Trabajadores luchan contra ataques de los patrones

Por Roy Landersen
29 de junio de 2020
Obreros de Renault encabezan marcha de mil trabajadores automotrices y partidarios el 6 de junio hacia planta que patrones pretenden cerrar. Pancarta dice, “No al cierre de la planta Renault-Choisy después de 70 años de existencia”. Coreaban, “¡No nos moverán!”
Militante/Derek JeffersObreros de Renault encabezan marcha de mil trabajadores automotrices y partidarios el 6 de junio hacia planta que patrones pretenden cerrar. Pancarta dice, “No al cierre de la planta Renault-Choisy después de 70 años de existencia”. Coreaban, “¡No nos moverán!”

En las aerolíneas y plantas automotrices, compañías petroleras y empacadoras de alimentos, los patrones por todo el mundo están emprendidos en aumentar la producción a medida que los gobiernos suspenden las onerosas medidas de confinamiento, aumentando la competencia capitalista por mercados y ganancias.

Una parte esencial de esto es eliminar el “exceso” de trabajadores y la reducción de salarios, a la vez que tratan de forzar a los trabajadores restantes a trabajar jornadas más largas y con más intensidad, y hacer la vista gorda ante las condiciones de trabajo peligrosas.

Han estallado acciones laborales para defender los empleos, el salario y la seguridad, desde la lucha de empacadores de frutas en el Valle de Yakima, Washington, hasta los trabajadores de saneamiento en Nuevo Orleans, obreros automotrices en Francia y España y los trabajadores despedidos de las tiendas Debenhams en Irlanda.

Trabajadores inmigrantes recolectores de arándanos de la Durango Farms en Cutler, California, pararon sus labores el 25 de mayo tras la reducción de su pago por pieza de 7 a 6.50 dólares por cubo. Con la ayuda del sindicato de trabajadores agrícolas UFW, lograron ganar aumentos salariales y mejores condiciones. Lograron baños más limpios y accesibles en los campos y la promesa que no se tomarían represalias.

Los trabajadores de Columbia Reach Pack en Yakima están manteniendo sus líneas de piquetes. Su huelga se acerca ya a las cuatro semanas. Los partidarios de los trabajadores de la planta empacadora, incluyendo a Larry Brown, presidente del Consejo Laboral del Estado de Washington, participaron en una caravana de 85 automóviles el 30 de mayo para reforzar las líneas de piquetes.

Cada una de estas luchas merece solidaridad. Solo a través de la construcción de un movimiento combativo de la clase trabajadora que una a todos los que vendemos nuestra fuerza de trabajo para sobrevivir podremos repeler los ataques de los patrones y su gobierno.

Bajo estas condiciones, trabajadores y jóvenes han participado en movilizaciones sin precedentes contra las muertes y brutalidad a manos de la policía por todo el mundo. Estas acciones dan a los trabajadores una idea de nuestra capacidad para unirnos y luchar por nuestros propios intereses.

Millones de trabajadores han sido despedidos, y los patrones tienen preparados más. BP anunció el 9 de junio que despedirán a 10 mil trabajadores petroleros. Tienes que mirar “más allá de la mera tragedia humana”, dijo el presidente de la compañía Bernard Looney, y fijarse en las “consecuencias para nuestra industria y nuestra compañía”.

Al mismo tiempo, los precios de los alimentos están aumentando, la inflación más acelerada en más de cuatro décadas. ¿La respuesta de los patrones? ¡Poner menos comida en paquetes más chicos!

Cuando los patrones y sus gobiernos nos dicen una y otra vez que “estamos todos juntos en esto”, es una mentira. Su avaricia por obtener ganancias sobre nuestras espaldas está en conflicto directo con nuestra necesidad de tener empleos, recibir salarios a escala sindical y controlar todos los aspectos de la producción. Sus morales se basan en su sistema de explotación, los nuestros en la creciente solidaridad en la lucha.

Los cierres en los últimos dos meses han creado niveles de desempleo similares a los de la gran depresión en Estados Unidos. Unos 30 millones de trabajadores están recibiendo beneficios de desempleo.

De los 1.9 millones de nuevos solicitantes de beneficios de desempleo en mayo, más de una cuarta parte eran empleados públicos, ya que las autoridades estatales y municipales están recortando empleos para “balancear” los crecientes déficits presupuestarios causados por los cierres.

Además, hay muchos que no pueden obtener beneficios, incluyendo a los trabajadores inmigrantes, los empleados “por cuenta propia” como los conductores de Uber y muchos otros. Sin embargo, por primera vez en dos meses, con el inicio de la reapertura de la economía, hay un repunte en los empleos, con aumentos que superan las nuevas pérdidas.

Esto es lo que necesitan los trabajadores: expansión económica y más empleo, lo que puede darles más confianza para luchar por mayores salarios y mejores condiciones.

Luchan contra ataques de patrones

Unos 2 mil trabajadores en los grandes almacenes Debenhams fueron despedidos cuando la cadena británica cerró sus tiendas en Irlanda el 19 de abril. Desde entonces, han mantenido líneas de piquetes y han protestado y ganado solidaridad por su lucha para recuperar sus empleos.

Mientras tanto, las tiendas Debenhams en el Reino Unido fueron cerradas por las órdenes de cierre del gobierno. Los patrones despidieron a cientos de trabajadores antes de la fecha en que se les permitiría reabrir las tiendas. Al igual que sus compañeros de trabajo en Irlanda, esto significa que no recibirán remuneración por despido. “Debenhams piensa que pueden abusar de ellos, así como están tratando de hacerlo con nosotros”, dijo al Militante Jane Crowe, una de las trabajadoras de Dublín. “Debemos mantenernos juntos”.

Según las cifras del gobierno, hay más de 40 millones de trabajadores desempleados en toda Europa. Impulsada por una profunda caída en la industria automotriz, la producción industrial en Alemania, la potencia económica dominante en la Unión Europea, cayó un 25 por ciento en comparación con el año anterior.

Cientos de millones en todo el mundo semicolonial en América Latina, Asia y África han sido despedidos. A diferencia de la mayoría de los países imperialistas, donde los trabajadores han conquistado protecciones de desempleo, la mayoría de los trabajadores en países subdesarrollados enfrentan la vida con poca o ninguna “red de seguridad” social. Los trabajadores se han declarado en huelga o se han unido a las manifestaciones exigiendo empleos y asistencia en India, Chile, Colombia, Nigeria, Ecuador y otros países.

Crisis de trabajadores marítimos

Quince miembros de la tripulación rumana del crucero Navigator of the Seas de Royal Caribbean realizaron una huelga de hambre a principios de mayo después de que la compañía pospusiera sus vuelos a casa varias veces durante dos meses. Unos 100 mil miembros de la tripulación de cruceros se quedaron en el limbo en el mar después de que el coronavirus cerró la industria. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades con sede en Atlanta estipularon que las tripulaciones extranjeras solo podrían ser repatriadas por vuelos chárter. Los patrones de los cruceros se negaron a pagar los costos de los transportes aéreos privados.

Las restricciones gubernamentales a los viajes aéreos, y los requisitos de cuarentena de 14 días o más para quienes puedan desplazarse, han creado una crisis para decenas de miles de trabajadores en la industria naviera. Los contratos de los trabajadores y los acuerdos sindicales exigen límites en la duración del servicio, pero estos han sido ignorados. Esto está afectando a alrededor del 80 por ciento del comercio mundial que todavía está ocurriendo hoy.

Más de 150 mil marineros, muchos de las Filipinas e India, han estado varados en barcos mercantes durante meses más allá de sus límites contractuales. Un número similar de trabajadores destinados a sustituirlos están atrapados en su casa sin paga.

La tripulación de al menos un barco se declaró en huelga, negándose a navegar hasta que sean relevados.