El pueblo trabajador en Cuba celebró en septiembre el 60 aniversario de la fundación de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), la organización de masas más grande del país, con más de 8 millones de miembros en barrios urbanos y rurales.
Aún con las medidas implementadas para proteger a la población durante la pandemia del coronavirus que limitan algunas actividades, fue un día de regocijo en el que los trabajadores decoraron sus casas, edificios de apartamentos y calles con banderas y carteles, y realizaron algunos eventos para celebrar el aniversario.
Los CDR han estado a la vanguardia dando apoyo al sistema de salud público cubano para detener la propagación de la COVID-19. Además de los 28 mil estudiantes de medicina que han estado haciendo visitas domiciliarias diarias para verificar la salud de todas las personas, brigadas de voluntarios organizadas por los CDR, la Federación de Mujeres Cubanas, la Unión de Jóvenes Comunistas y otras organizaciones de masas están asegurando que los niños con discapacidades, los ancianos que viven solos y otras personas que necesiten ayuda reciban sus comidas y medicamentos, y les hacen los mandados que necesiten.
Otros se ofrecen como voluntarios para las brigadas que limpian los centros de cuarentena y brindan compañía a los pacientes. Estas movilizaciones reflejan el hecho de que los trabajadores y agricultores cubanos ven al gobierno como suyo y utilizan sus organizaciones para ayudarlo a enfrentar cualquier desafío.
Los CDR nacieron de la revolución
El 28 de septiembre de 1960 cuando casi un millón de personas se encontraba congregada en La Habana para escuchar al dirigente cubano Fidel Castro después de regresar de una sesión de la Asamblea General de la ONU, terroristas contrarrevolucionarios respaldados por Washington detonaron varias bombas en el área.
Castro respondió, recibiendo una ovación: “Porque si creen que van a poder enfrentarse con el pueblo, ¡tremendo chasco se van a llevar!, porque les implantamos un comité de vigilancia revolucionaria en cada manzana… Cuando la masa del pueblo se organiza, no hay imperialista, ni lacayo de los imperialistas, ni vendido a los imperialistas, ni instrumento de los imperialistas que pueda moverse”. Y así nacieron los CDR.
Crecieron hasta convertirse en una organización nacional vibrante capaz de movilizar a millones en defensa de la revolución.
La formación de comités de barrio para vigilar contra la actividad contrarevolucionaria se produjo en un punto crítico de la revolución, que para entonces tenía menos de dos años. Los trabajadores y campesinos estaban movilizándose para tomar el control de los campos y las fábricas, y el gobierno revolucionario estaba nacionalizando los bancos e industrias que eran propiedad de los imperialistas.
A medida que los capitalistas cubanos y los gobernantes norteamericanos veían que ya no iban a poder explotar al pueblo y los recursos de Cuba, Washington aceleró sus esfuerzos políticos, económicos y militares para derrocar la revolución.
Este es el curso que Washington ha mantenido por más de 60 años, bajo cada administración, demócrata o republicana: Una brutal guerra económica contra al pueblo cubano. Y la respuesta del pueblo trabajador y sus CDR se ha ganado un odio especial de los enemigos de la revolución.
Los CDR surgieron cuando las fuerzas revolucionarias estaban asumiendo el liderazgo en los sindicatos, y las mujeres, los agricultores y los estudiantes formaban sus propias organizaciones. Estas organizaciones, junto con las milicias de trabajadores y campesinos y las fuerzas armadas revolucionarias, formaron la base del nuevo gobierno popular que empezaba a transformar la sociedad en beneficio de los trabajadores y no de los capitalistas.
Desata capacidades de trabajadores
Un vistazo a la historia de los CDR da una idea de cómo la revolución desató la creatividad, el ingenio y la capacidad del pueblo trabajador para usar su poder organizado para enfrentar los desafíos ante la revolución.
Fueron decisivos para neutralizar las actividades contrarrevolucionarias antes y después de la invasión organizada por Washington en abril de 1961 en Playa Girón, y en la lucha contra pequeños capitalistas que pretendían beneficiarse del acaparamiento y la especulación de alimentos y otras necesidades.
En 1962, cuando la administración de Kennedy endureció su embargo económico y preparaba una invasión militar, los CDR garantizaron la distribución de alimentos y otros suministros a la población y organizaron 12 mil brigadas médicas de 300 mil miembros. Asistieron a cursos de primeros auxilios, construyeron camillas y refugios antiaéreos. Organizaron a trabajadores jubilados, amas de casa y estudiantes que se ofrecieron como voluntarios para ocupar el lugar de los trabajadores que marcharon hacia el frente.
Ocuparon un papel central en las campañas nacionales para eliminar el analfabetismo en 1961; y un año después en la inmunización de más de 2 millones de niños menores de 15 años contra la polio.
Albert Sabin, quien desarrolló la vacuna oral contra la polio, visitó Cuba en 1963, asombrado por la erradicación de la polio en una sola campaña. Se necesitaron seis décadas más para eliminar la polio en el resto del mundo.
Una descripción de estas gigantes transformaciones se puede encontrar en el libro Las mujeres en Cuba: Haciendo una revolución dentro de la revolución, publicado por la editorial Pathfinder.
‘Nadie se queda desamparado’
También en 1963, los CDR recolectaron ropa y juguetes para los cientos de miles de víctimas del huracán Flora. Los CDR juegan un papel primordial en el manejo de emergencias que salva vidas cada año, evitando que los desastres naturales se conviertan en catástrofes sociales. “¡Nadie queda desamparado!” es el principio que los guía.
Y se han ofrecido para ayudar a los trabajadores de otros países que enfrentan condiciones similares. En repetidas ocasiones han organizado campañas especiales para colectar donaciones de sangre, por ejemplo, para personas en Perú en 1970 y en Armenia en 1988 en respuesta a los terremotos allí.
Por décadas los CDR han ayudado a ampliar el acceso a la cultura del pueblo trabajador mediante la creación de bibliotecas, la organización de festivales de música y otros, y brindando apoyo a las escuelas de sus barrios. En junio de 1962 los CDR patrocinaron una actuación del Ballet Nacional de Cuba a la que asistieron 50 mil personas en el Estadio Latinoamericano. Vieron a la bailarina cubana de renombre internacional Alicia Alonso, a los miembros del ballet nacional que ella dirigía y a 140 estudiantes de danza interpretar Giselle.
Combatiendo escasez de alimentos
A lo largo de los años, los CDR han movilizado a cientos de miles de voluntarios para ayudar en la cosecha de la caña de azúcar y otros productos agrícolas.
Hoy Cuba enfrenta una escasez de algunos alimentos, como resultado de la drástica caída en la producción, el comercio y el turismo debido a la pandemia de coronavirus, agravada por el aumento de las sanciones de Washington. Los CDR y otras organizaciones de masas han respondido organizándose para aumentar la producción de alimentos.
“Hoy la misión esencial de los CDR sigue siendo la misma de aquél 28 de septiembre: defender la Revolución desde cada barrio, desde cada cuadra”, dijo Gerardo Hernández, recientemente electo coordinador nacional de los CDR, en la celebración principal del aniversario realizada en La Habana. Hernández fue uno de los “Cinco Cubanos”, revolucionarios que pasaron hasta 16 años en cárceles de Estados Unidos por recoger información para el gobierno cubano sobre las actividades y planes de grupos contrarrevolucionarios en Estados Unidos con un largo historial de ataques asesinos en Cuba.
“Si alguno se preguntara cuál es el misterio de esta Revolución”, Hernández dijo, citando un discurso pronunciado por Fidel Castro en el cuarto congreso de los CDR en 2003, “no podría haber otra respuesta que el hecho de haberse apoyado en las masas, masas organizadas”.