera acción fue movilizar tropas para la guerra de Washington contra Corea.

En 1966, cuando los gobernantes franceses decidieron que la alianza militar estaba operando en beneficio de Washington y no de sus intereses, se retiraron, y no se reincorporaron sino hasta 1995.

Los presidentes Trump y Macron tuvieron una confrontación durante la reunión, resultado de la creciente divergencia de intereses entre las potencias rivales de la “alianza”. Estos conflictos ya existían antes que Trump asumiera la presidencia. Cada miembro de la OTAN busca sacar ventaja para su propia clase dominante en el contexto de conflictos por mercados y recursos; guerras no resueltas en el Medio Oriente; intervenciones militares de Moscú en Europa del Este y Siria; y la competencia de la creciente potencia asiática en Beijing.

Washington trata de frenar declive

Al igual que presidentes anteriores, Trump busca detener el debilitamiento relativo de Washington como la potencia imperialista dominante del mundo. Por otra parte, sus “aliados” de la OTAN en Europa esperan continuar recibiendo la protección militar de Washington a la vez que disminuyen sus propias fuerzas armadas.

Macron tiene sueños más grandes. En la cumbre defendió su comentario del mes pasado de que la OTAN vive una “muerte cerebral”. Aboga por que los miembros de la UE formen su propia alianza militar, con París al centro.

Macron dijo al Economist que Francia es especial, “como miembro permanente del consejo de seguridad [de la ONU], potencia nuclear, miembro fundador de la Unión Europea, país con presencia en todos los continentes y un mundo francófono”. El punto principal de Macron era destacar los atributos del gobierno francés, los cuales carece, su principal rival europeo, Berlín.

“Estamos menos alineados con la diplomacia estadounidense”, agregó, “lo que nos da más margen para maniobrar”.

La Francia de Macron “necesita protección más que nadie pero lo veo separándose” de la OTAN, dijo Trump a los periodistas antes de la cumbre.

Macron, un ex millonario meritocrático, tiene problemas. Cerca de un millón de personas se declararon en huelga y marcharon por todo el país contra los últimos ataques del gobierno contra las pensiones.

Trump usó la cumbre de la OTAN para amenazar con imponer aranceles de hasta el 100 por ciento sobre las importaciones francesas a Estados Unidos que tienen un volumen de 2 400 millones de dólares, después que el gobierno de Macron impusiera en julio un impuesto a las empresas tecnológicas estadounidenses que comercian en Francia.

El presidente Trump también desestimó las promesas del gobierno alemán de que gastaría más en sus fuerzas armadas, y dijo que Berlín no estaba cumpliendo con sus responsabilidades financieras.

La cumbre terminó con una declaración que condena a Moscú por sus intervenciones en el extranjero, reafirma la necesidad de que los miembros de la OTAN desarrollen y acumulen armas nucleares, y señala por primera vez que la alianza enfrenta una nueva amenaza de Beijing.

Campaña del PST

Trump, como las administraciones demócratas y republicanas anteriores, defiende los intereses de los capitalistas. Sin embargo, el sistema capitalista bipartidista está plagado por una crisis cada vez más profunda. A su regreso de la cumbre, Trump fue recibido por la cruzada de los demócratas por un impeachment, la última fase de su campaña para anular las elecciones de 2016.

El verdadero objetivo de su caza de brujas es la clase trabajadora, a la que responsabilizan por la elección del presidente. Consideran a los trabajadores como reaccionarios, impulsados por la “animosidad contra los inmigrantes”.

La primera audiencia del comité judicial de la Cámara de Representantes sobre los artículos de impeachment, presentó a “expertos” legales que están por encima de la contienda. Pero pronto demostró ser otro ataque partidista. Tres de los cuatro “expertos” llamados por los demócratas resultaron ser demócratas fervientes.

Lo que hicieron estos “expertos” fue bendecir la necesidad de deshacerse del presidente lo antes posible. La líder de la mayoría de la cámara de representantes, Nancy Pelosi, dijo que el comité redactaría rápidamente los artículos del impeachment.

A medida que se desarrolla la crisis del sistema bipartidista, el Partido Socialista de los Trabajadores está presentando una lista de candidatos para las elecciones de 2020.

Estos candidatos hacen campaña en apoyo de las batallas de los trabajadores, desde la huelga de Asarco en Arizona y Texas hasta la oposición a las guerras de los gobernantes capitalistas. El PST insta a los trabajadores a romper con los partidos gemelos del dominio capitalista, los demócratas y los republicanos, y a construir nuestro propio partido, un partido obrero, para luchar para tomar el poder político en nuestras propias manos.