ATLANTA — “Cuando me enteré anoche de la muerte, decidí que era hora de luchar”, dijo James Teasley, de 18 años, al Militante en Atlanta el 13 de junio, al sumarse a su primera manifestación. Las protestas estallaron por toda la ciudad cuando Rayshard Brooks, un africano americano de 27 años, murió a causa de los disparos de Garrett Rolfe, un policía de Atlanta, la noche anterior.
Rolfe enfrenta cargos de homicidio, anunció el fiscal del condado de Fulton el 17 de junio.
La amplia indignación a raíz de la muerte de Brooks sucede en el momento en que cientos de miles de trabajadores en ciudades, pueblos pequeños y áreas rurales de todo el país continúan protestando contra la brutalidad policial. Las protestas explotaron cuando cuatro policías de Minneapolis mataron a George Floyd el 25 de mayo.
A Brooks lo mataron después de que se quedó dormido en su automóvil mientras esperaba para recoger su comida en Wendy’s. Los dos policías, Rolfe y Devin Brosnan, lo despertaron, lo registraron y le administraron una prueba de aliento de alcohol, que dicen que Brooks falló. Luego procedieron a arrestarlo.
Luego hubo un forcejeo y Brooks agarró la pistola Taser del oficial y salió huyendo. Los policías lo persiguieron y le dispararon con una Taser. Brooks disparó la Taser cerca de Rolfe quien respondió con tres disparos, dos de los cuales le dieron en la espalda a Brooks. La muerte provocó una amplia indignación.
Han habido protestas en por lo menos dos mil ciudades y pueblos de todo el país. Muestran la fortaleza de los cambios ocurridos en el seno de la clase trabajadora debido al movimiento por los derechos civiles con dirección proletaria en las décadas de 1950 y 1960 que derrocó la segregación Jim Crow e impulsó la lucha contra el racismo en todo el mundo.
Una serie de acciones están programadas para el 19 de junio, Juneteenth, un acto que marca el día en que fue liberado el último esclavo en Estados Unidos.
Las protestas actuales contra la brutalidad policial también brindan un poderoso ejemplo de lo que los trabajadores y los agricultores pueden hacer cuando nos organizamos en torno a nuestros intereses comunes contra los esfuerzos de los patrones para echar la crisis capitalista sobre nuestras espaldas.
“No podemos vivir de nuestro salario. No nos da para tener un lugar para vivir, y está motivando a mucha gente a unirse a las protestas”, dijo Sarah Scott, de 30 años, al Militante, en una protesta en Seattle el 12 de junio. “Es realmente inspirador”.
Protestas en pueblos pequeños
Han habido muchas protestas en pueblos pequeños donde las manifestaciones han sido muy poco comunes en los últimos años. La gran mayoría de los participantes son caucásicos. Cada una de ellas ha estimulado otras en pueblos cercanos.
En Irwin Park, Pennsylvania, por ejemplo, una ciudad de 3 700 personas, los estudiantes de la escuela secundaria Norwin High organizaron una protesta el 6 de junio. Participaron varios centenares.
Esta es la región que el ex presidente Barack Obama calificó de racista y reaccionaria en 2008. En los pueblos pequeños de Pennsylvania “y muchos pueblitos del Medio Oeste, las oportunidades de empleos se fueron reduciendo durante 25 años y nada los revitalizó”, opinó Obama. “Y no sorprende que se amarguen, que se aferren a las armas o a la religión o a la antipatía hacia gente que no se les parece o a sentimientos contra los inmigrantes o contra el comercio exterior como forma de explicar sus frustraciones”.
“Estas pequeñas ciudades son importantes porque son muchas pequeñas ciudades”, dijo Ande Green, uno de los dos organizadores de una protesta en Alliance, Ohio, con una población de 21 616 habitantes. “Lo que necesitamos para hacer un cambio es que todos estos pequeños pueblos se unan”.
Las protestas han continuado en Atlanta desde que los policías mataron a Rayshard Brooks. Miembros del sindicato de tránsito ATU se unieron a varios miles de personas que marcharon hacia el capitolio de Georgia el 15 de junio, en una acción convocada por la NAACP.
“Los sindicalistas tienen que demostrar liderazgo en la lucha contra la brutalidad policial y por justicia”, dijo Britt Dunams, presidente del Local 734 del ATU.
En Radcliff, Kentucky, una ciudad de 22 mil habitantes al suroeste de Louisville, más de 200 personas se manifestaron el 13 de junio contra la brutalidad policial y el racismo. Chloe Metcalf, pastora juvenil de la iglesia Restoration Worship Center, organizó la protesta. Los oradores incluyeron al pastor de Metcalf, Carl Smalls, el alcalde de Radcliff, J.J. Duvall, la candidata presidencial del Partido Socialista de los Trabajadores, Alyson Kennedy, y su compañero de fórmula, Malcolm Jarrett.
“Es inaceptable que el asesinato de personas negras quede impune”, dijo la Coalición Nacional de Jóvenes Agricultores en un comunicado el 3 de junio. “Nos solidarizamos con las protestas y con los que exigen justicia y responsabilidad de la policía”.
En Nueva York, se han organizado marchas diarias en diferentes lugares. Cientos de puertorriqueños y otros marcharon contra la brutalidad policial el 14 de junio en Harlem, a pesar de la cancelación por parte de la alcaldía del desfile anual puertorriqueño diciendo que propagaría la COVID-19.
En Montreal, decenas de miles marcharon el 7 de junio tras la muerte de Floyd. “Quería estar aquí porque he visto el racismo por parte de la policía”, dijo Brandon Landerman al Militante en la protesta. “He visto a mi primo ser arrestado por nada. He visto a mi tío ser detenido por conducir un Mustang y le preguntaron si era un traficante de drogas”.
En París, unas 15 mil personas se manifestaron contra la brutalidad policial el 13 de junio. Entre los oradores estaba Assa Traoré, hermana de Adama Traoré, de 24 años, quien murió bajo custodia policial en 2016. La familia de Traoré dice que murió asfixiado cuando tres oficiales lo presionaron contra el suelo. Nadie ha sido acusado en el caso. Miles se unieron a acciones en Lyon, Marsella y Rouen.
En otras partes del mundo, ese día se manifestaron 10 mil personas en Zurich, Suiza; en Londres y en varias ciudades de Australia y Nueva Zelanda.